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En el libro «Diálogo de Conversos», publicado en 2015, donde conversan Mauricio Rojas y Roberto Ampuero, el ahora canciller siguió una línea de razonamiento muy similar a la del efímero ministro de Culturas al hablar del Museo de la Memoria. “En el diseño de ese museo hay un mal narrador, un narrador partidista e interesado”, dice el ahora ministro de RREE en dicha publicación.
En la polémica por los dichos de Mauricio Rojas sobre el Museo de la Memoria, que terminaron detonando su salida del ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, hay un segundo involucrado que hasta ahora ha estado pasando casi inadvertido.
Se trata del canciller Roberto Ampuero, el interlocutor del fugaz ministro Rojas en el libro «Diálogo de Conversos», publicado en 2015. Es en las páginas de esa publicación donde Rojas tacha de “montaje” al Museo de la Memoria, dichos que provocaron la reacción inmediata del mundo de la cultura y la oposición que terminó costándole el cargo apenas a 4 días de haberlo asumido.
En ese diálogo con Ampuero, Rojas fundamenta su apreciación sobre el Museo de la Memoria, señalando que su “propósito, que sin duda logra, es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar».
Ante dicho comentario, Ampuero siguió una línea para nada distinta a la de su cuestionado interlocutor. “En el diseño de ese museo hay un mal narrador, un narrador partidista e interesado. En ese sentido no es un museo nacional, es un museo de la mala memoria”, dijo el autor de “Boleros en La Habana”.
Luego, Ampuero prosiguió, señalando que “llevé a mis hijos siendo adolescentes a ver el museo, porque quise que conocieran esa parte de la historia de Chile. Y al final luego del hondo impacto que les causó presenciar los testimonios de la represión y de condenarla. Hubo una pregunta de ambos: por qué llegaron los chilenos a odiarse tanto y eso no lo explica el museo. Aclaro: no hablo de justificación, sino de explicación”.
La línea argumentativa de Ampuero no solo coincide con la de Rojas, sino también con lo señalado este lunes por el Presidente Sebastián Piñera cuando al confirmar la salida de Rojas de su cargo en el ministerio de las Culturas comenzó a contextualizar las violaciones de los derechos humanos cometidas en dictadura.
Cabe recordar que la primera explicación de Rojas una vez estallado el escándalo fue atribuir sus dichos “a una antigua entrevista». Pero esto no se ajustaba a la verdad ya que esos dichos en rigor eran opiniones fundamentadas que expresó en el diálogo que sostuvo con el canciller en esta publicación que reunió a estos dos ex hombres de izquierda que ahora migraron hacia el otro lado del espectro político.
