

Violencia, seguridad y empleo: las diferencias clave de los candidatos en temas de mujer
Relevantes contrastes hay en las mociones de los candidatos presidenciales en temas de mujer. Si bien todos reconocen la necesidad de abordar problemáticas de género, su visión varía desde seguridad y sanciones penales a empoderamiento económico.
En materia de combate a la violencia contra la mujer, en trabajo y apoyo al emprendimiento y reconocimiento al cuidado no remunerado están las convergencias de la mayoría de los candidatos presidenciales. Mientras que en el enfoque de seguridad –pública versus la intrafamiliar– hay diferencias, al igual que en incentivos para el empleo, en sistema de sala cuna e impuestos.
Al analizar los programas presidenciales de los candidatos José Antonio Kast, Evelyn Matthei, Jeannette Jara, Johannes Kaiser, Franco Parisi, Harold Mayne-Nicholls y Eduardo Artés, se encuentran interesantes cruces. Aunque al cierre de esta nota Marco Enríquez-Ominami no presenta formalmente su programa. En general se observan semejanzas en el diagnóstico aunque diferencias clave en el enfoque y las iniciativas propuestas para combatir la violencia contra la mujer.
Violencia contra la mujer
Un punto de aproximación programática es el reconocimiento de la violencia como un problema prioritario que requiere de refugio y apoyo integral para las víctimas. Matthei propone una “Red de Protección” para mujeres e hijos con apoyo jurídico, de salud mental y reubicación. Sin embargo, Evelyn Matthei adopta un enfoque amplio que incluye la protección en la vía pública.
Aunque la postura de Jeannette Jara sobre la incorporación del aborto en su programa sufrió un cambio al incorporar a la DC, entre sus propuestas se destacan beneficios laborales para las mujeres y un apartado específico que habla sobre la “Prevención de la Violencia de género”. Para combatir la violencia de género establece que ampliarán las casas de acogida en el programa de residencias transitorias para la protección y refugio temporal de las mujeres mayores de 18 años.
Mayne-Nicholls plantea fortalecer las casas de acogida y las líneas de denuncia 24/7. De modo similar, Kast propone ampliar la cobertura de residencias transitorias y Franco Parisi menciona un “Plan Vivienda Emergencia Mujer” para víctimas de violencia intrafamiliar, sin abordar la violencia económica.
Otra similitud es la necesidad de una respuesta institucional más robusta. Matthei busca actualizar el protocolo de primer contacto de Carabineros y PDI, mientras Mayne-Nicholls apunta a mejorar la respuesta de policías y tribunales para evitar la revictimización. Lo que se ha conocido de las propuestas de Jara es que implementarán dispositivos de SernamEG Móvil para que vehículos operativos, equipados y dotados de profesionales especializados realicen atenciones psicosociales, jurídicas y derivaciones oportunas en los lugares más aislados y rurales del país, permitiendo un mayor acceso para las mujeres en afrontar la violencia.
Grosso modo, las diferencias radican en el alcance de las medidas. Matthei aborda explícitamente la seguridad en el espacio público con su programa “Mujer camina tranquila”, enfocado en calles, paraderos y transporte público, con cámaras y botones SOS. Su enfoque también es tecnológico y preventivo, al proponer un “brazalete de emergencia” para mujeres en riesgo vital, que complemente las tobilleras de los agresores.
El programa de Johannes Kaiser se centra en la protección inmediata de las víctimas, proponiendo explícitamente el trabajo penitenciario obligatorio para que los delincuentes retribuyan el daño causado.
Artés se compromete a aplicar el máximo rigor de la ley contra el maltrato, la violación y el feminicidio. Establece apoyo a la integración de la mujer, más allá de la paridad de género.
Incentivo al empleo y el emprendimiento femenino
Donde emergen claras diferencias es sobre cómo fomentar el empleo, el emprendimiento y el cuidado infantil, ejes considerados clave para la autonomía económica de la mujer en las propuestas de los candidatos.
Mientras algunos abanderados presentan planes estructurados y con medidas específicas, otros abordan la problemática de forma general.
Consensos en el diagnóstico
Existe un consenso entre Matthei, Mayne-Nicholls y Kaiser sobre la necesidad de apoyar a las mujeres emprendedoras. Proponen medidas como el fortalecimiento de programas de financiamiento Corfo, la entrega de capital semilla y la capacitación para la gestión de negocios.
Jara señala que se promoverá la participación de mujeres en sectores altamente masculinizados, mediante incentivos, condiciones laborales equitativas y medidas de conciliación personal, laboral y familiar.
También en la necesidad de capacitación para la inserción laboral. Matthei, Kaiser y Mayne-Nicholls precisan que la capacitación es fundamental para mejorar la empleabilidad de las mujeres. Sus programas mencionan explícitamente la necesidad de alinear la formación con las demandas del mercado laboral actual.
Todos los candidatos abordan las barreras para cuidado de hijos y reconocen que este es un escollo para la participación laboral femenina.
Kast lo menciona como una “dura realidad”, mientras Matthei, Jara, Mayne-Nicholls y Kaiser proponen soluciones de cuidado infantil para facilitar el trabajo de las madres.
Matthei, Kaiser y Mayne-Nicholls comparten la visión de que las jornadas laborales deben ser más flexibles y adaptables, para permitir a las mujeres, especialmente a las madres, compatibilizar el trabajo con las labores de cuidado.
Los programas de Kaiser y Matthei ponen un énfasis particular en las jefas de hogar y madres. Kaiser dirige sus medidas de capacitación y emprendimiento específicamente a “madres y jefas de hogar en situación de pobreza”, y Matthei prioriza a mujeres con niños a su cuidado en el acceso a vivienda.
También en fomento a la formalización laboral hay una preocupación compartida por incentivar el empleo formal. Matthei lo hace mediante un subsidio directo y Kaiser propone contratos digitales instantáneos. Kast también reconoce la precariedad del empleo informal.
Artés sostiene que “la liberación” se consigue principalmente a través de la integración de la mujer al trabajo productivo, un objetivo que requiere cambios estructurales en el modo de producción social.
Principales divergencias en propuestas laborales
Los programas de José Antonio Kast y Franco Parisi no detallan propuestas específicas de incentivos al empleo o emprendimiento femenino. Kast, aunque no propone medidas directas de fomento al empleo femenino, sí reconoce el dilema que enfrentan las mujeres entre el cuidado y el trabajo.
Los textos de Matthei, Jara y Kaiser son los más detallados en medidas específicas y cuantificables en esta materia. Mayne-Nicholls y Parisi presentan lineamientos claros, aunque con menor especificidad en el área de empleo femenino.
Evelyn Matthei propone un incentivo económico directo y cuantificado: un subsidio de $ 200 mil mensuales por seis meses para mujeres que consigan un empleo formal. Asimismo, propone la creación del “Pase Pyme”, un permiso provisorio de un año para que nuevas empresas inicien operaciones de forma inmediata, simplificando la burocracia inicial.
Y avanza también en la idea de un impuesto negativo al ingreso o transferencias directas a personas de bajos ingresos con empleo formal, como un complemento al ingreso que incentiva la formalidad.
Jeannette Jara propone, entre otras cosas, que para enfrentar los sesgos de contratación, se implementará la revisión curricular ciega en términos de género en áreas críticas. Además, propone la creación de un Subsidio Unificado al Empleo, para mejorar la articulación de los instrumentos como el Subsidio al Empleo Joven, el Bono al Trabajo de la Mujer y el Subsidio Previsional para Jóvenes, en un solo instrumento.
El programa de Kaiser es el único que introduce el concepto de “interés nocional”, que permitiría al empresarias deducir de impuestos un interés ficticio sobre el capital propio invertido, equiparando tributariamente al que se endeuda y premiando el ahorro.
Johannes Kaiser propone eliminar por completo el IVA a los servicios profesionales, argumentando que encarece artificialmente el trabajo intelectual y fomenta la informalidad. También impulsa eximir de impuestos las herencias y donaciones dentro de empresas familiares activas, buscando proteger la continuidad de estos negocios, donde muchas mujeres participan.
El abanderado Nacional Libertario detalla la creación de una plataforma digital para facilitar la publicación y búsqueda de “microempleos” y trabajo por horas, con contratos digitales instantáneos, pensada para mujeres y jóvenes que necesitan flexibilidad. Y propone la creación de “Comunidades de certificación, trabajo y emprendimiento para jefas de hogar” en situación de pobreza, una iniciativa social y laboral específica, no presente en otros programas.
Franco Parisi es el único que propone un “Bono de formalización” de $500 mil para emprendedores que formalicen su actividad y la mantengan por al menos seis meses, una medida que, aunque no es exclusiva para mujeres, impactaría en un segmento donde ellas son mayoría.
El programa de Parisi también se distingue por proponer una exención temporal del pago de IVA y del impuesto de primera categoría durante los primeros 12 meses para nuevos emprendimientos.
Divergencias en sala cuna universal y espacios de coworking
Harold Mayne-Nicholls especifica que su propuesta de sala cuna universal es desde los 2 años y como un derecho independiente de la situación laboral de los padres, lo que lo diferencia del enfoque de Matthei, centrado en la mujer trabajadora.
Matthei impulsa una sala cuna universal como un derecho amplio para que la mujer trabajadora decida dónde cuidar a su hijo, mientras Johannes Kaiser propone una solución más focalizada: la creación de espacios de coworking con cuidado infantil integrado, pensados para madres que realizan teletrabajo o emprenden.
Jeannette Jara propone implementar un Plan Sala Cuna que beneficiará a las mujeres, promoviendo la corresponsabilidad del cuidado de los hijos, “contribuyendo a disminuir la brecha salarial entre hombres y mujeres”.
Además, señala que se impulsará como una obligación el postnatal parental para hombres, ampliando progresivamente el permiso para los padres y equiparar la corresponsabilidad y responsabilidad de crianza desde los primeros meses de vida.
En el caso de Eduardo Artés, para facilitar esta integración, el plan propone medidas concretas de apoyo a la maternidad y la crianza. Se contempla el desarrollo de modalidades de trabajo a tiempo parcial o desde el hogar, y la creación de un sistema de salas cuna y jardines infantiles integrados a los lugares de trabajo. Esto permitiría a madres y padres estar cerca de sus hijos durante la jornada laboral.
Asimismo, buscará garantizar un permiso postnatal de dos años para la madre y de seis meses para el padre, con un ingreso cercano al sueldo total.
Aborto: el planteamiento de Artés
La palabra mujer en el programa de gobierno del candidato Eduardo Artés aparece 26 veces y la mayoría está presente en el punto de “Emancipación de la mujer trabajadora y popular”, pues es relevante para construir una sociedad libre.
El abanderado de UPA plantea que “el principio que perseguimos es acercar a la mujer a las funciones históricamente asumidas por hombres y al hombre a aquellas orientadas a la crianza y las responsabilidades del hogar”.
En el ámbito de derechos, el programa garantiza el derecho universal al aborto, argumentando que una sociedad con mayor bienestar social reducirá naturalmente esta práctica.
Finalmente, promueve la corresponsabilidad en la crianza, buscando que el hombre y la sociedad sean igualmente responsables. Para ello, propone un permiso postnatal extendido de dos años para la madre y seis meses para el padre, y acreditar –como se señaló– los años no trabajados por dedicarse a la crianza para efectos de la jubilación. También se impulsará el principio de “a igual trabajo, igual salario”, sin distinción de género.