La última edición de «ReVista», una publicación del Centro David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard, se abocó al análisis del estado del Periodismo en Latinoamérica y le pidió a destacados periodistas de la región, como el peruano Gustavo Gorriti, la colombiana Juanita Leon, el boliviano Raúl Peñaranda y la chilena Mónica González, que detallaran sus experiencias en la creación de nuevos medios.
En su caso, fiel a su estilo épico, Mónica González repasó la creación del diario Siete en 2006 y su cierre un año después debido a la falta de auspicios privados y estatales para luego relatar cómo Alvaro Saieh, accionista principal de Copesa (dueña de La Tercera, Qué Pasa, La Cuarta, radio Duna y otros medios), decidió apoyar su «sueño loco» de crear «un medio donde el periodismo de investigación fuese el plato principal, donde la información pertinente que afecta y determina nuestra vida cotidiana fuese la prioridad, y donde el rigor profesional fuera una obligación. Sin ningún tipo de anteojeras políticas, sin censura y definitivamente sin autocensura. Sin guardar silencio a cambio de publicidad».
«Saieh, uno de los empresarios más importantes de Chile, no creía que (el sueño) fuera tan loco», escribió la periodista y recordó cómo el dueño de Corpbanca, accionista de VTR y propietario de Unimarc, había financiado el 50% de Diario Siete «y lamentaba que hubiese cerrado». De esta forma, escribió González, «un día de marzo de 2007, en su gran oficina en Santiago, mientras me pedía que fuera realista acerca de mi sueño, sacó un pedazo de papel y empezó a escribir números. Por último, sacó su calculadora, agregó para arriba y dijo: «Vamos a hacerlo, voy a financiarlo. Me gusta esto!».
Así «nació el único Centro de Periodismo Investigativo de Chile (CIPER)».
La autora del libro «La Conjura» después pasó a describir cómo partieron el 1 de mayo de 2007 con cuatro reporteros y «el periodista y profesor de la Universidad de Columbia John Dinges, que nos acompañó en el inicio, entusiasta y lleno de ideas». Sin la riqueza descriptiva que otorgó al apoyo financiero de Saieh, González cerró su texto contando que CIPER obtuvo apoyo financiero de la Open Society Foundation y la Fundación Ford.
Hasta ahí la historia oficial. Porque en la sección de comentarios del artículo, el mencionado John Dinges decidió desmentir la versión de González con el inequívoco título: «CIPER fue un proyecto conjunto de John Dinges y Mónica González».
«Mónica González es una periodista sobresaliente y líder en el periodismo investigativo en Latinoamérica pero tergiversa los hechos acerca de la creación de CIPER», partió replicando Dinges, autor de varios libros sobre la dictadura de Pinochet, para pasar a contar su versión con lujo de detalles:
«Mientras estaba en Chile como profesor Fulbright en 2006, desarrollé la idea de un centro de periodismo de investigación independiente que contara con financiación de privados, universidades y fundaciones. Elaboré la propuesta del proyecto y disfruté de muchas conversaciones fructíferas sobre ello con Mónica, cuyo Diario Siete había cerrado recientemente. En abril de 2007, con Mónica, como mi socia y co signataria, envié la propuesta al programa de medios del Open Society Institute, que dio lugar a una subvención de 90.000 dólares para apoyar la creación de CIPER y de un centro de investigación sin fines de lucro con sede en Estados Unidos llamado CIINFO (Center for Investigation and Information), cuyo propósito era recaudar dinero para CIPER y otros proyectos de investigación en América Latina. De hecho, CIINFO obtuvo fondos adicionales en 2008 por un total de US$ 235.000, la inmensa mayoría de los cuales estaba destinado a CIPER».
«Al mismo tiempo, Mónica González obtuvo el respaldo financiero de COPESA, una corporación que posee un número de propiedades de medios en Chile, incluyendo el diario La Tercera. Con la mayor parte del financiamiento de COPESA más la subvención del Open Society Institute, CIPER había conseguido financiación suficiente y excelentes perspectivas. El personal original pagado fue de cinco periodistas, no cuatro (como se indica en el artículo). Para el primer año y medio, González y yo fuimos codirectores. Yo figuraba como co-fundador y co-director de todas las publicaciones CIPER hasta que renuncié en diciembre de 2008″, concluye Dinges, explicando que su salida se debió a diferencias relativas a propiedad y dirección del proyecto.
«Las dos organizaciones se separaron por cuestiones relacionadas con la propiedad exclusiva de COPESA y el control exclusivo de González de CIPER. La negativa del buque insignia de COPESA, el diario La Tercera, de publicar las investigaciones de CIPER, como se había prometido, fue un problema temprano».
«Tales disputas por el control no son infrecuentes en las organizaciones jóvenes. Sigo proclamando a CIPER como un modelo a imitar y admiro el liderazgo investigativo de Mónica González. De hecho, yo fui clave para su nominación a dos reconocimientos mayores, uno de los cuales resultó en un premio en efectivo de más de US$ 100.000».
«Sin embargo, creo que es conveniente dejar las cosas claras sobre mi rol en la concepción de la idea de CIPER y en ayudar a crear y dirigir el Centro durante su formación».