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Lautaro Carmona (PC) y el gran frente político: “Urge la unidad con diversidad en nuestra coalición” PAÍS

Lautaro Carmona (PC) y el gran frente político: “Urge la unidad con diversidad en nuestra coalición”

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Tras el pleno del Comité Central del Partido Comunista del fin de semana, su secretario general establece las tareas urgentes que tienen que llevar adelante la colectividad, la izquierda y la centroizquierda en general para detener el avance del Partido Republicano. Carmona considera que han sido muchas las advertencias de la llegada de una “derecha reaccionaria”. Sostiene que una advertencia inicial de esta arremetida fue cuando J. A. Kast ganó la primera vuelta presidencial, obteniendo más votos que todo Chile Vamos. Luego del 4 de septiembre de 2022 y el 7 de mayo de este año, dicha amenaza –a su juicio– solo se confirmó. Ante este escenario, el dirigente del PC llama urgentemente a una unidad lo más amplia posible, donde se respete la diversidad. Esto –añade–, porque hay que “tener conciencia absoluta del real peligro de que se abra paso a una política de derecha muy reaccionaria en nuestro país”. En tal sentido, advierte con preocupación que “no hay más espacio para equivocarse”.


Para el secretario general del Partido Comunista (PC), Lautaro Carmona, el avance de la derecha comenzó con la carrera presidencial que ganó Gabriel Boric, pero donde el candidato del Partido Republicano, José Antonio Kast, obtuvo más votos que los que corresponden a Chile Vamos. La segunda notificación sobre la derechización que se venía fue –a su juicio– el plebiscito del 4 de septiembre de 2022, donde se impuso con un 62% el Rechazo a la propuesta de nueva Constitución. Por eso era importante, puntualiza Carmona, instalar una lista unitaria para la elección del Consejo Constitucional, sin embargo, parte del Socialismo Democrático desoyó el llamado y la izquierda se anotó otra importante derrota.

La avanzada de la derecha conservadora, no solo en Chile sino a nivel mundial y, especialmente, después de la estrepitosa derrota del Partido Socialista en España (PSOE) el pasado domingo, preocupa al dirigente comunista y es por eso que cree que “lo primero es impedir y frenar este avance (…), esta contundencia que hoy anota la derecha a su favor y sobre todo la derecha más reaccionaria”. En este contexto, la agenda propia de los partidos –dice– “pasa a segundo plano”.

Carmona, cuyo partido celebró el pasado fin de semana el XIII pleno del Comité Central, subraya que ve con buenos ojos la idea de una lista que incorpore candidatos desde el Partido Comunista hasta la Democracia Cristiana para las próximas elecciones municipales, sin embargo, estima clave la existencia de “voluntad de los incumbentes” (las personas que están en el puesto que se disputa en la elección). Son aprendizajes que hoy cobran sentido luego de los comicios del 7 de mayo, pero Carmona, además, repasa la experiencia de los partidos de la Concertación en la Nueva Mayoría: “Ahí sí había dos almas, claramente”, afirma. Ahora, en cambio, “no hay espacio para equivocarse si queremos frenar este avance de una coalición política tan reaccionaria”, enfatiza. Al respecto, el secretario general del PC agrega que las consecuencias no las pagarían los políticos, sino que “el pueblo, que va a vivir con populismo, demagogia, y sufrir las regresiones de los pocos avances que ha tenido la lucha antineoliberal”.

-¿Es factible un pacto desde el PC hasta la DC en las municipales de octubre del 2024?
-Sumamos, a lo menos, 11 partidos, cada uno con su identidad y distinto uno del otro. La clave para comprender lo que viene es tener debida conciencia de la contundencia de la derrota político-electoral del 7 de mayo y que está en línea con la derrota del 4 de septiembre. Dicho de otra manera, hay que tener conciencia del peligro que implica que se esté abriendo paso a una política de derecha muy reaccionaria en nuestro país.

Hoy tiene que quedar en segundo plano discutir proyectos o pelear para que el proyecto sea poco mejor que el del partido del lado. Lo fundamental es impedir y frenar este avance contundente de la derecha y, sobre todo, de la derecha más reaccionaria.

-¿Existe conciencia de esa necesidad?
-Sí, todos tenemos conciencia de eso. Vamos a comprender lo importante de la unidad de todos los sectores que no son la derecha. Este fue el debate que tuvimos en el pleno del Comité Central del PC.

-¿Qué partidos incluye esta unidad?
-Incluye a la Democracia Cristiana y a todos los partidos y movimientos de gobierno. También a fuerzas que no son parte del actual Gobierno, pero que se identifican como izquierda y están preocupados del avance de la reacción de derecha. Es una necesidad país. No es en función del proyecto de uno u otro partido, sino de un proyecto más global desde el punto de vista democrático y de mantener avances en la lucha contra el sistema neoliberal y contra las posiciones más reaccionarias. Eso le da sustento a una política que constituye una necesidad democrática para el país.

-¿Cree que este gran pacto podría mantenerse poselecciones municipales y de gobernadores, como se deslizó en el Consejo Nacional del PPD?
-Nosotros lo vamos a decir como Partido Comunista, porque lo hemos discutido en detalle. Tenemos convicción al respecto, porque fue un señal muy dura lo del 4 de septiembre y, por eso, convocamos a una sola lista de consejeros y no dos. Pero no hubo comprensión. Me alegro mucho que ahora haya un proceso de autocrítica y que se entienda el error, porque perdimos la posibilidad de tener derecho a veto en el debate constitucional. Hubiésemos elegido 20 y si, a la luz de los resultados, uno integra a Alihuen Antileo, hubiésemos tenido 21 representantes de las fuerzas que quieren cambios, para impedir que no nos pasen la máquina.

-¿Qué pasó ahí?
-No se entendió la importancia de esta decisión. Parecía más importante el proyecto de separarse y deslindar mensajes hacia el centro para no confundirse con posiciones de izquierda. Me alegra mucho que eso haya sido un proceso internalizado en el PPD, y uno podría colegir lo mismo del acuerdo que tiene la DC.

-¿Cuál es el camino ahora?
-Nosotros creemos que, mientras no recuperemos el espacio y el impulso de las tareas democratizadoras vinculadas a cambios estructurales, el espacio de los proyectos propios debe quedar en segundo lugar. Hoy día, lo primero es impedir la imposición de una tendencia que no solo está en Chile. Mira lo que ha pasado en España, Italia, Brasil. Hay muchos lugares en que se cerraron los caminos de coherencia y transformación en beneficio directo de las condiciones de vida de la gente que vive con dramas agobiantes. La derecha ofrece cócteles con políticas comunicacionales sin reparos, que caen en frivolidades, utiliza la frustración íntima y masiva para desequilibrar y cerrar todo camino posible.

-¿Cuál es su llamado en este contexto?
-A asumir un gran frente político, donde la única clave para estar sea la voluntariedad de los incumbentes. O sea, yo no puedo obligar a alguien a que esté si no quiere estar. Así como pasó para las elecciones del 7 de mayo, pero ahora en un plano más masivo, que va a ser una batalla por sobre el próximo año. Estamos desafiados a comprender el fenómeno de octubre con lo que fue el plebiscito de entrada, luego de la elección de convencionales, y el porqué nos farreamos todos esos espacios. Creímos ser propietarios de un fenómeno que surgió desde la base, con grados de autoconvocatoria muy altos, con una particularidad de expresión muy alta y una extensión territorial y sectorial de carácter nacional.

-¿Cómo hay que contribuir a este nuevo proceso?
-Estamos desafiados a ver cuál es la forma en que cada uno va a contribuir, porque cada uno tiene una identidad y todos tienen derecho a existir. Nadie puede imaginar que esto funciona succionando a otros, debemos respetar identidades.

-¿Podría ser este intento de alianza una Nueva Mayoría II?
-La Nueva Mayoría surge porque la Concertación fue derrotada en el primer Gobierno de Piñera. Eso fue un remezón, pero luego, en el curso y en el andar del Gobierno (de Michelle Bachelet), se fue olvidando el origen que eso tenía. Vinieron debates de área chica muy pequeña, que sirven para el metro cuadrado, pero no para una explicación a la gente. Esa fórmula le servía para recuperar demandas postergadas por mucho tiempo. No tuvimos toda la responsabilidad. Ahí sí que había dos almas, claramente, después de los cambios de ministro del Interior y ministro de Hacienda. Había dos miradas y, a partir de ahí, se escribió una segunda derrota.

-¿Cómo se enfrenta este problema con una alianza amplia?
-Hay que tener presente que (José Antonio) Kast pasó de primera a segunda vuelta. Que les gano a todos los candidatos de derecha y obtuvo una gran votación. Fue el primero en la primera vuelta. Aquí hay una advertencia, un campanazo reiterado: las falencias de gestión, de ejecución, pero también de mensaje de unidad en nuestra diversidad. En todos los planos, los otros fueron capaces de juntar a hinchas de distintos equipos y todos eran una masa de gente postergada, que no le atendían sus demandas, estaban en Dicom, con embargos, con inestabilidad laboral y con las tarjetas vencidas. Esa es la sociedad que creó el sistema neoliberal, que tiene daños invisibles que hay que verlos. Hay que actuar, en consecuencia, con una política que escuche a la gente y a los temas que le están apretando. Como PC, considero que es urgente la necesidad de unidad con diversidad en nuestra coalición. La unidad no se construye cuando otro le pasa la máquina al del frente. Hay que construir en la diversidad, actuando en forma transparente, directa, haciendo saber las diferencias.

-¿Entonces este llamado es distinto al que se hizo para la Nueva Mayoría? ¿Cuál es la diferencia?
-La diferencia es cualitativa. En la Nueva Mayoría había espacio para que algunos dijeran ‘está bien, háganlo, pero conmigo no cuenten’. Existía un foco en el proyecto propio. La llegada de esta derecha reaccionaria es una tendencia y no hay más espacio para equivocarse. Hay que frenar y detener este avance de una coalición política tan reaccionaria que, si llega a instalarse, las consecuencias las pagará el pueblo, que va a vivir con populismo, demagogia, y sufrir las regresiones de los pocos avances que ha tenido la lucha antineoliberal. ¿Cómo será, cuando ellos tengan la sartén por el mango, el debate de las 40 horas o de aumento del sueldo mínimo?

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