Para el senador PS y exsecretario general de la OEA, la muerte del expresidente Piñera deja un vacío en la derecha. Recuerda que como senador, Piñera fue muy importante para arribar a acuerdos trascendentales para la Concertación. Son esos acuerdos, los que espera se retomen con su partida.
El senador socialista José Miguel Insulza, y ex secretario general de la OEA, es un hombre cercano a parte de la familia del expresidente Sebastián Piñera y aún está conmocionado por la trágica muerte en el accidente aéreo del lago Ranco.
La prima hermana del exmandatario, María Teresa Chadwick Piñera, diplomática y fundadora del Sernam, es madrina de uno de sus hijos, Javier. A ella la conoció cuando militaron en el Mapu en los años 70, en algunas ocasiones coincidieron en matrimonios y eventos familiares con el expresidente Piñera.
El senador Insulza recuerda al fallecido jefe de Estado como un demócrata detractor de Pinochet desde los años 80. Cuenta a El Mostrador que la política los distanció por momentos, pero siempre mantuvieron el diálogo fluido. Piñera lo apoyó en su repostulación como secretario general de la OEA
La tragedia y la ceremonia fúnebre sorprendieron al senador Insulza en la Audiencia Interparlamentaria Anual de Naciones Unidas, en Estados Unidos, desde donde se mantuvo informado de los homenajes y despedidas del exmandatario tras su accidente aéreo.
– ¿Usted tenía una relación de cercanía personal o algo familiar con el expresidente Piñera?
– Teníamos una buena relación con el expresidente. Sin duda, siempre nos entendimos. Pero no era una relación familiar, lo más cerca familiarmente que llegamos fue por su prima María Teresa Chadwick Piñera, esposa de José Antonio Viera-Gallo, que es mi amiga, son mis amigos desde hace décadas. Ella es madrina de mi hijo Javier. A Sebastián no lo conocía tanto, conozco más a la familia Chadwick Piñera que a la familia Piñera.
-¿Esa relación con su prima los hizo coincidir con el expresidente en varios eventos y cenas familiares? ¿Cómo era él en esas actividades?
– No coincidimos mucho, en algún matrimonio, pero sí nos veíamos mucho con Sebastián, y nos llevábamos bien también. Había una cierta amistad, nos entendíamos, conversábamos siempre que se podía. Eso, para el periodo del estallido social se debilitó un poco, pero nunca se cortó. Siempre seguimos hablando.
-¿Qué lecciones o reflexiones políticas surgen tras la trágica muerte de Sebastián Piñera?
-Mire, creo que las cosas que se han dicho en el último tiempo, que se han hablado de él, son suficientes para decir que hemos vivido un mal periodo en la política chilena. Desde el año del estallido social hasta ahora no hemos salido de eso, y eso nos afecta a todos. Creo que algunos representantes de la derecha tuvieron el mal gusto de sacar eso en cara, pero es verdad para ambos lados. Lo hemos tratado mal y eso le ha hecho mucho daño a la política chilena.
-¿A partir de esta tragedia y la de Valparaíso nota un mejor clima? ¿De mayor empatía, diálogo?
– Sí. Noto un clima de mayor empatía, pero no noto todavía propuestas de diálogo, y de diálogo en serio, con cosas concretas. Parecen muchos muy buenos propósitos, pero todavía la agenda sigue siendo la misma.
-¿Podría esto producir un clima para incentivar un ambiente republicano de reencuentro?
-Sí, yo creo que se podría. Ahora, lo primero que yo descarto sería cualquier cambio constitucional. Una tercera Asamblea Constituyente no va a haber. Lo que sí puede haber es reforma tributaria, reforma de pensiones, de educación. Todas esas cosas se pueden conversar y yo espero que esto así se comience en el Senado a partir de marzo.
-Monseñor Chomalí, en su homilía, expresó que no era necesario esperar desgracias como las vividas para generar amistad cívica y respetarnos. ¿Qué le parece?
– Yo coincido con él, no es necesario esperarlo, pero muchas veces las cosas ocurren a partir de eso. Fue un doble tema, la muerte de tanta gente el fin de semana (en Viña del Mar), no había pasado nunca una tragedia de esas proporciones. Fíjese usted que Chile es un país de terremotos, de tragedias, y esta es una de las grandes tragedias por un incendio. Eso fue una cosa muy tremenda, y después la muerte del expresidente Piñera, las dos cosas fueron un golpe muy fuerte. Situaciones que remecen, y a veces los remezones sirven para despertar a la gente. No es necesario que ocurra ¿no es cierto?. No hay necesidad de eso, pero a veces sacudir o remover ayuda a despertar.
-El presidente Boric señaló que, en el gobierno de Piñera, las querellas políticas y recriminaciones de la oposición fueron en ocasiones más allá de lo justo y que el sector ha aprendido de ello…
-Mire, estoy absolutamente de acuerdo. Y espero que se haya aprendido realmente. No fueron tanto las acusaciones y esas cosas, sino sobre todo la forma de trato, la forma de relacionarse. Ahí no hay nadie que lance la primera piedra, por cierto. Entonces es de mal gusto tratar de lanzarla. Las cosas que se han dicho del Presidente Boric (en la derecha) son tan fuertes como las que se dijeron del expresidente Piñera en ese entonces. Entonces, la verdad es que dejémoslo ahí.
-¿Cuál diría usted que era la derecha que representaba el expresidente Piñera?
-Piñera era un personaje único en la derecha. La única figura primordial, digamos, al tomar a los 15 ó 20 primeros nombres primordiales de la derecha de las últimas décadas. Piñera era el único que había en la derecha que había estado en contra de la dictadura de Pinochet. Y eso le da un cierto ascendiente. Le da un cierto ascendiente porque de alguna manera se decía, todos, no apoyaron a Pinochet, Piñera no lo apoyó. Es algo parecido a lo que pasó, más recientemente, en el año 2019, con la firma de Gabriel Boric del acuerdo constitucional. Su partido lo votó en contra, pero él lo votó a favor, él lo firmó. Claro. Eso ayuda. Yo no sé quién va a cumplir el papel de Piñera ahora en la derecha. Seguramente, lo van a pelear aquellos que eran demasiado jóvenes en el año 80. No hay un plazo para eso, va a demorar mucho (encontrar a alguien). Además, porque Piñera no era solamente un demócrata, era demócrata y un neoliberal. Las dos cosas juntas no se vieron en Chile de nuevo y no se van a ver en mucho tiempo.
-Piñera votó No en el plebiscito del 88, llamó a rechazar el plebiscito del 80, como senador votó a favor de destituir al juez Cereceda y a favor de la reforma tributaria de Frei…
-Si. Él apoyó mucho todo eso, y también todo acuerdo de libre comercio. No votó en ninguno en contra.
-También habló de los cómplices pasivos, aunque tuvo episodios algo oscuros como el Piñeragate, el Banco de Talca. ¿Cómo cree que será recordado?
-Va a ser recordado como una persona que, como hemos mencionado, que cuando se proponía algo lo llevaba adelante. Empezó en los negocios con muy poco dinero y con muy poca expectativa, consiguió traer la tarjeta de crédito a Chile. Luego fue candidato a senador con dificultades, pero lo fue y fue un senador importante. Luego fue presidente del partido que lo había acogido porque Piñera no era de Renovación Nacional el año 90. No había entrado aún. Y luego fue presidente del partido y ganó con una mayoría importante. RN lo nombró candidato presidencial años después. Él quiso ser dos veces presidente y lo fue. Entonces es una persona que realmente forma parte de la historia. Alguien decía hace poco que quienes están entrando a la universidad este año, han vivido sus vidas siempre con Piñera o con Bachelet como presidentes. Entonces Piñera ciertamente dejó una huella.
-¿Y su legado o los hitos que van a marcar su memoria?
-Bueno, un legado, es una cosa que no se ha reproducido nunca, el rescate de los mineros de Atacama ciertamente. En eso acá no hay ninguna duda. O sea, los chilenos se han acostumbrado a hablar de eso, pero por Dios qué es difícil decidirlo. Y cuando los consejos llueven de que el presidente no se meta, déjelo a los técnicos, porque esto puede terminar muy mal, y el tipo se mete a fondo en el rescate. Ese es un recuerdo importante. Y su rol en la pandemia también, me parece justo ponerlo muy de relieve. O sea, Piñera era el único Presidente en el mundo que llamaba a los jefes de las empresas, y les hablaba de empresario a empresario para que les dieran vacunas para su país. Y una campaña de vacunación muy exitosa.
– ¿Es efectivo que en 2004 tuvo una participación destacada en el acuerdo entre el expresidente Lagos y Longueira?
-Sí, eso relevo también. Es poco conocido, porque esto no era una iniciativa de Piñera. Fue una iniciativa de Lagos y Longueira. Pero al día siguiente, Piñera ya estaba en las reuniones listo para llegar a acuerdos. Y eso se lo valoramos mucho. A lo mejor no le gustará a alguien, pero él quería llegar a los acuerdos y trabajó fuertemente para eso. (..) Yo recuerdo, sobre todo, lo que a mí me tocaba cuando era canciller y él era senador. Él empujaba muy fuertemente los acuerdos comerciales, estaba muy convencido de la apertura económica de Chile y la necesidad de ampliar el comercio exterior. Y se la jugó entero por eso. Incluso en el caso de la incorporación al MERCOSUR, que para muchos senadores de regiones y de derecha, que eran de sectores agrícolas, para convencerlos y moverlos hacia la votación, Piñera jugó un papel importante.
-¿Sintió su respaldo para su reelección en la OEA en 2010?
-Es una historia que he contado. Yo estaba siendo proclamado por varios países para mi reelección en la OEA, pero todos esperaban la decisión de Chile. Por cierto, yo tenía el apoyo de Michelle Bachelet, pero ella estaba saliendo (de su periodo). Y la verdad es que Piñera, muy generosamente, decidió adelantar su pronunciamiento. Y me recibió a mí para darme su apoyo en febrero del año 2010, cuando en realidad podría haber esperado hasta el 11 de marzo. Pero eso fue importante. Cuando hubo una reunión de presidentes, en ese momento en la CELAC, Piñera oficializó que Chile apoyaba a mi candidatura. Sí, eso fue así. Una anécdota, yo estaba en medio de una nevazón, en Washington y en el norte de Estados Unidos, estaba parado en Miami sin poder viajar a Washington. Y cuando me llamó Piñera y me dijo si podría ir en los 15 días siguientes para anunciar su apoyo, yo le dije, si le parece voy mañana, mejor. No tenía para dónde ir, mejor me venía a Chile y ahí recibía su apoyo.
-¿Qué le parece la valoración positiva que hizo la oposición de las palabras de Boric, el mea culpa?
-El gobierno lo ha hecho bien en esta materia. Ha sido generoso, incluso el Presidente, fue muy emotivo también. y dio a la ceremonia el carácter emotivo que siempre tienen estas cosas. Y eso ha sido importante. Ojalá que eso conduzca efectivamente a alguna forma de diálogo y una reconciliación. Yo creo que a Piñera le hubiera gustado eso, porque él era un hombre de acuerdos, le gustaban los acuerdos.
-¿Y qué efectos cree usted va a tener su deceso en la derecha?
– Es difícil saberlo. Creo que Piñera deja un vacío en su sector. Y ahora hay que ver cómo se reemplazan. No hay liderazgos claros en la derecha ahora. Y deja ciertamente con más fuerza a los sectores más moderados de la coalición del gobierno. Cuando el país se agrupa, digamos, en función de una tragedia como la que hemos vivido, eso siempre favorece a las tendencias más moderadas de centro-izquierda.