Analista Federico Rojas y “Pepe” Mujica: “En una época de divisiones, él tendió puentes”
José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay, falleció a los 89 años dejando un legado de coherencia y humanidad en su liderazgo, según el académico Federico Rojas, quien destacó su capacidad para tender puentes en tiempos de polarización.
José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y figura emblemática de la izquierda latinoamericana, falleció el 13 de mayo a los 89 años, tras luchar contra un cáncer. Su vida estuvo marcada por su paso como guerrillero del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, que combatió a la dictadura militar en Uruguay, lo que le costó 14 años de prisión.
Tras ser liberado en 1985, Mujica desarrolló una destacada carrera política como ministro, parlamentario y presidente de su país, una trayectoria que trascendió lo estrictamente político, convirtiéndose en un referente para la izquierda y para muchos latinoamericanos.
Sobre esta materia, conversó con Al Pan Pan con Mirna Schindler Federico Rojas, académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, reflexionó sobre el legado de Mujica, destacando su capacidad para ofrecer una coherencia entre lo que pensaba, decía y hacía, lo que lo hizo un líder único en una época de desorientación y polarización.
“En una época con mucha desorientación, con falta de referencias, con desestructuración, donde la población no tiene dónde mirar”, explicó Rojas, “él fue un liderazgo que interpela sobre todo una coherencia entre lo que piensa y lo que hace, que lo distingue de otros liderazgos similares”. Según Rojas, este tipo de coherencia es lo que le dio a Mujica una fuerza única que lo convirtió en un personaje creíble y real, algo que se diferencia de otros líderes políticos.
Rojas también comentó que, en lugar de ser un político cuya figura se limitaba a resultados estrictamente políticos, Mujica ofreció una propuesta de liderazgo que abordaba también cuestiones existenciales y valores fundamentales. “En este caso estamos hablando de un liderazgo que interpela valores y sobre todo una coherencia entre lo que piensa, dice, y hace, que tal vez es lo que lo hace real y lo que lo hace creíble frente a otros liderazgos similares”. Esta coherencia entre su vida y su discurso político, según Rojas, le dio una gran potencia. “Lo que él hace es coherente con lo que dice y creo que eso le da una potencia muy importante”, afirmó.
Federico Rojas también subrayó la importancia de la visión humanista de Mujica. “Creo que vale la pena destacar que en una época con mucha desorientación, con falta de referencias, con una desestructuración muy grande donde la población en general no tiene dónde mirar, personajes de este tipo, que no hablan solamente de programas políticos, sino también de cómo la política se relaciona con la humanidad, en ese sentido tiene una mirada humanista”. En este contexto, Rojas explicó que Mujica se definió a sí mismo como humanista en su última etapa, y esto le permitió abrirse a un público más amplio y llegar a sectores con los que, ideológicamente, no tenía mucha cercanía.
Rojas también reflexionó sobre cómo la visión de Mujica no se limitó a la política tradicional, sino que también giró hacia una reflexión más profunda acerca de la vida. “Él llega con una experiencia vital muy grande a la presidencia y eso marca una diferencia, no todas las personas que tienen esa trayectoria tal vez la aprovechan de esa manera, pero en su caso fue así, y creo que marca gran parte del personaje y de su mirada tal vez más amplia”, comentó Rojas.
El analista explicó que Mujica fue un referente para la izquierda latinoamericana, pero que, a medida que avanzó en su vida, fue desapegándose de ciertos elementos de esa izquierda, particularmente de la visión nostálgica del Che Guevara y de la guerrilla. “Creo que hay una reflexión que le hace, hay un mea culpa, nos equivocamos, erramos el camino, creíamos algo que después, bueno, no resultó”. Según Rojas, esta reflexión sobre el pasado y la capacidad de Mujica para apartarse de ciertos ideales le permitió encontrar una forma de conectar con personas y sectores que no compartían necesariamente su ideología.
“En una época de divisiones y polarización, él fue alguien que tendió puentes, que siempre tendió al diálogo más allá de su zona de confort”, dijo Rojas. Este enfoque, para el analista, fue lo que permitió a Mujica ampliar su círculo de influencia y alcanzar a sectores ideológicamente distantes. “Es claro, en declaraciones como las que hizo, por ejemplo, con el expresidente Piñera acá en Chile, donde él genera un vínculo, ciertamente no es de cercanía, pero sí genera un vínculo con cierto respeto”. Rojas señaló que, a pesar de la diferencia ideológica, Mujica logró establecer un diálogo basado en el respeto mutuo y orientado a la resolución de problemas concretos de las personas.
De esta forma, la mirada humanista de Mujica no solo lo convirtió en una figura política destacada, sino también en un líder capaz de generar puentes en tiempos de polarización y divisiones. “Creo que eso es lo que lo lleva a definirse en su última etapa como humanista. Y eso le permite tal vez ampliar su público, ampliar su zona de influencia y llegar a sectores con los que ideológicamente tal vez no tiene tanta cercanía, pero sin embargo puede dialogar a partir de eso”.
Inscríbete en el Newsletter +Política de El Mostrador, súmate a nuestra comunidad para informado/a con noticias precisas, seguimiento detallado de políticas públicas y entrevistas con personajes que influyen.