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El amigo peruano y numerario del Opus Dei de José Antonio Kast Imagen: @MuniLima

El amigo peruano y numerario del Opus Dei de José Antonio Kast

El excandidato presidencial del Partido Republicano recibió la medalla de Lima de manos del alcalde de esa ciudad, el empresario Rafael López Aliaga, un ultraconservador que se autocalifica como “el Bolsonaro peruano”.


Como todo un éxito fue calificado por su círculo cercano el viaje que recientemente realizó el líder del Partido Republicano, José Antonio Kast –en medio de su despliegue mundial–, a Perú, donde participó en tres actividades principales: la imposición de la Medalla de Lima por parte del municipio metropolitano de esa ciudad; una conferencia en el Congreso, por invitación de la parlamentaria Adriana Tudela; y un encuentro con jóvenes en la Municipalidad de Miraflores (el sector más acomodado de Lima).

El viaje fue organizado por la Political Network for Values, la ONG conservadora que reúne a parlamentarios y líderes políticos de esa tendencia a nivel mundial (y que es encabezada por Kast), y de todas las actividades quizá la más significativa fue la efectuada en el municipio de Lima, donde el alcalde de esa ciudad, Rafael López Aliaga, entregó la presea dorada al chileno.

En una breve alocución, destacó la figura de López –un empresario devenido en político que, antes de ser alcalde, incluso incursionó en la arena presidencial–, señalando que “nosotros en usted reconocemos un liderazgo, un liderazgo que se preocupa por las cosas esenciales. Su trayectoria académica, su trayectoria en el servicio público, nos inspiran a muchos a seguir trabajando, porque se puede, se puede lograr dirigir los destinos de una ciudad como esta, de las más grandes del mundo, con esos principios y valores que nos reflejan, con los principios y valores que van a sacar adelante a nuestras ciudades y a nuestras naciones”.

Asimismo, admitió sus intenciones presidenciales, al señalar que “para nosotros también fue un ejemplo su desafío presidencial. Y creo que Perú perdió un gran líder, pero, como digo yo, como decimos en Chile, no hay primera sin segunda. Y en mi caso no hay tercera sin segunda”, lo que levantó varias risas.

Para nadie en Perú es un misterio que López (de 62 años) –quien perdió en las presidenciales de 2021 frente a Pedro Castillo y Keiko Fujimori, pero que el año pasado se impuso como alcalde– tiene como objetivo volver a postular a la presidencia de su país.

Miembro del Opus Dei y (entre otros negocios) dueño de los trenes que acercan a los turistas a Machu Picchu, en varias ocasiones se ha autodenominado “el Bolsonaro de Perú” y, como lo relató a Los Angeles Times, se autoflagela al menos una vez al día, pues –dijo a una radio local– “Cristo sufrió tanto que usar un cilicio seguramente no es doloroso. En mi caso ya tengo hasta callos, 40 años, te imaginarás”, agregando que es una “pequeña mortificación por Dios y por los hombres… la hago a solas, 10 minutos, 20 minutos, para unirme a la cruz de Cristo”.

Del mismo modo, asegura que es casto desde hace 40 años y que, para reprimir los deseos sexuales, al ver a una mujer atractiva, “le digo a la Virgen María: pues, ¿sabes qué?, tú eres más bonita que esa chica, entonces, estoy tan enamorado de la Virgen María que realmente me llena de paz, me llena de alegría, me llena de fortaleza”.

Por cierto, lo anterior se explica, entre otras cosas, porque es numerario de la organización católica, al igual que el jefe de la bancada de consejeros constitucionales del Partido Republicano, Luis Silva. Los numerarios son personas que deciden llevar una vida de castidad y celibato y, por lo general, viven en residencias del Opus Dei, donando además prácticamente todo lo que ganan a “la Obra”.

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