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Pese a que en La Moneda se intentó en primer término bajarle el perfil a la polémica con frases como “más allá de la sigla, lo importante es el fondo” o “ninguna sigla suena bonita”, finalmente tomaron nota del desacierto y enmendaron.
Ni 24 horas duró el Consejo Nacional de Inteligencia que el Gobierno presentó como piedra angular de su nueva política de inteligencia. El revuelo provocado por la sigla CNI, igual a la desaparecida Central Nacional de Informaciones de la dictadura de Augusto Pinochet, obligó al Gobierno a retroceder y rebautizar el nuevo organismo anunciado el jueves.
Es así, porque en la tarde de este viernes, en La Moneda comunicaron que el Consejo Nacional de Inteligencia será ahora denominado como Consejo Asesor de Inteligencia (léase CAI), intentando así aplacar la furia provocada por la elección de la primera nomenclatura.
El giro del Gobierno se produjo pese a que en primera instancia sus representantes intentaron desdramatizar la polémica. Por ejemplo, este viernes, cuando la ministra secretaria general de Gobierno, Cecilia Pérez, se refirió a la situación, señaló que “más allá de las siglas que se puedan estar buscando, lo importante es el fondo”.
Por su parte, el subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla, dijo en T13 Radio que “ninguna sigla suena bonita”, tratando de bajarle le perfil a la molestia. «Pongámosle las dos primeras letras de cada palabra, ahí resulta algo nuevo: Conain”, señaló.
La primera denominación del Gobierno provocó escozor en el mundo de la izquierda. “A la derecha claramente la traiciona el subconsciente», dijo el alcalde PC de Recoleta, Daniel Jadue. Mientras, Manuel Guerrero -hijo de uno de los profesores degollados en el régimen- consideró la nomenclatura como un hecho “ofensivo”.
