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El ocaso de un intocable: senadores evalúan fin a la era del secretario Raúl Guzmán en el Congreso PAÍS

El ocaso de un intocable: senadores evalúan fin a la era del secretario Raúl Guzmán en el Congreso

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Senadores de distintos sectores advierten que se estaría preparando la salida de Raúl Guzmán a través de un concurso público en diciembre. El tenso clima generado por su relación con el presidente del Senado, junto a los sumarios y juicios en curso, son los elementos que marcarían el fin de su era.


Tras ocho años como secretario general del Senado —y tras haber sobrevivido al episodio de la pandemia, a una querella por prevaricación, a varias denuncias laborales y a su peor revés: el fallo de la Corte Suprema que en 2024 ordenó la reincorporación de su némesis, el fiscal del Senado Javier Norero, por “despido ilegal”— en el Congreso advierten que Raúl Guzmán comienza el ocaso de su era.

Los senadores de la Comisión de Régimen Interior y en algunos comités indican que se está preparando lo que sería una salida de Raúl Guzmán mediante un concurso público.

Según explican varios legisladores, hace un par de semanas en la Comisión de Régimen, el jefe de servicio de la cámara alta le propuso al presidente Manuel José Ossandón que estaba disponible para que se le rebajara la mitad de su sueldo, lo que fue interpretado como una medida “desesperada” por “congraciarse con su jefe”.

Otra señal que muchos interpretan como el presagio de una futura salida ocurrió el lunes 20 de octubre de 2025, cuando la Comisión de Biblioteca del Congreso Nacional aceptó la renuncia del director de la Biblioteca del Congreso, el abogado Diego Matte, considerado cercano a Guzmán. Según explican fuentes parlamentarias, el funcionario no contaba con una buena evaluación por parte de la mesa del Senado y habría hecho caso omiso a las instrucciones de Ossandón.

La relación entre Guzmán y su jefe ha comenzado a tensarse de forma notoria. En junio pasado, el senador Pedro Araya (PPD), a nombre de varios parlamentarios, solicitó la lista de demandas laborales presentadas contra la Cámara Alta en los últimos cinco años, así como el resultado de los juicios y los montos de recursos asociados.

La semana pasada, Araya, en un tono más duro, reiteró su petición en el hemiciclo al presidente del Senado, Manuel José Ossandón (RN), y reprochó al secretario Guzmán por la demora en la entrega de la información.

La mesa del Senado está preparando la transición para su salida, un proceso que, según fuentes internas, es más complicado de lo que parece. La falta de comunicación entre diferentes áreas legislativas ha generado tensiones que obstaculizan el trabajo. Algunos sugieren que la salida de Guzmán podría ser parte de una estrategia más amplia, mientras que otros creen que es necesaria una renovación en el cargo.

A pesar de los esfuerzos de Guzmán por implementar políticas de género y modernización, estos logros no han sido suficientes para contrarrestar el descontento que muchos funcionarios sienten hacia su administración. Se ha criticado que se ha gastado mucho en iniciativas de género, pero no se ha visto un cambio real en el funcionamiento del Senado.

Entre los factores que complican su permanencia está la presión que ha recibido recientemente de sus superiores, un cambio notable en la dinámica de trabajo que no es bien recibido por Guzmán. Ha manifestado su resistencia a la modernización que se le impone, sugiriendo que su renuncia podría ser vista como una consecuencia de esta presión.

El futuro de Guzmán en el Senado parece incierto, mientras la disconformidad crece y las conversaciones sobre su salida se intensifican. Con el periodo de su mandato terminado este año, son cada vez más las voces que cuestionan su gestión y ponen en duda su continuidad.

Las críticas a la gestión de Guzmán se centran en controversias legales, la crisis del ambiente laboral, la arbitrariedad en la gestión de personal y el escaso avance en la modernización del Senado. A pesar de haber sorteado una solicitud de destitución por falta grave a la probidad, una serie de actos administrativos le son cuestionados.

Durante su gestión, Guzmán ha enfrentado acusaciones de abrir sumarios considerados ilegales y excesivos, y la Comisión de Régimen Interior le ha solicitado explicaciones sobre la cantidad de sumarios abiertos. También ha registrado conflictos laborales que han llegado a tribunales, incluyendo demandas por despido y una demanda acogida en la OIT.

“Se ha gastado mucho en iniciativas de género, pero no se ha visto un cambio real en el funcionamiento del Senado”, comentó una fuente cercana al proceso.

Según los parlamentarios, los énfasis que este año se pusieron en “modernización” apuntaron a políticas de género. Se critica que no se enfocó en modernizaciones esenciales, como en procesos de redacción y taquigrafía, que “todavía se hacen a mano”.

“Yo creo que lo más sano es que haya un concurso público y a partir de eso se elija la persona que corresponde para el cargo, porque necesitamos, por la situación que estamos viviendo, de los sueldos, de la carrera funcionaria, del nivel salarial y del clima. Necesitamos la legitimidad de quien asuma el cargo de secretario general del Senado. No es el momento para una imposición o cualquier mecanismo que se nos ocurra. Tenemos que tener la máxima transparencia y legitimidad en las elecciones. Si eso no lo tenemos, creo que nos va a dificultar el proceso hacia adelante”, señala el senador de la Comisión de Régimen Interior, Gastón Saavedra (PS).

Su par, el senador de la UDI, David Sandoval, quien no va por la reelección, calificó la gestión del apodado “Chapo” Guzmán como de dulce y de agraz. En su memoria están latentes los cuestionamientos a las formas en que ha desarrollado su cargo, pero a su vez, valora algunos aspectos.

“Hay una evaluación que en el último tiempo ha entrado en algunos niveles de cuestionamiento, más que nada por la forma y la falta de información interna. Yo personalmente he estado en régimen requiriendo manejos de información permanente sobre los estados del Senado y de la gestión financiera y administrativa del Senado, pero evidentemente eso ha chocado hoy en día con las decisiones que se han tomado y las presiones de los gremios, lo que ha repercutido en la gestión de Raúl Guzmán como secretario general”, criticó el parlamentario.

Si Guzmán sigue por cuatro años más en la secretaría general del Senado, considera que es una decisión que “va a depender exclusiva y soberanamente de la convocatoria del Senado que asume el 11 de marzo”.

Acerca de la manera en la cual se va a elegir al próximo secretario general, dijo que no está definido y que además es un proceso difícil: “Detrás de este tema, desgraciadamente, hay muchos intereses políticos. Nos faltan los concursos que se hacen, que se desarman, porque de repente no queda la persona que algún parlamentario, alguna influencia política o algún sector político no le pareció”.

El senador estima el trabajo realizado por Guzmán y señala que le han tocado periodos complejos en el Senado, debido a la disparidad en materia remuneratoria que escapa de toda normalidad para ser un servicio público: “Tiene que regularse con las normas generales que también rigen a todos los funcionarios públicos y no generarse por esa independencia, por la ausencia de un control superior eficiente, transformándose en una condición de privilegio que evidentemente escapa a toda lógica”.

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