La coordinadora del área de opinión pública y responsable de la encuesta era muy cercana a Arturo Fontaine, el director del CEP a quien le pidieron la dimisión en junio después de 32 años en el cargo. Su partida le afectó —dicen— no sólo porque se conocen desde que ella fue su alumna en la carrera de Sociología, sino porque ambos eran partidarios de mantener a toda costa la neutralidad de la encuesta.
Hace dos semanas el Comité de Opinión Pública del Centro de Estudios Públicos, que integran 10 miembros, se reunió para planificar la próxima encuesta. Todavía no se conocían los resultados del sondeo cuyas cifras arrojaron un 44 % para Michelle Bachelet y un 12 % para Evelyn Matthei frente a la pregunta abierta ¿quién le gustaría que fuera él o la próxima presidente (a) de Chile?, lo que desató una ola de críticas de la UDI y del comando de la candidata de Alianza, restándole toda validez al sondeo.
El punto más complejo de aquella cita en la casona de Monseñor Sótero Sanz fue la forma de enfrentar un escenario hasta ahora desconocido en la política chilena: la existencia de nueve candidatos presidenciales. Una encuesta con tantos personajes a los que hay que medir según una serie de atributos —confianza, cercanía, preparación, credibilidad— y cómo lo harán en tareas como delincuencia, salud, educación, entre otras, más la percepción de quien será el ganador (a) y la intención de voto alarga el cuestionario frente a los encuestados que son entrevistados en forma presencial.
Mientras se discutía qué hacer, qué preguntas mantener u omitir, Jorge Cauas, ex ministro de Hacienda de Pinochet y miembro del comité, intervino haciendo hincapié en la dificultad. No alcanzó a concluir cuando sorpresivamente Carolina Segovia, la coordinadora del área de opinión pública y responsable de la encuesta, se puso de pie, murmuró que presentaría su renuncia y se retiró molesta de la oficina. El economista y ex presidente del Banco Central, Vittorio Corbo, salió detrás de ella, pero Segovia no regresó.
El pasado jueves 29 de agosto, Segovia dio a conocer los resultados de la tan manoseada encuesta como si nada hubiese ocurrido. Sin embargo, ella ya había presentado su renuncia ante Lucas Sierra, el director interino del CEP, cosa que se hizo pública este lunes 2 de septiembre a través de un Top Secret en La Segunda.
La socióloga doctorada en la Universidad de Michigan, que dirigió la encuesta durante nueve años, explicó al día siguiente en El Mercurio que era el momento de buscar nuevos desafíos, que las críticas no impulsaron su decisión y que cuando se discutió qué hacer tras la renuncia de Pablo Longueira a la carrera presidencial el comité de opinión pública, del que era parte, tomó la decisión de seguir adelante con el sondeo.
Segovia era muy cercana a Arturo Fontaine, el director del CEP a quien le pidieron la renuncia en junio después de 32 años en el cargo. Su partida le afectó —dicen— no sólo porque se conocen desde que ella fue su alumna en la carrera de Sociología, sino porque ambos eran partidarios de mantener a toda costa la neutralidad de la encuesta.
Según declaró Fontaine este jueves a La Segunda la ex coordinadora de opinión pública le había comentado su intención de dejar el CEP, pero la idea era hacerlo en diciembre o marzo próximos. Lucas Sierra aseguró ayer al vespertino que «su salida estaba programada hace mucho tiempo (…) ella decía que había topado techo aquí».
Segovia renunció al centro de estudios en un momento álgido: en medio de una ola de críticas, en pleno período electoral y con una encuesta clave por realizar.
