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Claudio Agostini: un sistema tributario más simple y justo “requiere enfrentar a grupos de presión”

El economista y académico de la UAI destacó la importancia de implementar impuestos correctivos para mejorar la asignación de recursos y fomentar el crecimiento económico. Un ejemplo de ello sería el impuesto al diésel, que bien implementado reduciría la contaminación y generaría efectos positivos. Sin embargo, el profesor Agostini aseguró que la presión de grupos como el gremio de camioneros limita la posibilidad de establecer este tipo de impuestos necesarios para un sistema tributario más justo y simple. Además, señaló que la viabilidad de las propuestas del Gobierno dependerá del acuerdo alcanzado, y aunque consideró posible lograr avances en la PGU y las listas de espera, afirmó que la condonación del CAE y la deuda histórica a los profesores están fuera de las posibilidades actuales.


Un sondeo del Panel Ciudadano de la Universidad del Desarrollo (UDD) evidenció, entre otros datos, que para la mayoría de los chilenos “no existe” un buen momento para subir los impuestos. La encuesta expone que cuatro de cada cinco chilenos están en desacuerdo con subir ahora los impuestos. La percepción surge en medio de los esfuerzos del Gobierno por reactivar la reforma tributaria, cuya primera versión fue rechazada por la Cámara de Diputados el 8 de marzo.

La Moneda ha estado llevando a cabo reuniones para lograr un acuerdo en torno a la reforma tributaria antes de su discusión a fines de julio. Sin embargo, más allá de si la tributación logrará financiar las promesas del programa de gobierno del Presidente Gabriel Boric, “lo que uno quisiera es ver si somos capaces como país de tener un acuerdo más a largo plazo en el que digamos ‘esta es la forma en la cual queremos financiar al Estado, con estos impuestos, con este nivel de progresividad y dejemos el tema tranquilo por un tiempo'”, planteó el economista y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), Claudio Agostini. Durante el programa Al Pan Pan con Mirna Schindler, el doctor en Economía de la Universidad de Michigan, sostuvo que “llevamos mucho tiempo en que cada gobierno quiere hacer una reforma tributaria y el tema no se cierra nunca y genera incertidumbre”.

El deseo del profesor Claudio Agostini, bajo su mirada de economista, es el siguiente: “pongámonos de acuerdo en que estos son los gastos que queremos financiar y lo vamos a hacer con este esquema tributario y dejemos el tema tranquilo por un rato, sería ideal”. Ahora bien, dijo no saber si es posible lograr dicho cometido, ya que existe una dificultad para avanzar en temas como la exención y los regímenes especiales: “grupos de interés lo impiden”.

“Y es una de las líneas que uno quisiera que se avanzara: hacer el sistema más simple y más justo, pero requiere enfrentar grupos de presión, lo cual no es fácil”, declaró el profesor Agostini en El Mostrador Radio. En ese sentido, puso sobre la mesa la necesidad de implementar “impuestos correctivos” que ayuden a que la asignación de los recursos en la economía sea mejor y además ayuden al crecimiento. Un ejemplo de eso, mencionó, es el impuesto al diésel, el cual “contamina mucho y cuando se usa en autos y camiones genera congestión, aparte de que su uso está asociado a más niveles de congestión y accidentes de tránsito”, pero además a mucha contaminación.

“Un impuesto al diésel correcto, de la magnitud correcta, reduce la contaminación y eso tiene efectos positivos. Es un impuesto que uno quisiera tener siempre, pero volvemos al tema de grupos de presión. El impuesto al diésel en Chile es de los más bajos en el mundo. Pero si tú lo subes a lo que debería ser, los camioneros se toman la Ruta 5 y se acabó”, señaló.

El académico de la UAI afirmó que dicho impuesto es pro crecimiento, ayuda a un mejor nivel de asignación de recursos, pero también hay otros impuestos, como el que grava las utilidades de las empresas, que pueden tener efectos negativos en el crecimiento porque desincentivan la inversión.

El impuesto al patrimonio y el CAE  “fuera del rango”

Uno de los artículos en la rechazada reforma tributaria del Gobierno era un impuesto a los patrimonios que superen las 6.000 UTA (US$4,9 millones). El economista Claudio Agostini aseguró que la evidencia para este gravamen es “bastante mala” en términos prácticos. Dijo que hay un montón de países que lo intentaron, pero terminaron derogándolo, como Finlandia, Suecia, Austria, Alemania, Dinamarca, Francia, Holanda e Irlanda. Estos países, comentó el académico, notaron que las tasas de evasión eran altísimas, además de percatarse de que era demasiado caro de administrar y fiscalizar.

El Gobierno podría no insistir en este artículo. No obstante, buscará el financiamiento para la sala cuna universal, la reducción de las listas de espera hospitalaria, la deuda histórica a los profesores, la creación de un sistema nacional de cuidados y lograr un aumento de la Pensión Garantizada Universal (PGU), entre otras iniciativas. Todo esto, según el profesor Agostini, dependerá del acuerdo al que se llegue. Su impresión es que la PGU y las listas de espera están dentro del rango de lo posible. Sin embargo, “el CAE está absolutamente fuera del rango de lo posible”, manifestó, al igual que la deuda histórica a los profesores.

De todas formas, el economista Claudio Agostini reiteró la discusión en torno a los grupos de presión, donde estaría “la bala de plata” para todo esto. “Si tú subes el impuesto al diésel a lo que debería ser, si se elimina la devolución, se suben a 6 o 7 UTM como debería ser por lo que contamina, los cálculos del FMI y la OCDE, que son objetivos e independientes, señalan que se recaudaría US$ 3.200 millones, ahí tienes más de un punto del PIB y no distorsiona, sino que corrige males como la contaminación”, recalcó.

“Me encantaría que el sistema político fuera capaz de enfrentar el tema y ponerlo en la balanza. ¿Queremos seguir subsidiando a los camioneros en 3.200 millones? ¿Queremos que paguen lo que tienen que pagar, que dejen de contaminar y financiemos pensiones o listas de espera? Tengamos ese debate político. ¿Camioneros o pensiones? Ese es el tema”, sentenció.

La clave, según el profesor Agostini, es la gradualidad de su implementación. “Nunca es un buen momento cuando la economía está relativamente débil. Es decir, siempre hay razones para no hacerlo nunca si a nadie le gusta pagar impuestos. Pero entonces, el desafío es desacoplar el momento en que tú haces la reforma con el momento en que se empieza a implementar. Perfectamente se podría llegar a un acuerdo tributario ahora, se legisla ahora, pero el proyecto de ley establece que este impuesto aumentará a finales de 2024, 2025 o que aumentará gradualmente. No tienen por qué ir juntos. Probamos ahora y se comienza a implementar gradualmente en uno o dos años más, y así se garantiza una certidumbre total”, concluyó.

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