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La Semana Política analiza las complejidades y riesgos de la llegada del exfiscal Guzmán al Senado

En una nueva edición del programa político de El Mostrador, el periodista Hernán Leighton conversó con los analistas políticos Axel Callís y Víctor Maldonado, quienes analizaron el polémico nombramiento del exfiscal Raúl Guzmán como secretario general del Senado, y el conflicto de interés y de imagen que genera dicha designación. Además, analizaron las elecciones internas del Partido Socialista (PS), donde Maya Fernández amenaza la continuidad de Álvaro Elizalde, y el estado de crisis en que se encuentra la oposición.


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El polémico nombramiento del exfiscal metropolitano sur Raúl Guzmán como secretario general del Senado fue el plato fuerte de una nueva edición de La Semana Política, esta vez a cargo del periodista de El Mostrador, Hernán Leighton, quien conversó con los analistas políticos Axel Callís y Víctor Maldonado.

Axel Callís abrió los fuegos sobre la contratación del exprosecutor como secretario general del Senado, señalando que evidentemente se va a generar un conflicto de intereses, además que –de acuerdo a palabras del mismo Guzmán- va a ejercer una «triple función».

«El mismo secretario dijo que iba a ser el escudo protector del Senado, y yo creo que lo que se puede es muy poco con esa declaración. Con el mismo sueldo (…) va a hacer tres funciones: va a ser secretario general del Senado, va a ser escudo protector y evidentemente va a ejercer un rol de lobbista ante la Fiscalía, lo que empaña un nombramiento que pudo haber sido absolutamente silencioso, pero que se transforma en algo político».

El experto electoral cree que el conflicto de interés en el Senado «va a ser permanente, porque no creo que los senadores que entren o salgan de alguna causa se extingan en los próximos años».

Por su parte, Maldonado apuntó al «conflicto de imagen» y a las «dudas» que genera el nombramiento de Guzmán. «Yo creo que hay un conflicto de imagen. En estos puestos (…) hay que entrar limpio, sin carga, neutro en la valoración de los ciudadanos y validarse por el desempeño, pero ahora hay una nota de duda respecto de la persona que entra al momento en que antes de que haga ninguna cosa».

Maldonado agregó que el exfiscal «pasó todos los mecanismos internos, y eso demuestra que los mecanismos internos no toman en consideración el sentido común de las cosas. Si hubiéramos podido evitar esta entrada en falso, habría sido mucho mejor lo que pueda esperarse de aquí, pero lo que hay es una duda, y aunque se mueva para el lado que se mueva, va a a haber la sospecha de que lo hizo con una segunda intención, y de esa manera, trabajar se hace muy difícil».

«Aquí no es un tema de la persona (…) pero sí que cuando él mismo se presenta al momento de estar postulando, incluso la manera como se refiere a sus funciones, cambia totalmente de contexto cuando la sospecha es lo que se junta con la imagen. Más allá del desempeño, va a poner el foco en los sueldos, en las intenciones, va a poner el triple del foco en la imagen, y eso es demasiado peso para una persona que está entrando», añadió.

Por otra parte, Callís se refirió a la falta de transparencia en el Senado y a la incapacidad de la corporación para darse cuenta que «los estándares ciudadanos, subieron, y subieron bastante. «Tengo entendido (que la nominación) fue a través de una consultora. Nada más alejado que una nominación de un cargo público que hacerlo con una consultora. Se tendría que haber hecho abierto y que postulara todo el mundo con bases absolutamente transparentes con respecto a quien llega, y en ese sentido, el Senado está al debe con respecto no solamente a estas nominaciones de forma o de imagen, yo creo que tiene que ver con una concepción de la democracia que está siendo mermada. Ellos no se dan cuenta que esto tiende a debilitar el sistema político a la larga, es decir, agregan un ladrillo más a la desconfianza ciudadana».

Finalmente, Axel Callís aseguró que el panorama en el Senado para Raúl Guzmán se ve complejo, porque “el foco va a estar puesto en el secretario de inmediato en términos de la asesoría que pueda prestar. Yo no sé dónde va a ir a almorzar porque no puede ir a almorzar con sus antiguos colegas fiscales, ni con sus nuevos colegas del Senado. Todo va a ser considerado un conflicto de interés».

Axel Callís también apuntó a la influencia que puede tener el cargo de secretario general del Senado en determinadas circunstancias, a través de la interpretación del reglamento. «El reglamento tiene muchas áreas interpretativas, y normalmente el secretario del Senado o de la Cámara de Diputados interpreta el reglamento bajo ciertas circunstancias de tensión en vivo y en directo. No es inocuo el nombramiento. Él va a tener una relación con todos los funcionarios que son muy antiguos, algunos vienen de la dictadura militar. Fueron funcionarios desde un poder que no existía. No es solamente un flujo de tipo técnico-administrativo, tiene una relevancia política en determinados momentos».

Las elecciones internas del PS y la crisis en la oposición

En esta edición de La Semana Política, los panelistas también conversaron sobre las elecciones internas del Partido Socialista (PS), donde surgió la carta de Maya Fernández para enfrentar al actual timonel Álvaro Elizalde.

Al respecto, Callís sostiene que «lo que va a intentar Maya Fernández, con todas las tendencias y grupos que la apoyan, es tratar de dotar de política al Partido Socialista que está ausente de discurso». En ese sentido, apuntó a una crisis de la centroizquierda de la cual PS ha estado ausente de protagonismo y de construir una alianza en base a ideas.

«Lo que uno ve son ciertos impulsos por tratar de conseguir alianzas mecánicas, electorales o administrativas, pero no se percibe una mesa que dote o politice al Partido Socialista en términos de tratar de encontrar alguna luz en esta crisis de la centroizquierda», indicó.

A su juicio, el reto de la lista de Fernández radica en «dotar de contenidos a esta elección para tratar de encontrar alguna luz que permita no ser parte de este Titanic que uno ve que chocó con un iceberg y que todavía está ahí».

Por su parte, Víctor Maldonado consideró que «lo que nos sirve a todo el resto, y me refiero al país y a la oposición, es tener un Partido Socialista unido (…) lo que uno espera es que la oposición no sea como se está constituyendo ahora, el juego de dos polos y uno al medio como partido de tenis mirando cómo se pasan la pelota de un lado al otro de la cancha, porque no esperamos un observador, esperamos un participante».

«Para que haya lo que hay en la oposición, son los socialistas los que hacen que esto vaya hacia la convergencia o la divergencia. Pero tienen que jugar a algo que se entienda, y de momento estamos como esperando que hagan movimiento en un sentido que permita la unidad», agregó.

Para Maldonado, «no tenemos más alternativa que la unidad. No es responsable que actuemos como si tuviéramos caminos divergentes que pudiéramos emprender cada uno por su lado. Tú tienes momentos de intensa desunidad, como cuando el Frente Amplio dice ‘desconozco el acuerdo’, la DC da la idea de legislar y los demás dicen unánimente que no (…) nosotros podemos dar continuidad, en conjunto, a los buenos momento o a los malos momentos».

El analista agrega que «si nos separamos ¿quién es el único que gana? (…) Para que las diferencias en la oposición cuenten para algo en el país tiene que haber un mínimo de unidad que hay que lograr, para eso los socialistas tienen que estar presentes y no momificados, para eso la DC tiene que encontrar el punto de unión con los demás, el Frente Amplio también. Nunca ha bastado con el acuerdo DC-PS, pero ese entendimiento básico tiene que existir para que otros enganchen, porque tienen que enganchar donde hay dos a lo menos, y en este momento cada uno está en su rincón».

 

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