Según una estimación basada en estudios epidemiológicos y datos satelitales, el costo social de la contaminación en Chile asciende a aproximadamente 5.000 millones de dólares anuales, lo que equivale al 1,6% del PIB del país.
El informe «Costo social de la contaminación del aire», elaborado por los investigadores de la Universidad San Sebastián Cristóbal de la Maza, Francisco Fernández, Nicolás Rojas y Matías Otth, estima que la mortalidad asociada a la contaminación atmosférica en Chile está subestimada.
Sus principales resultados son:
La calidad del aire en Chile se ha convertido en un desafío crítico para la salud pública y la economía nacional, advierte el informe.
De acuerdo con el Quinto Reporte del Estado del Medio Ambiente (MMA, 2019), la contaminación por Material Particulado Fino (MP2,5) contribuye a la muerte prematura de alrededor de 3.600 personas al año. Sin embargo, el estudio que encabezó Cristóbal de la Maza indica que esta cifra podría estar subestimada, debido a la falta de cobertura de estaciones de monitoreo en muchas comunas. De hecho, advierte, solo el 16% de las comunas en Chile cuenta con estaciones para medir MP2,5, lo que sugiere que la mortalidad prematura atribuible a la contaminación podría ser cercana a 4.800 muertes anuales.
El impacto económico de la contaminación del aire es también significativo. Según una estimación basada en estudios epidemiológicos y datos satelitales, el costo social de la contaminación en Chile asciende a aproximadamente 5.000 millones de dólares anuales, lo que equivale al 1,6% del PIB del país. Este cálculo incluye los costos asociados a la atención médica y la pérdida de productividad a raíz de enfermedades cardiorrespiratorias relacionadas con la exposición a largo plazo al MP2,5. «En algunas comunas, como Puente Alto, Maipú y La Florida, los costos económicos superan los 100 millones de dólares anuales«.
En resumen, la contaminación del aire en Chile no solo tiene un impacto severo en la salud pública, sino también en la economía del país.
Para profundizar sobre los alcances de este informe, entramos en contacto con el principal investigador, Cristóbal de la Maza.
–¿Cuáles son los principales factores geográficos y climáticos que influyen en los altos niveles de contaminación en las tres ciudades más contaminadas de Chile?
–El principal factor geográfico corresponde a barreras topográficas que limitan la circulación del aire. En zonas costeras con mayor viento, la capacidad de dispersión de contaminantes es mayor a la de zonas en valles rodeadas de montañas, como Santiago.
En cuanto a factores climáticos, el que más influye corresponde al fenómeno de inversión térmica, que ocurre durante invierno, donde la temperatura del aire, contrario a lo común, va ascendiendo a mayor altura, actuando como techo, impidiendo la circulación de la masa de aire, que se mantiene atrapada al ser más frío y denso el aire cerca del suelo.
A esto se suma que, durante el invierno, las menores temperaturas incentivan una mayor demanda por calefacción, que en las comunas más contaminadas en el sur de Chile, como Osorno, Coyhaique y Puerto Varas, depende del uso de leña, lo que aumenta drásticamente las emisiones de contaminantes.
–¿Cómo afecta el cambio climático a la dinámica de dispersión de contaminantes atmosféricos en las ciudades más contaminadas de Chile?
-El cambio climático está contribuyendo a una mayor frecuencia e intensidad de eventos extremos con bajas temperaturas en invierno, lo que induce un mayor uso de la leña y, por ende, una mayor contaminación. También podría inducir cambios en patrones de temporales, o condiciones de estabilidad atmosférica, afectando la capacidad de dispersión de contaminantes durante el año.
–¿Existe la correlación entre el crecimiento urbano descontrolado y el aumento de la contaminación atmosférica en las ciudades chilenas con mayor nivel de polución?
-El crecimiento urbano no planificado es una presión relevante. Incentiva recurrir a sistemas para calefacción por cada vivienda individual, en contraposición al uso de energéticos menos contaminantes, como sistemas de calefacción distrital, para múltiples viviendas, que requieren desarrollar infraestructura apropiada. A su vez, incentiva un mayor uso del transporte, uno de los principales responsables de la contaminación del aire.
–¿Cuál es la razón por la que las estimaciones que hace el MMA están subestimadas?
–La red de monitoreo que dispone el MMA solo considera 55 comunas a nivel nacional. En nuestro estudio, logramos expandir el análisis a otros territorios no considerados. Incluimos la totalidad de las comunas del país, mediante el uso de información satelital. Cabe destacar que 11 millones de habitantes no cuentan con estaciones de monitoreo y 3,5 millones de estos viven en lugares con una calidad del aire potencialmente riesgosa.