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El nuevo papa y el guiño a “la cuestión social de la Iglesia” SIN EDITAR León XIII (cedida)

El nuevo papa y el guiño a “la cuestión social de la Iglesia”

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La adopción del nombre de León XIV es un guiño muy fuerte hacia el papa que en 1891 dictó la encíclica Rerum Novarum, que expresó la preocupación de la Iglesia católica por las condiciones laborales en las fábricas, entre otras cosas.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
El nuevo Papa, el estadounidense Robert Prevost Martínez, eligió el nombre León XIV, lo que fue interpretado como un guiño a León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum, de 1891. Este texto defendía el trabajo digno, salario justo y sindicalización, criticando tanto abusos laborales como al socialismo. Prevost tiene su perfil en X en español, con vínculo a la diócesis de Chiclayo y críticas a Trump, quien apoyaba al cardenal Burke como candidato al papado.
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Uno de los aspectos más llamativos en lo relativo al nuevo Papa, el estadounidense Robert Prevost Martínez (hijo de madre ecuatoriana), es el nombre que escogió: León XIV, lo que de inmediato fue interpretado como un guiño a León XIII, el italiano Gioacchino Pecci, quien en 1891 dictó una de las encíclicas más controvertidas en la historia de la Iglesia católica: la Rerum Novarum (De las cosas nuevas).

Dicha encíclica se escribió en medio de momentos álgidos para la humanidad, en las postrimerías de la llamada “época moderna”, que estuvo marcada por una serie de adelantos tecnológicos (primero el vapor y luego la electricidad) que permitieron la fabricación en serie.

Esta tuvo una serie de consecuencias, entre ellas, el aumento de las fábricas, la migración campo-ciudad y, además, una serie de abusos laborales en contra de quienes laboraban en dichas fábricas.

Ello llevó a que el papa dictara dicho texto que, entre otras cosas, defendió el derecho al trabajo digno, a un salario justo y a la sindicalización, fundando lo que hasta hoy en día se conoce como la doctrina social de la iglesia.

Todo ello fue severamente criticado por los sectores más conservadores y en la época hubo denuncias en orden a que se trataba de un intento de politizar a la Iglesia católica, inclinándola hacia la izquierda.

Sin embargo, la misma encíclica contiene una fuerte crítica a este sector político en sus primeras páginas. Bajo el título de “solución falsa del socialismo”, se señala que “los socialistas, después de excitar en los pobres el odio a los ricos, pretenden que es preciso acabar con la propiedad privada y sustituirla con la colectiva”, para luego aseverar que ello “pervierte los deberes del Estado e introduce una completa confusión entre los ciudadanos”.

Es por ello que no pocos vieron en la decisión de Prevost de asumir como el sucesor de León XIII una clara señal de hacia dónde irá su papado, en particular en lo que tiene relación con los grupos más desposeídos y marginados.

De hecho, no a pocos les llamó ayer la atención que el perfil de su cuenta de X esté en español (en ella se define como “Católico, agustino, obispo”), que el único enlace que tenga sea al de la diócesis de Chiclayo (en Perú) y que en sus posteos haya varias críticas a Donald Trump y a su secretario de Estado, JD Vance.

Trump, de hecho, lo felicitó por medio de su red social Truth, pero todos saben que su candidato al papado no era él, sino el cardenal Raymond Burke, un ultraconservador situado en las antípodas de Prevost.

Aquí se puede leer Rerum Novarum, vía @memoriachilena

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