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Crédito: Agencia UNO
La investigación eclesiástica por conductas sexuales «impropias respecto del sexto mandamiento» («No cometerás actos impuros») fue cerrada sin cargos el 5 de diciembre del 2014, pero los antecedentes están en manos de la Fiscalía Nacional, en la indagatoria que dirige Emiliano Arias (en la foto). El protagonista es el sacerdote colombiano Alexander Cifuentes Castaño [ACTUALIZADA]
El nuncio apostólico en Chile Ivo Scapolo trabajó desde el 2010 hasta el 2013 con el sacerdote colombiano Alexander Cifuentes Castaño, como secretario y consejero de la sede vaticana en Chile.
Sin embargo, la carrera del prelado Cifuentes Castaño en Chile, terminó abruptamente luego de que el 15 de mayo del 2013, un mayor de edad de iniciales E.M.S, presentara una denuncia en su contra por conductas sexuales «impropias respecto del sexto mandamiento» («No cometerás actos impuros»).
Según informó La Tercera, en la imputación presentada a la Oficina Pastoral de Denuncias, E.M.S. aseguró haber mantenido relaciones sexuales consensuadas con el religioso, acompañando su testimonio con evidencias fotográficas, correos electrónicos y mensajes telefónicos.
A pesar de que la denuncia fue informada en su momento al cardenal Ricardo Ezzati y al nuncio Ivo Scapolo, en el transcurso de un año, la investigación eclesiástica fue cerrada sin cargos el 5 de diciembre del 2014.
Sin embargo, ahora, los antecedentes descritos por E.M.S, están en manos del fiscal regional de O’Higgins, Emiliano Arias Madariaga, quien indaga los abusos en el clero.
El prosecutor deberá realizar a través de la Fiscalía Nacional una denuncia al Vaticano en contra del sacerdote colombiano, quien gozaría de inmunidad diplomática por haber sido funcionario de la Santa Sede.
En su testimonio, E.M.S aseguró haber tenido relaciones sexuales consensuadas con Cifuentes Castaño, quien se jactaba de la «liberalidad» de los lugares donde trabajó antes de llegar a Chile. Por ejemplo, en la Nunciatura de Angola, donde el sacerdote «llegaba a los extremos de enseñar a la gente cómo masturbarse y hacía que esta gente también lo masturbara a él», según cuenta el denunciante.
Con el paso del tiempo, la relación entre E.M.S y Cifuentes se volvió cada vez más estrecha, tanto así que un día el sacerdote lo invitó a pasar la noche en la Nunciatura, donde «hubo un encuentro más que cercano, ya que él se encontraba solo en dicho lugar», confesó el joven. Añadió que luego de ese encuentro, hubo otros viajes en el vehículo diplomático de la nunciatura con el objetivo de «realizar el acto consumador sexualmente», señala la denuncia.
Dentro de las pruebas que llevó como evidencia, E.M.S exhibió un mail de Cifuentes Castaño donde adjuntó una foto sin polera desde la Nunciatura en Sótero Sanz, con una descripción que decía «te mando una fotico de este cuerpazo», entre otros mensajes con intenciones sexuales.
En otra anécdota de su testimonio, E.M.S relata que Cifuentes le contó sobre su estadía en Estados Unidos, donde “los sacerdotes que vivían en la Nunciatura eran muy liberales; se ponían a tomar el sol en una especie de terraza, en lo más alto, casi desnudos». Además, el imputado también le confesó que «cuando vivía y trabajaba en el Vaticano, tenía un auto Audi, reloj de marcas, entre otros lujos”.
