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El rol de Piñera tras la invocación de la Ley de Seguridad del Estado contra estudiantes secundarios

El rol de Piñera tras la invocación de la Ley de Seguridad del Estado contra estudiantes secundarios

La decisión contra los principales dirigentes del movimiento secundario No+PSU y de la ACES fue la última medida del Gobierno ante las movilizaciones contra el sistema de acceso a la educación superior, la que fue criticada ampliamente por la oposición y el movimiento social, mientras que a la interna sacó aplausos, pero también algunos distanciamientos entre los personeros oficialistas, que vieron cómo «retorna la mano de Chadwick y Cubillos» para el trato con los secundarios y las secundarias.


El inicio del año no era el esperado por el Gobierno, la primera semana de enero arrancó con el boicot a la PSU, que terminó por suspender la ejecución de la prueba de Historia, luego que se filtraran sus preguntas.

Pese a que es el Demre –un organismo dependiente del Consejo de Rectores– el encargado de aplicar la Prueba de Selección Universitaria (PSU), los dardos apuntaron directamente al fracaso del plan para mitigar el boicot. Al interior del Gobierno, dichos dardos apuntaron al ministro del Interior, Gonzalo Blumel, quien habría optado por evitar el enfrentamiento entre Carabineros y estudiantes secundarios, una «mano blanda» que molestó a los sectores más duros de la derecha.

Por otra parte, llamó la atención la ausencia de la ministra Marcela Cubillos, quien dejó en el subsecretario de Educación toda la responsabilidad ante las movilizaciones secundarias, a pesar de que su cartera debía crear el nuevo modelo de acceso a la educación superior. La invocación de la Ley de Seguridad del Estado contra los principales dirigentes del movimiento secundario No+PSU y de la ACES, fue la última medida de La Moneda, criticada ampliamente por la oposición y el movimiento social, mientras que a la interna sacó aplausos y algunos distanciamientos entre los personeros oficialistas, que vieron cómo «retorna la mano de Chadwick y Cubillos» para el trato con los secundarios y las secundarias.

La fórmula que escogió el Gobierno para abordar el conflicto habría salido desde el seno de Palacio. La molestia que había con la táctica de Blumel llego al gabinete y hasta la propia oficina del Presidente, razón por la cual llamó a una reunión de emergencia en La Moneda el lunes a mediodía, y a pesar de que tras la cita “le dejó margen al ministro Blumel” para la jornada del martes, tras la suspensión de la prueba de Historia “ardió Troya”, señalan desde Palacio.

La decisión final de invocar la aplicación de la Ley de Seguridad del Estado a menores de edad y dirigentes secundarios habría venido directamente del Presidente Sebastián Piñera, con el objetivo de dar una muestra de que impedir la PSU no es lo mismo que levantar una barricada o cortar el tránsito de una calle.

Una estrategia distante de la que el ministro Blumel había planificado, por lo que este no habría estado dispuesto a salir públicamente a anunciarlo, razón por la cual fue el subsecretario Galli quien anunció la querella contra 34 estudiantes, entre ellos los dos voceros de la ACES.

Tras lo ocurrido con la PSU, en La Moneda ven cada vez más distante el objetivo de llegar “fuertes y blindados a marzo”. La imagen de un Gobierno puesto en jaque por un grupo de escolares “es aún peor que para el 2011, hablamos de adolescentes”, recalcan desde el oficialismo. Lo que más prende las alarmas internas es que en algunos sectores ya llegan a reconocer que la solución “para lograr alguna salida es que el Presidente esté lo más ausente posible”.

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