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Las grietas del Senapred: presupuesto exiguo y falta de personal PAÍS Créditos: Agencia Uno.

Las grietas del Senapred: presupuesto exiguo y falta de personal

Rodrigo Córdova
Por : Rodrigo Córdova Periodista en El Mostrador
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El Senapred es el principal coordinador de emergencia en tiempos de desastres naturales. En momentos de crisis, sus grietas se vuelven más evidentes. Para enfrentar desastres devastadores en lo humano y en lo económico, el Senapred cuenta con recursos similares a los de la Biblioteca del Congreso.


Paralelo al combate de los incendios, a la reconstrucción y a la ayuda a los damnificados, se ha levantado la polémica en cuanto a la actualización de los planes de emergencia por parte de los municipios. Algunos de ellos, a su vez, apuntaron a la lentitud con la que actúa el organismo encargado de aprobarlos, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta Ante Desastre (Senapred). Hoy, a la luz de cómo ha actuado este servicio, hay amplio consenso de que esta crisis abre una oportunidad para mejorar el sistema.

Dentro del mundo político no hay una crítica particular con el Senapred. Sin embargo, ante la gestión de la emergencia sí se reconoce que los incendios forestales abrieron un espacio para mejorar el sistema. Así como ocurrió con el Shoa y la Onemi luego del terremoto del 2010. 

Voces que conocen la gestión de las emergencias por parte del Estado advierten que con el presupuesto del Senapred – $23.148.341.000-, no es mucho lo que se le puede exigir a este servicio y, para ponerlo en perspectiva, comparan con el presupuesto de la Biblioteca del Congreso, que es de $16.803.030.000, no muy lejano entre uno y otro. Además, aseguran que $3.000 millones van desde el Senapred hacia el Centro Sismológico Nacional.

Otro aspecto que se destaca es que cada dirección regional funciona con 18 funcionarios, y entre ellos hay cerca de ocho operadores de radios, más el personal de administración. Es decir, se calcula que hay cerca de 6 ó 7 funcionarios del Senapred en terreno habitualmente por región.  

El miércoles pasado, colaboradores del ex Presidente Sebastián Piñera llegaron al Palacio de La Moneda para reunirse con la ministra de Desarrollo Social y Familia, Javiera Toro, e hicieron entrega de una propuesta de reconstrucción en las zonas afectadas por los incendios en la Quinta Región. Entre ellos, estaba el ex subdirector Nacional de la Onemi, Cristóbal Mena, quien conoce de cerca el proceso del nacimiento del Senapred.

En dicha instancia, Mena sostuvo que el contexto actual es clave para evaluar el estado actual de los servicios que pretenden dar respuesta: “Este es, probablemente, un punto de inflexión como lo fue el 2010, en materia de reducción de riesgos de desastres”. Ese año, explica, se aprendió de que se carecía de políticas públicas y se impulsó el proyecto del Senapred, que recién vio la luz 10 años más tarde, el 2021. 

Mena apunta a que ahora, por ejemplo, se podría acelerar el trámite en el Congreso de una ley que moderniza a la Conaf y crea el Servicio Nacional Forestal o, como se hizo también en el pasado, se modernizó el SHOA y hoy, asegura “tenemos servicios de alerta de tsunami de primer nivel”. 

Para el colaborador del ex Presidente Piñera la pregunta es: “¿Qué vamos a tomar de esta experiencia para modernizar también ese sistema de monitoreo?”. El ex director de la Onemi, Ricardo Toro, sostiene que, en cuanto al Senapred, “no se requiere un cambio, todo lo contrario, se debe impulsar la implementación de esta ley, que garantiza que el SENAPRED y todas las partes involucradas en la gestión del riesgo de desastres, tengan avances concretos y puedan cumplir con los objetivos y responsabilidades que se les asignan”.

Primero aclara que el Senapred “está compuesto por entidades públicas y privadas que desempeñan roles y tareas en todas las etapas de la gestión del riesgo de desastres, promoviendo una gestión más eficiente y efectiva en la prevención y mitigación de los riesgos”. En esa línea,  cree que la implementación de la ley que crea al Senapred “debe ser integral, permitirá contar con una base sólida y actualizada para enfrentar con todas las herramientas necesarias las múltiples amenazas que nos afectan”. 

Ahora, Toro reconoce que “es fundamental que se asignen los recursos apropiados, que reflejen la urgencia y la importancia de los desafíos que debemos alcanzar”, pero en cuanto a la crítica de la burocracia que está detrás del Senapred, argumenta que “si hay un Servicio menos burocrático en Chile, es Senapred, porque debe normalmente trabajar 24/7 y contra el tiempo”. 

Ahora, sobre el presupuesto del servicio, Toro cree que “si bien cubre las actividades principales, obliga a priorizar porque no se pueden cubrir todas las necesidades, lo que resulta especialmente desafiante dada la trascendencia de la misión del Senapred y la necesidad de materializar una gestión integral”. Sobre eso, existe un “círculo vicioso”, en tanto la ley que crea el Senapred establece más responsabilidades y una de las demandas a financiar, por ejemplo, es el incremento del personal. 

El ex director de la Onemi aclara que la responsabilidad de las respuestas a la emergencia se despliegan en los diferentes Comités de Gestión del Riesgo de Desastres, ya sean comunales, regionales o nacionales. El Senapred, por su parte, asesora en todos estos niveles “y coordina las solicitudes de apoyo y alerta a la población”. 

Toro destaca los avances en relación a respuesta que tiene esta institucionalidad, como el Centro de Alerta Temprana, el SAE en los celulares y el reforzamiento de los trabajos preventivos en el territorio, pero “no inhibe la necesidad de que el sistema en lo general y el SENAPRED en lo particular, sean fortalecidos aún más en sus capacidades existentes, desarrolladas especialmente para enfrentar las amenazas de tipo geológicas”. 

Toro recalca que los países que logran prevenir los desastres, son aquellos que “invierten el tiempo y los recursos necesarios para comprender y reducir el riesgo de desastres. Lo indicado se agrava aún más para Chile, ya que está catalogado como uno de los países más sísmicos y volcánicos del mundo, y además, altamente vulnerable al cambio climático”. 

Rose Marie Garay es académica de la facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza y de Citrid, el programa de reducción de riesgos de desastres de la Universidad de Chile. Desde su óptica, el Senapred va en la dirección correcta, pero “ante tantas emergencias y su recurrencia es difícil pretender que se pueda cubrir todo de forma rápida y eficiente”. 

La académica agrega que, además, “es importante conocer e imitar las buenas prácticas, por ejemplo la japonesa. Ello implica tomarse en serio la preparación y la mitigación preventiva, sin que exista una dependencia tan grande de los gobiernos centrales”. 

Garay cree que el cambio que significa el paso de la Onemi al Senapred es “trascendental”, pero “se requiere aumentar responsabilidades”. Eso sí, “no pueden perder su rol de coordinador y de fiscalizador para que se atienda tempranamente las emergencias de manera correcta”, aclara la académica. Si bien hay una urgencia, “apurarse en el caos no resuelve y malgasta los recursos públicos”. 

Para la académica, las cifras del presupuesto no son el tema, “la planificación de actividades para robustecer a una estructura de atención de emergencia a escala local sí lo es, y eso debe ser tema de discusión permanente”. Ahora, de todas maneras coincide que el apoyo con recursos a municipios puede ayudar en esa línea, pero  “estos se fiscalizarán para una ejecución correcta y transparente” y “se daría un gran salto”. Se deben transparentar las cuentas públicas”.

La visión del mismo Senapred

Al consultarse al servicio por cómo ven esta opción de generar cambios y por los alegatos de los municipios, se sostuvo, por parte de la institución que “hemos cumplido nuestras funciones de asesoría técnica a los municipios, de acuerdo con lo establecido por la ley los respectivos reglamentos.  En este contexto, oficiamos tempranamente a los municipios para que elaboraran sus planes; hemos entregado orientaciones técnicas; hemos puesto a disposición los nuevos formatos; se han diseñado y realizado capacitaciones, y junto con ello, se han ejecutado cursos destinados a los funcionarios municipales precisamente para la elaboración de planes”. 

Ahora, dieron espacio para que “ciertamente, después de la emergencia, se efectuarán los análisis correspondientes para identificar las brechas y las oportunidades de mejora”. Por otra, sobre la capacidad con la que cuentan, informaron que “todo necesario análisis sobre el mejoramiento de las capacidades tanto en la respuesta como en la preparación, debe abordarse como una perspectiva sistémica, sustentado en una mirada de mejoramiento continuo”. 

Esto último, aludiendo que la ley 21.364, la que en uno de sus puntos crea al Senapred, también define que este servicio tiene colaboración público – privada, tiene distintas focalizaciones territoriales y cuenta con otros mecanismos técnicos de monitoreo que advierten sobre las diversas amenazas naturales dentro de Chile.

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