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Propuesta de Nueva Constitución
Constituyente César Valenzuela por recurso de la derecha ante la Suprema: «No son más que saludos a la bandera» NUEVA CONSTITUCIÓN

Constituyente César Valenzuela por recurso de la derecha ante la Suprema: «No son más que saludos a la bandera»

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Nicole Martinez
Por : Nicole Martinez Periodista El Mostrador
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El representante del Colectivo Socialista invitó a los constituyentes de Vamos por Chile a tratar de «integrarse más al trabajo de la Convención». Planteó, además, que el quórum de los 2/3 y los plebiscitos dirimentes han sido instalados de lado y lado para «maximizar un problema que no es tal». Sobre ese último mecanismo de participación, que ha tenido el punto en contra de la derecha, sostuvo que «por parte de la derecha más dura hay un pavor a que la ciudadanía manifieste su posición mayoritaria». En cuanto a los acuerdos, el convencional constituyente por el distrito 9 consideró que hay una tarea política de articularse para conseguirlos, pues «no sacamos nada con escribir textos que generen mucha expectativa pero que, finalmente, no vayan a ser aprobados».


 

El 24 de septiembre la Convención Constitucional (CC) debió suspender su trabajo ante la confirmación de un caso de COVID-19. Se activaron los protocolos y los afectados comenzaron una cuarentena, trasladando el trabajo de la CC a forma telemática, donde se pusieron a prueba las nuevas plataformas de votación, las que han tenido buenos resultados.

El constituyente César Valenzuela, del Colectivo Socialista, por el distrito 9, fue el caso confirmado de coronavirus y se instaló en una residencia sanitaria. Desde allí atendió a El Mostrador en una entrevista vía Zoom, para analizar algunos hitos en la Convención en los últimos días, así como algunos de los puntos relevantes que vienen.

-César, partamos por su salud, pues usted fue diagnosticado con COVID-19 y debió comenzar una cuarentena…
-No he tenido mayores problemas de salud, afortunadamente esto ha sido no más que un resfrío al comienzo, pero no con grandes síntomas, así que lo más difícil ha sido el tema del encierro. La verdad es que sí, yo he publicado un par de cosas en redes sociales, porque malintencionadamente hay personas que han señalado que yo no era bueno para usar la mascarilla, cosas que son absolutamente falsas, entonces, me interesaba entregar información certera. Lamentablemente, la pandemia todavía no está controlada y, aunque uno tenga mucho cuidado, la posibilidad del contagio existe y creo que eso fue lo que ocurrió. Hay que vacunarse, eso es muy importante, si este tema no pasó a más en mi caso fue justamente porque me vacuné. A no bajar la guardia, ese es el llamado.

-Esta situación permitió poner a prueba los mecanismos para las votaciones…
-Los protocolos internos de la Convención funcionaron bien, de inmediato la mesa tomó la situación, se me hizo hacer un registro de los contactos estrechos, se aislaron inmediatamente, el Colectivo Socialista completo, los 17 que somos, nos autoimpusimos la tarea de aislarnos, las aplicaciones funcionaron bien, y los problemas han sido de las conexiones de los lugares donde nos encontramos, no de las plataformas. La mesa, el secretario, han jugado un rol muy importante y la Convención yo creo que está en condiciones de continuar su trabajo con todas estas situaciones que pueden volver a ocurrir.

-Respecto de algunos temas que pasaron, el quórum de los 2/3 generó algo de tensión, y se resolvió la semana pasada, manteniéndolo. ¿Cómo ves esta aprobación y cuánto puede aportar a lo que viene?
-Este era un tema que constantemente estaba torpedeando, incomodando a la Convención Constitucional, y yo creo que es bueno que se haya zanjado por fin. Hay algunos que están de acuerdo con los 2/3, otros que no están de acuerdo con los 2/3. Yo en esta materia la verdad es que tengo una interpretación distinta de lo que ocurrió. Yo creo que, y estoy convencido, que nosotros no teníamos facultades para modificar ese quórum, por lo tanto, la votación de la semana pasada no era si yo estaba a favor o en contra de los 2/3, sino que más bien un número importante de convencionales lo que votamos fue en atención a si teníamos o no facultades de modificar esos 2/3, y no las tenemos. Sin perjuicio de eso, la votación de la semana pasada lo que reflejó también es que en un ánimo mayoritario los convencionales acordaron que efectivamente ese es el quórum que nos tiene que regir y, por lo tanto, el tema se cerró, a mi juicio, y esa es una buena manera, porque finalmente este tema también fue resuelto desde la propia Convención, más allá de la norma constitucional que yo sí creo que es obligatoria para nosotros.

-Hubo algunas críticas. La constituyente Tania Madariaga planteó que «es claro que los creadores del 15N solo ven una transformación en la medida de lo posible». ¿Cómo lo ve?
-Es engañoso ese tipo de crítica, porque, yo vuelvo a insistir en el punto, nosotros podríamos haber aprobado un quórum distinto, lo que ocurre es que ese quórum no habría sido posible de aplicar en la Convención porque constitucionalmente nosotros tenemos fijado un quórum ya establecido. Era bien inoficioso el argumento y yo creo que finalmente en lo que se convirtió el debate de los 2/3 fue más bien en uno simbólico, pero que la verdad que sustrato práctico tiene poco. Y además aquí han intentado poner el tema de los 2/3 como si fuera una especie de valor en sí mismo. A mi juicio no lo es, es un quórum. Hay distintos procesos constituyentes que también han tenido quórum de 2/3 para aprobar sus normas constitucionales y eso no es bueno ni malo, son quórum simplemente. Tampoco el de los 3/5 resolvía el tema de automáticamente imponer posiciones, yo creo que la ciudadanía fue extremadamente sabia, en términos de que a nadie le dio grandes mayorías suficientes como para poder imponerse, al contrario. La fragmentación política y social que hay dentro de la Convención, que si uno lo relaciona también con los estudios de opinión… justamente lo que las personas quieren es que nos pongamos de acuerdo. Desde esa perspectiva, no les doy mucho valor agregado a las críticas.

-En Vamos por Chile ha existido una crítica al mecanismo de los plebiscitos dirimentes, como de Marcela Cubillos, que decía que de qué servía aprobar los 2/3 si se aprobarían también los plebiscitos intermedios, que era como pasar por encima del quórum establecido. ¿Hay una intencionalidad de reinstalar un debate ya zanjado?
-El tema de los 2/3, los plebiscitos, creo que para lado y lado, lamentablemente, han cumplido la misma función, que es tratar de generar un lío, de maximizar un problema que en la realidad no es tal. En el caso de los plebiscitos dirimentes, no es que cada norma que sea rechazada eventualmente pueda ser plebiscitada, eso no es así, hay una serie de requisitos que deben cumplir esas normas. ¿Y cuál es el problema de que eso pase? Porque la diferencia entre los plebiscitos dirimentes y lo que ocurrió con el debate de los 2/3, es que la propuesta que viene desde la comisión de Participación Ciudadana señala expresamente que esto requiere una serie de modificaciones legales y constitucionales que permitan la realización de los plebiscitos. A mí no me complica, al contrario, creo que es un valor, si hay una norma que ha sido rechazada en dos oportunidades pero que ha alcanzado quórum de votación importante, que sea la ciudadanía que decida si se incorpora o no a la Constitución. No le veo el problema, no le veo el drama, no veo cómo eso obstaculiza el trabajo de la Convención. Yo creo que ahí, por parte de la derecha más dura, no de toda la derecha –hay que ser categórico en eso–, la verdad es que hay un temor, hay un pavor a que la ciudadanía manifieste su posición mayoritaria, y eso lamentablemente, hoy día, no podemos esconder la cabeza como avestruz porque los tiempos no están para eso.

-A propósito de la derecha, han levantado varios recursos a propósito de varios temas, con reserva de constitucionalidad con la aprobación de normas, etc. ¿Cómo ve esa actitud?
-Creo que los resultados judiciales han sido claros y no son más que saludos a la bandera bien testimoniales, a mi juicio, a la galería, de un determinado sector que, por lo demás, es súper minoritario hoy día en nuestro país. La verdad es que lo veo poco oficioso. Yo si fuera ellos no estaría perdiendo el tiempo en este tipo de situaciones, porque la verdad es que no hay ninguna actuación de la Convención Constitucional, hasta el momento, que derechamente, en forma manifiesta, haya generado una desobediencia a la normativa vigente, eso no es efectivo, y por eso es que justamente los tribunales han ido resolviendo en esa línea. A lo que yo invitaría a ese sector, es a que tratara de integrarse más al trabajo de la Convención, que fuera parte, que sus ideas son perfectamente válidas y que también tienen el derecho a ser escuchadas y a ser discutidas. Y también un llamado para el mundo mayoritario, que estamos en la Convención, que tampoco tenemos que caer en ese juego, que, por el contrario, nuestra posición mayoritaria nos obliga a tomar una posición de liderazgo y convocar a la mayor cantidad de voluntades para sacar la tarea adelante. Justamente la regla de los 2/3 a lo que nos invita es a eso.

-¿Comparte una afirmación que hizo el vicepresidente Jaime Bassa, que señaló que los extremos se van aislando solos, porque va a primar la búsqueda de los acuerdos?
-Sí, yo creo que sí. El extremo no es patrimonio ni solo de la izquierda ni solo de la derecha, yo creo que también va de la mano con un proceso inicial que es natural, que es que los ánimos estén más crispados, pero creo que justamente lo que se va a ir imponiendo es la racionalidad, que es lo que ocurrió con el trabajo de las comisiones temáticas, que cuando empiezas a trabajar y ya tienes un equipo de trabajo, se empieza a romper el hielo, se empiezan a generar acuerdos y una parte importante de las normas reglamentarias fueron aprobadas por grandes mayorías transversales, porque es propio de las dinámicas humanas. Yo creo que vamos a llegar a un muy buen acuerdo que va a beneficiar a todos los chilenos y chilenas.

-Un tema será la instalación de las comisiones permanentes, ¿en qué comisión le gustaría estar?
-Varias cosas. Yo no era partidario de este modelo de trabajo de comisiones, yo fui autor y levanté una propuesta que no tuvo éxito, pero que buscaba que no fuéramos los constituyentes participantes de una sola comisión, sino que pudiéramos trabajar en dos comisiones, porque el problema del trabajo de comisiones, tal como está planteado, es que se forman verdaderos estancos, cada uno trabaja en su propia comisión y pierde un poco la perspectiva de lo que pasa en el resto, y el trabajo constitucional esencialmente requiere tener una mirada integral de lo que está ocurriendo. Desde esa perspectiva, el trabajo de comisiones, la primera gran barrera que va a tener que pasar es, justamente, la de tener la capacidad de generar instancias de coordinación entre las comisiones que no permita que se generen estos estancos. Yo tengo todo el interés de participar en la comisión de Derechos Fundamentales y creo que ahí no me imagino que haya mucha discusión del reconocimiento de determinados derechos sociales, lo que necesitamos son mecanismos que hagan estos derechos exigibles, que sean garantizados, y para eso no basta solo el trabajo de la comisión de Derechos Fundamentales, sino que ineludiblemente hay que vincularse con otras comisiones que van a estar a cargo de la redacción de otras partes de la Constitución.

-¿Cuál ha sido y va a ser el rol del Colectivo Socialista en la búsqueda de los acuerdos?
-Cumplimos un rol que es bien importante, que nos hemos autoimpuesto y que creo que también se nos ha valorado, en términos de que ahora más que nunca iniciamos una nueva etapa, se acabó el proceso de instalación, por fin entramos en tierra derecha a la discusión de los temas de fondo y eso requiere metodologías de trabajo, niveles de acuerdo distintos. Para eso, lo que nos hemos propuesto, como Colectivo Socialista, es estar a disposición de esa tarea: generar una propuesta en defensa de las personas comunes y para eso buscar los acuerdos y los apoyos necesarios para poder aprobar esas normas constitucionales. No sacamos nada con escribir grandes textos, grandilocuentes, que generen mucha expectativa pero que, finalmente, no vayan a ser aprobados. Esencialmente tenemos una tarea política de poder articularnos en torno a conseguir las mayorías suficientes.

 

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