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La pugna política por el litio se toma las presidenciales bolivianas SIN EDITAR Archivo

La pugna política por el litio se toma las presidenciales bolivianas

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Aunque Bolivia tiene las mayores reservas de litio del mundo, no logra transformar ese potencial en desarrollo concreto. Los obstáculos son diversos y muy complejos y a ellos se suma la falta de una gran minería dedicada a ese mineral, a diferencia de lo que sucede en Australia y Chile.


A solo semanas de las elecciones generales en Bolivia, pocos temas de la campaña despiertan tantas emociones entre los electores como la explotación del litio. Acusaciones mutuas entre grupos sociales y políticos, además del extractivismo desenfrenado de empresas internacionales, han impedido que se aproveche el potencial del litio.

El expresidente Evo Morales, quien gobernó Bolivia entre 2006 y 2019, volvió a recurrir al argumento del litio para atacar al candidato de su propio bloque de izquierda, vinculándolo con Marcos Bulgheroni, un empresario argentino en proyectos de explotación del litio. “Por debajo está negociando”, acusó Evo Morales durante un acto en Sucre, dirigiéndose a su rival, el candidato presidencial Andrónico Rodríguez, el mejor posicionado en las encuestas dentro del bloque de izquierda. Rodríguez rechazó la acusación y respondió: “Para completar la película, solo falta que digan que me reuní con Elon Musk y Donald Trump”.

Fracaso del proyecto con Alemania

Las rivalidades internas han sido desde hace años el mayor obstáculo para el aprovechamiento del litio boliviano. Políticos de todos los sectores se acusan mutuamente de acuerdos secretos, falta de transparencia o corrupción. Desafortunadamente, el gobierno alemán también se ha visto afectado. En 2019, un proyecto conjunto entre Alemania y Bolivia fracasó en plena campaña electoral.

La oposición desconfiaba del acuerdo entre ambos países. Fue así como el entonces presidente Evo Morales retiró su apoyo al proyecto para calmar los ánimos en plena campaña electoral. Aunque algunos proyectos puntuales se mantienen, desde el 2019 la industria alemana no ha podido negociar con el país con mayores reservas de litio en el mundo.

Esencial para la movilidad eléctrica

Se estima que Bolivia tiene alrededor de 23 millones de toneladas de litio, la mayoría en el Salar de Uyuni. Desde que Bolivia descubrió tener las mayores reservas del mundo, actores políticos intensificaron su lucha por controlar este recurso, clave para la transición hacia la movilidad eléctrica sin emisiones, especialmente promovida en países occidentales.

El litio es indispensable para baterías de almacenamiento. La Asociación de la Industria Automotriz Alemana destaca la importancia de minerales como el litio para el sector: para Alemania, como centro de movilidad, es esencial contar con una disponibilidad fiable y con precios estables de estas materias primas.

Obstáculos políticos y técnicos

“A pesar de numerosos esfuerzos y cooperación internacional, la empresa estatal YLB (Yacimientos de Litio Bolivianos) no ha logrado superar las dificultades”, afirma el geocientífico Dr. Thomas Cramer, de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, en conversación con Deutsche Welle. Cramer investiga minerales en Sudamérica.

“Además, las carreteras, el suministro energético y las instalaciones de procesamiento están aún en construcción o no existen, al igual que la falta de acceso directo al mar, lo que implica mayores costos de transporte”.

La competencia avanza

Mientras Bolivia solo ha construido plantas piloto con baja producción, Chile alcanzó en 2024 producir 49.000 toneladas y se consolidó como el segundo mayor productor después de Australia con 88.000 toneladas, para una producción mundial total de 240.000 toneladas, según el Dr. Cramer, donde Argentina aportó al menos 18.000 toneladas.

La alta oferta de litio en el mercado mundial ha provocado una caída en sus precios, aumentando la cautela entre inversionistas. Esto se une a las grandes controversias que genera la minería en Bolivia, así como en muchos otros países. Diversos actores se esfuerzan por no quedar perjudicados en la distribución de futuros ingresos y en los impactos negativos inevitables, señala Cramer. Además, Bolivia carece de una tradición industrial en la producción a gran escala de litio, “mientras que en Chile y Argentina operan grandes empresas mineras con experiencia”, agrega Cramer.

Resistencia contra las grandes corporaciones

Recientemente, empresas de Rusia y China han actuado con especial agresividad. Presionaron al gobierno de Bolivia para la aprobación exprés de contratos en el Parlamento. Sin embargo, ni el gobierno, ni las empresas consultaron los contratos con la población local, como lo exige la Constitución boliviana.

La población indígena de la provincia de Nor Lípez acusó a las empresas de no haber realizado estas “consultas”. “Los contratos y sus anexos no contemplan procesos de consulta para obtener el consentimiento previo, libre e informado (CPLI) de los pueblos indígenas, a pesar de que las afectaciones a fuentes de agua dulce tendrán lugar dentro del territorio indígena de Nor Lípez”, señala un “Manifiesto para la opinión pública boliviana” firmado por varias organizaciones de la sociedad civil.

La organización indígena de la región, Central Única Provincial de Comunidades Originarias de Nor Lípez (CUPCONL), prohibió el ingreso a las empresas implicadas: “La CUPCONL, como propietaria única y absoluta de los territorios (…) decide prohibir el ingreso de las empresas Uranium One Group y Hong Kong CBC a nuestra jurisdicción territorial”. Al mismo tiempo, las comunidades indígenas anunciaron que acudirán a tribunales internacionales para defender sus intereses.

Mientras se intensifican los discursos políticos sobre el litio en vísperas de las elecciones presidenciales del 17 de agosto y una posible segunda vuelta decisiva en octubre, inversionistas internacionales esperan con expectativa que un nuevo gobierno establezca finalmente un marco político y legal claro que permita desbloquear el potencial estratégico del litio en Bolivia.

Texto de Tobias Käufer, DW

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