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El desprecio de Kast a los tecnócratas de derecha que critican su programa económico por «noventero e imposible» PAÍS

El desprecio de Kast a los tecnócratas de derecha que critican su programa económico por «noventero e imposible»

Hernán Leighton
Por : Hernán Leighton Periodista de El Mostrador
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Cuestionado de príncipe a paje, el programa económico que presentó el candidato del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast, parece en esta ocasión no ser tema de mayor importancia para quienes se cambiaron de bando en la derecha oficialista, o para quienes lo harán el 21 de noviembre. Bajo la excusa de que los programas son reformables o que mantiene con mayor certeza las rejas del juego –en comparación con el de Gabriel Boric–, hoy el sector que se ufanaba siempre de ser más acucioso en materia económica estaría, al parecer, dispuesto a dejar ese traje de lado por tener el poder. «La opción de ser Gobierno es más grande que los efectos inmediatos de la economía», señalan fuentes de Chile Vamos. Con estos argumentos desoyen, por ejemplo, la advertencia de la financiera JP Morgan, que calificó de “audaz” la propuesta de José Antonio Kast, concluyendo que, de hacerse efectiva, dejará un endeudamiento público de un 50% del PIB al 2027.


Los resultados de la última Encuesta de Expectativas Económicas realizada por el Banco Central volvieron a reducir la estimación de crecimiento para el año 2022 a un 2%. Semanas atrás, un informe del BCI corrigió también a la baja la proyección de aumento del PIB para el mismo año, pasando de un 2,1% a un 1,4&. No solo eso, el mismo informe habló de una “alta probabilidad” de entrar en recesión entre el tercer trimestre del 2022 y el primero del 2023. Y si la excusa fuera que los datos son muy recientes, a principios de junio, el IPoM apostaba por un máximo de 3 puntos de expansión para el próximo año. Esta es la realidad de las cifras con las que se toman decisiones de política monetaria y pública en el país.

Sin embargo, “el problema” para la derecha oficialista que se está cambiando de bando y apostando sus fichas por el candidato del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast, es que este, tal como se ha cuestionado a la centroizquierda e izquierda de Chile, también estaría cayendo en la cuestionable disociación entre lo técnico y lo político, ya que el financiamiento de su programa se basa en la expectativa de crecimiento de entre un 5 y un 7 por ciento, cifras noventeras “e imposibles”, como reconocen desde el propio conglomerado oficialista.

No por nada, y a medida que su candidatura se ha ido convirtiendo en una potencialmente competitiva, las críticas transversalmente arrecian en su contra, no solamente por los cálculos realizados por su equipo asesor económico, sino también sobre la base de las propuestas que definieron para alcanzar la meta, las que han sido calificadas de “fantasiosas” tanto en el mundo de la política como en el financiero.

¿Es esto un problema para quienes lo apoyan? Al parecer no lo es tanto, pues al ser consultados por la inviabilidad de la propuesta, basados en la realidad que vive el país, lo que se ha hecho principalmente es buscar bajarle el perfil bajo el argumento de que “después de primera vuelta todo cambia”. Y más allá de las señales que se le están dando al mercado –preocupación supina del Gobierno–, dejaron entrever que la opción de llegar a La Moneda es más grande que los efectos inmediatos que una propuesta como aquella pueda generar en el mundo financiero al día de hoy.

Otra de las frases que se repitieron fue que “los programas de gobierno no son tema para muchos”, una conclusión que chocaría de frente con el actuar en campaña de los diferentes comandos que han sacado brillo a cada una de las faltas que, a su parecer, contiene la propuesta del programa del candidato adversario.

Y si bien, como todos los comandos en competencia, el principal asesor económico de José Antonio Kast, Eduardo Guerrero, ha ido matizando la progresividad de la política que se pretende implantar, el programa es claro en sus definiciones. Pero más allá del cuestionamiento de las propuestas, que ya pasaremos a revisar, la real preocupación que se ha instalado en las cúpulas oficialistas –que sin micrófono reconocen a al exdiputado UDI como el más probable vencedor de la primera vuelta– es la señal, tanto al mercado como a la ciudadanía, de la irresponsabilidad que significa apoyar un programa que no da en los números, lo que los deja en la “línea de fuego” de los cuestionamientos que ellos mismos hacen a sus contrincantes. De todas formas, reconocen, “no son argumentos suficientes” para repensar su actuar en el corto plazo.

En resumidas cuentas, la propuesta económica del Frente Social Cristiano apunta a una disminución de dos puntos del IVA, pasando del 19 al 17 por ciento, lo que se calcula en cerca de 2.060 millones de dólares menos para las arcas fiscales, y considerando que se trata del primer recaudador de platas públicas para el Estado. A su vez, propone un recorte de 10 puntos a los impuestos de primera categoría a las empresas, pasando del 27 actual al 17, calculado por algunos expertos en 3.840 millones de dólares menos, lo que en suma supera los 5 mil millones de dólares menos, esto en un contexto de rebaja del gasto efectivo de un 20%, según propone el presupuesto 2022. A eso se suma la idea de cero impuestos a pymes y startups que facturen menos de 25 mil UF al año. Todo en el marco de una deuda pública que se pronostica entre un 37 y un 45 por ciento.

No por nada el programa ha recibido cuestionamientos de alto calibre, partiendo por el presidenciable oficial de Chile Vamos, Sebastián Sichel, junto con su coordinador político, Pedro Browne, quienes calificaron la propuesta de J. A. Kast de “populista” o de tener “unos hoyos profundos”. Pero no son los únicos. El exministro de Hacienda de Michelle Bachelet, Andrés Velasco, apuntó a las propuestas tanto de Gabriel Boric como del candidato Republicano, tachándolas de “fantasiosas”, apuntando a esta última como una en que “ni siquiera hay un intento intelectual de decir ‘vamos a hacer tal cosa’, ‘vamos a tomar tal medida’, ‘vamos a cerrar la brecha fiscal de tal manera’. Todo queda librado a los espíritus animales-empresariales y al crecimiento económico».

El también exministro de Hacienda, pero del actual Gobierno, Ignacio Briones, dijo que “tenemos un candidato de izquierda que dice que va a subir impuestos 40 por ciento y uno de derecha que los bajará 20, ninguna de las dos propuestas parece seria ni creíble”, sostuvo.

Desde el mundo financiero, si bien se reconoce un programa pro crecimiento, las dudas se instalan en torno a la viabilidad de implementar la propuesta en el contexto que se vive en el país. Carolina Ratto, head of equity research de Credicorp Capital, dijo a La Segunda que “está claro que el programa es pro mercado: habla de reducir impuestos, lo que traería más inversión y podría generar más crecimiento. Y no habla de cambiar el sistema de pensiones. Pero la gran disyuntiva es que Chile pasó por un proceso de estallido social muy dramático para el país y no se sabe si las propuestas de Kast serán suficientes para calmar las expectativas que hoy tiene la gente”. En la misma línea, Cristián Araya, gerente de Renta Variable de Vantrust Capital, señaló al mismo vespertino que “una de las mayores dificultades de Kast puede ser la ingobernabilidad y una oposición parlamentaria fuerte, que vaya en contra de lo que trate de hacer. A eso le sumas una Convención Constitucional en paralelo que le jugará en contra, una nueva Constitución que te podría cambiar todo, y entonces piensas que su programa es más bien una declaración de intenciones”.

En un informe a sus clientes, la financiera JP Morgan calificó de “audaces” las propuestas tanto de José Antonio Kast como de Gabriel Boric, concluyendo que cualquiera de las dos, de hacerse efectiva, dejara un endeudamiento público de un 50% del PIB al 2027.

Desde el mundo de la academia, y en entrevista con Radio Universidad de Chile, el economista y profesor de la Casa de Bello, Manuel Agosin, sobre la propuesta Kast opinó que “es un absurdo completo, eso responde a una visión puramente ideológica”. Por el lado de la Universidad Católica, el también economista Francisco Meneses, a través de sus redes sociales, indicó que “muchas veces se acusa a la izquierda de ser fiscalmente irresponsables, eso es un mito, y al mirar el programa de Kast, queda demostrado que el populismo viene de la derecha”. En el mismo hilo, apuntó que “así como está planeado, haría quebrar al Estado chileno en menos de 4 años”.

El decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma, Tomas Duval, señaló que “creo que ha pasado una cosa con Kast: que en el fondo la derecha no ve que Kast vaya a hacer un cambio radical al modelo. Mi impresión es que esa percepción es la que tienen más allá de las cifras o de la viabilidad que tendría el programa económico. Ese ha sido el punto por el cual quizás sale en gran parte ese electorado potencial que estaría votando por Kast, que, en el fondo, él no va a introducir grandes modificaciones al modelo como podría ser, en contraste, con la candidatura de Boric”.

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