
“Basura demócrata”: Trump arremete contra regreso al aire de Kimmel
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, atacó al comediante Jimmy Kimmel y amenazó a la cadena ABC. Kimmel, por su parte, defendió la sátira política contra el acoso de la Administración Trump.
Donald Trump recriminó el retorno de Jimmy Kimmel a la televisión, días después de la suspensión de su show, lo que generó una ola de cuestionamientos sobre violaciones a la libertad de expresión en Estados Unidos.
Después de que en la noche del martes 23 de septiembre el programa del presentador volviera a ser emitido, Trump insultó a Kimmel y amenazó con “poner a prueba a ABC” por ese retorno a las pantallas.
El programa de Kimmel regresó tras una pausa de una semana debido a las presiones del Gobierno sobre las cadenas, que, según los críticos, constituyeron un freno a la libertad de expresión.
Sin embargo, dos poderosas empresas propietarias de docenas de filiales de ABC han anunciado que continuarán con su boicot, ofreciendo a los espectadores “otra programación relevante para sus respectivos mercados”.
Trump recurrió a su plataforma Truth Social para insultar a Kimmel y acusar a la cadena ABC de “producir un 99% de basura demócrata positiva”.
“Creo que vamos a poner a prueba a ABC con esto. A ver qué tal. La última vez que fui tras ellos, me dieron 16 millones de dólares”, advirtió el republicano de 79 años.
ABC acordó en diciembre donar 15 millones de dólares a la futura biblioteca presidencial de Trump para resolver una demanda por difamación, en lugar de llevarla a los tribunales.
Paramount Global, la empresa matriz de CBS, pagó un acuerdo por separado de 16 millones de dólares para resolver otra demanda por una entrevista con la exvicepresidenta Kamala Harris.
“Es antiestadounidense”
Kimmel subió al escenario entre una ovación de pie y, al borde de las lágrimas, afirmó que no había tenido intención de restarle importancia al asesinato del activista conservador Charlie Kirk.
“No me hago ilusiones de hacerles cambiar de opinión, pero quiero dejar algo claro, porque es importante para mí como ser humano, y es que, como comprenderán, nunca fue mi intención restarle importancia al asesinato de un joven. No creo que tenga nada de gracioso”, señaló Kimmel con la voz entrecortada.
“Tampoco fue mi intención culpar a ningún grupo específico por las acciones de quien obviamente era un individuo profundamente perturbado. Eso fue todo lo contrario de lo que intentaba transmitir”, añadió. Y aseguró que entiende que sus comentarios de la semana pasada a algunos “les parecieron inoportunos, poco claros, o quizás ambas cosas”.
Sin embargo, Kimmel criticó a las filiales de ABC que sacaron su programa del aire. “Eso no es legal. Eso no es estadounidense. Es antiestadounidense”. Dos grupos de emisoras que representan a aproximadamente una cuarta parte de las filiales de ‘ABC’, Sinclair y Nexstar, han anunciado que no emitirán el programa de Kimmel y no lo hicieron el martes.
El presentador agradeció a quienes lo apoyaron, e incluso a quienes no lo aprecian y que defendieron su derecho a la libertad de expresión, incluido el senador de Texas Ted Cruz. “Se necesita valentía para que se pronuncien en contra de esta Administración (…) Lo hicieron y merecen reconocimiento”, subrayó.
Kimmel casi se derrumba de nuevo al elogiar a la viuda de Kirk, quien perdonó públicamente al asesino de su esposo y admitió haber estado furioso cuando ABC lo suspendió, pero elogió a sus jefes por volver a ponerlo al aire. “Injustamente, esto los pone en riesgo”.
Kimmel también se burló de Trump por criticarlo por sus bajos índices de audiencia. “Hizo todo lo posible por cancelarme y, en cambio, obligó a millones de personas a ver este programa”, destacó.
“La pandilla MAGA”
Kimmel, quien frecuentemente critica a Trump y a su círculo íntimo, provocó la ira de los conservadores la semana pasada cuando afirmó que “la pandilla MAGA” estaba tratando de explotar el asesinato de Kirk en el campus universitario para su propio beneficio político.
El presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Brendan Carr, pareció amenazar con retirar las licencias de las filiales de ABC que transmitían el programa a menos que exigieran la destitución de Kimmel, algo que el propio Trump ha pedido con frecuencia.
Dos compañías propietarias de docenas de esas filiales, Nexstar y Sinclair, anunciaron entonces que retirarían el programa de su programación, lo que llevó a Disney a suspenderlo a nivel nacional.
Sinclair, que la semana pasada exigió a Kimmel que se disculpara con la familia de Kirk y que hiciera una donación a su grupo activista de derecha, Turning Point USA, anunció el lunes que sus filiales no transmitirían el programa cuando se reanudara. El martes, Nexstar hizo lo mismo.
“La semana pasada tomamos la decisión de suspender Jimmy Kimmel Live! (…) Mantenemos esa decisión a la espera de que se garantice que todas las partes se comprometen a fomentar un entorno de diálogo respetuoso y constructivo en los mercados a los que servimos”, declaró la compañía.
La abrupta desaparición de Kimmel de las ondas desató la indignación en los círculos liberales, y sus opositores afirmaron que había sido objeto de ataques por su crítica a Trump.
Los opositores lo vieron como el último paso en el control gubernamental sigiloso de la libertad de expresión, que es un principio fundamental para muchos estadounidenses, así como un derecho consagrado en la constitución del país.
Algunos en la derecha política también se mostraron inquietos, incluyendo a quienes habitualmente se consideran aliados de Trump, como los conservadores.
Para el lunes 22 de septiembre, Disney se retractó, afirmando que la suspensión había sido un intento de “evitar agravar aún más una situación tensa en un momento emotivo para nuestro país” y calificó los comentarios de Kimmel de “inoportunos y, por lo tanto, insensibles”.
Sin embargo, anunció que reanudaría el programa tras días de “conversaciones profundas con Jimmy”.