
Daniel Manouchehri (PS) : “Jara está rompiendo el muro del 38 % del Apruebo y del 62 % del Rechazo”
“El socialismo democrático llegó al fin de una etapa (…) Hoy necesita renovarse, con nuevos liderazgos, nuevas ideas y nuevas formas de conectar con la ciudadanía. Lo que está en crisis no son sus principios, sino los moldes con los que los hemos intentado representar”dice
El diputado Daniel Manouchehri hace más de 15 días debutó como “Enojo” en el polémico cortometraje del PS para la campaña por Carolina Tohá, desatando la ira del Frente Amplio. Él defendió la obra señalando que la colectividad “se construyó políticamente a punta de críticas contra el socialismo democrático” y que sin éste “no habrían sobrevivido ni un año”.
Hoy su ánimo es más ecuménico. Dice que “el sketch de Intensamente fue una humorada” de una campaña y que no le daría mayor importancia, ya que fue una pieza creativa para disputar un espacio, no un manifiesto político”.
“El video fue una respuesta, con humor, a la caricaturización que hicieron ellos de los 30 años. No hay que sobredimensionarlo. Fue un momento dentro de una competencia, nada más. Lo importante ahora es construir unidad, no alimentar diferencias”, dice el legislador evitando roces.
El legislador por Coquimbo tiene experiencia en propaganda política. Comenzó pegando afiches por Ricardo Lagos en Ovalle a los 14 años; fue coordinador del comando de jóvenes por Bachelet en 2005 -sobrevivió la caída del bus que cayó del puente Maipo regresando de una gira- y estuvo en la segunda campaña de la exmandataria en 2013.
Le gusta la comunicación política. Incluso, hizo un magíster en la materia en la Universidad Autónoma de Barcelona luego de terminar su trabajo de asesor en la Segegob cuando Álvaro Elizalde era vocero de Gobierno.
Es uno de los parlamentarios con presencia sostenida en medios y redes sociales. Sus videos superan los 1,5 millones de “me gusta” en TikTok y acumula más reproducciones en Instagram.
-¿Cuál es la importancia de las redes sociales en una campaña presidencial?
-Hoy las redes no son accesorias: son el espacio donde se construye el clima emocional del país. Ahí se forma opinión, se instalan relatos y se decide si una idea prende o se pierde. En las RRSS se construye la realidad y el sentido común. La derecha lo sabe. Ha montado granjas de bots, creados falsos influencers y usado la inteligencia artificial para amplificar mentiras, instalar miedo y atacar reputaciones. No es espontáneo: es parte de su estrategia. Por eso, la izquierda tiene que activarse. No para copiar sus métodos, sino para disputar el sentido común con verdad, propuestas y esperanza.
-¿Cuál es su reflexión tras lel triunfo de Jeannette Jara y la derrota del socialismo democrático?
-Que los pueblos no solo votan con la cabeza, también votan con el alma. Jeannette Jara logró sintonizar con una parte profunda de Chile. La gente vota por personas, por liderazgos que transmiten confianza. Y ella lo logró.
-¿A usted lo representa Jeannette Jara y las propuestas del PC o hay que respetar los acuerdos?
-Jeannette tiene todo lo que se necesita para conducir Chile. La apoyamos no solo por lealtad a los acuerdos, sino porque creemos sinceramente que su liderazgo conecta con el sentir ciudadano. Su historia habla por ella. Las propuestas que impulsó en la primaria son una base, pero ahora se abre una nueva etapa que es construir un programa para gobernar, no solo para competir.
-¿Cree que Jara tiene posibilidades importantes de derrotar a la derecha y no solo competir?
-Jara puede ganar la elección, con un buen programa y un equipo de futuro. Las encuestas muestran Jara que está rompiendo el muro del 38 % del Apruebo y del 62 % del Rechazo. Para ganar se necesitan tres cosas: una buena candidata —y ella lo es—, un programa que mire al futuro, y un equipo capaz de representar futuro. Ella tiene mejores cualidades que Kast y Matthei, y en eso saca ventaja. Pero no basta con ser mejor, hay que construir una propuesta potente en seguridad, economía familiar y lucha contra la corrupción. También rodearse de rostros que transmitan transparencia, preparación y futuro. La gente está atenta a eso.
-¿Comparte la idea de Girardi de que Chile no necesita un proyecto marxista o con sesgos ideológicos?
-Evidentemente, Chile requiere un proyecto democrático, amplio y transformador. La gente quiere certezas, justicia, derechos y orden. El debate no es sobre etiquetas ideológicas, sino sobre el país que queremos construir. Jeannette representa a una coalición completa, y ha sido clara en su compromiso con ese horizonte.
-¿Qué errores hubo en la campaña del socialismo democrático y en la comunicación política de Tohá?
-Jara ganó porque la ciudadanía la percibió como mejor candidata. Esa es la principal explicación. Claro que hubo errores. Se intentó construir una campaña con rostros que hablaban más del pasado que del futuro. Pero el problema no fue solo comunicacional. Faltó un relato que emocionara, que conectara. Y en política, si no emocionas, no convences. Tohá es una de las figuras más preparadas del país. Pero en una elección no gana solo la preparación: gana quien logra tocar una fibra.
-¿El socialismo democrático ha llegado a su fin como dijo Tironi o aún puede emocionar a alguien?
-El socialismo democrático llegó al fin de una etapa. No de su existencia. Hoy necesita renovarse, con nuevos liderazgos, nuevas ideas y nuevas formas de conectar con la ciudadanía. Lo que está en crisis no son sus principios, sino los moldes con los que los hemos intentado representar. Como en los años 80, necesitamos unidad socialista. El PS debe volver a ser la casa de la izquierda democrática. No estamos condenados. Pero tampoco podemos seguir esperando. Lo que hagamos hoy, no mañana, definirá si seremos parte del pasado o del porvenir.
-¿No comparte que existe nostalgia por la Concertación y que el centro es clave en noviembre?
-Durante años, el socialismo ha oscilado entre dos espejismos: los que siguen aferrados a la nostalgia de la Concertación, como si el pasado pudiera ser proyecto de futuro, y los que renuncian a toda autonomía y se resignan a ser vagón de cola del Frente Amplio o el PC. Ambos caminos nos han debilitado. La salida no está ni en la nostalgia concertacionista ni en la subordinación al PC-FA.
-¿Donde estaría entonces?
-Está en reconstruir un proyecto con identidad, raíces y ambición. Un socialismo que articule una coalición progresista amplia, sin exclusiones, pero con voz propia, base social reconocible y capacidad de liderar los cambios que vienen. El centro político es clave, pero no como espacio vacío, sino como la gente real que quiere cambios con estabilidad. Ese centro no busca tibieza, busca propuestas claras, posibles y justas. Ahí está el corazón del país.
-¿Comparte que el PS no da espacio a nuevos liderazgos, como planteó César Valenzuela?
-Es cierto que el PS no ha sido un partido que facilite el recambio. Pero eso también forja liderazgos sólidos. Los cuadros políticos del PS tienen densidad, porque han sobrevivido a una interna exigente.Tenemos liderazgos con arraigo real, sobre todo en regiones. Y necesitamos sumar a nuevas voces que se ganen su espacio con trabajo.
-¿Fue bueno que se bajara la senadora Paulina Vodanovic de la carrera presidencial?
-Fue un gesto de madurez institucional. Saber cuándo competir y cuándo hacerse a un lado es una virtud en política. Si no lo hubiera hecho, probablemente hoy estaríamos discutiendo el peso del PS en la derrota de Tohá. Ahora, la presidenta tiene una oportunidad de reafirmar su liderazgo en la senatorial. Y nosotros como partido tenemos tiempo para promover liderazgos. El futuro del PS no puede depender del regreso de Bachelet.
-El filósofo Charles Taylor plantea que las opiniones diversas, por perturbadoras que sean, son necesarias para una democracia robusta y el pensamiento crítico. ¿Lo comparte ?
-Absolutamente. En liderazgo se construye diciendo las cosas. Venimos de una cultura que nos decía que no se hablara de política ni religión, como si disentir fuera peligroso. Pero la democracia exige pensamiento crítico, diversidad de ideas y tolerancia. No se trata de pensar igual, se trata de convivir en la diferencia.
-¿Y por qué el PS solicita la cesar en el cargo al diputado y candidato Johannes Kaiser por considerar sus opiniones peligrosas? ¿Quién define cuando una opinión es peligrosa?
-Las declaraciones de Johannes Kaiser se acercan peligrosamente a discursos que justificaron crímenes políticos y rupturas democráticas. La libertad de expresión no ampara todo: no incluye la apología del golpe de Estado ni la validación de la violencia política. La tolerancia no puede convertirse en una excusa para normalizar la bestialidad. En este caso, los parlamentarios ejercieron un derecho constitucional al recurrir al TC. Será esa institución la que determine si sus dichos cruzan un límite que en democracia no se debe cruzar. Puede haber un debate sobre el camino del TC, pero no sobre la gravedad de los hechos. Y frente a eso, no corresponde el silencio.
-¿Qué ventaja tiene la lista única para los partidos grandes y qué desventaja para los más pequeños?
-Con lista única o sin ella, el mal candidato va a perder igual. Pero con lista única se maximiza la representación progresista. Tenemos una oportunidad imperdible con la división de la derecha. El problema es que algunos partidos con un solo parlamentario quieren 60 cupos. Eso no es razonable. Tendrán que adecuarse a la realidad. Y si no quieren sumarse, no están obligados. Pero después no se quejen de los resultados.