
Kast calla, su partido grita: el regreso del negacionismo climático republicano
Mientras José Antonio Kast evita temas incómodos, su think tank niega el cambio climático con argumentos dignos de Trump. A cinco semanas de la elección, el Partido Republicano activa su silenciada agenda.
Mientras el negacionismo se abre paso en el flanco derecho, en el corazón del Gobierno la tensión no es menor. La sucesión en el Ejército quedó eclipsada por la falta de presupuesto para asegurar los comicios, por un anuncio presidencial que incomodó a los altos mandos y una cumbre internacional que llega en mal momento. Las grietas en Defensa exponen una administración que parece llegar al final forzando sus últimas cartas.
En paralelo, Evelyn Matthei enfrenta una controversia inesperada: su apoyo a un abogado que ha defendido a narcos desató una tormenta ética y revivió un debate que muchos querían evitar: ¿de dónde salen los honorarios que pagan estos clientes? El tema remece su narrativa de firmeza contra el crimen organizado y la obliga a responder preguntas incómodas justo cuando el margen de error se achica.
A Jeannette Jara, por su parte, también se le abrió un flanco inesperado. El comando indígena de Jara se mostró insatisfecho con el programa de la candidata Jara, por gruesas omisiones a los pueblos originarios y debido a sus declaraciones sobre el Estado de Excepción, que profundizan la desconfianza en una de las agendas más sensibles de la izquierda. La brecha entre promesa y acción vuelve a quedar expuesta.
Y mientras tanto, los tres candidatos líderes siguen en campaña. Es de suponer que, lo que no han mostrado hasta ahora, tendrán que exhibirlo en los próximos 35 días. Y aquí surge la pregunta obvia: ¿y les queda realmente algo por mostrar? El analista Cristóbal Bellolio se atreve con algunas respuestas.
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El terraplanismo climático del Partido Republicano vuelve a emerger

El candidato José Antonio Kast no habla de temas que le puedan restar votos. Y como él mismo ha advertido, todos saben lo que piensa y sigue pensando. Ya casi en la recta final de la primera vuelta, parece que no hiciera falta, sus colaboradores más cercanos hablan por él, hablan por el Partido Republicano y, últimamente, lo han hecho de manera estridente.
¿Qué es lo último? Hablaron de cambio climático y las redes estallaron: hubo sorna, burlas, risas y críticas feroces. Si alguien pensaba que la negación al calentamiento global había quedado sepultada en el programa presidencial de Kast 2021, estábamos en un error.
Esta semana, en el programa “Animales Políticos”, el académico de la UC y director del centro de estudios Ideas Republicanas (ojo, el centro de pensamiento del Partido Republicano), Patricio Dussaillant, en una suerte de reproducción criolla de Donald Trump, negó la abrumadora cantidad de evidencia científica que respalda la alteración al clima por acción humana. Una evidencia generada por los científicos más prestigiosos de al menos 190 países a lo largo de casi 40 años de investigación, entre los cuales destacan notables académicos que comparten la misma casa de estudios.
Ante la pregunta sobre si, en un eventual futuro Gobierno, Kast va a actuar de acuerdo con la evidencia que existe, Dussaillant respondió con una pregunta tan básica como inquietante: “El tema es qué entiendes por cambio climático”, en un intento por cuestionar una pregunta sobre la cual existen varios miles de papers que la respondieron hace ya varias décadas.
“Yo creo que cambio climático vivimos siempre, no creo que ahora tengamos una cosa particular, me parece que hoy día hay posturas más ideológicas en el tema. (…) No estoy negando que hay fenómenos hoy día, pero me parece que también existían antes. Hay posturas extremas que sostienen poco menos que los seres humanos somos los responsables y, por lo tanto, ojalá haya menos seres humanos”.
Lo inquietante es que el amplio consenso global ya determinó que la evidencia es indiscutible y que lo que es ideológico es la negación.
Como adelantamos, los comentarios generaron una ola de reacciones en redes sociales, criticando la ignorancia del director del centro de estudios del Partido Republicano.
El terraplanismo medioambiental de Dussaillant puso nuevamente el foco en la capacidad de los republicanos de impulsar una política climática sobre la base de la evidencia en el caso de llegar al Gobierno, o si terminarán tomando acciones al más puro estilo Trump, quien retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París y calificó, frente a la ONU, al cambio climático “como la mayor estafa de la historia”.
Algunas luces al respecto dio la senadora Carmen Gloria Aravena, exmilitante del Partido Republicano, quien en el programa Al Pan Pan de El Mostrador afirmó que la colectividad de Kast “no ha cambiado un ápice de opinión” respecto a temas controvertidos. “Son los mismos, lo que han cambiado es la estrategia muy hábil de no referirse a nada, ni a las vacunas, ni a la ciencia, ni al cambio climático. Ayer escuché a uno de sus expertos decir que el cambio climático no existe y da argumentos bastante básicos, y lo mismo en la situación de temas valóricos. Es como un producto que llega a tu casa y cuando lo abras vas a saber qué hay ahí, antes es solo eslogan, es solo palabras para el bronce”, declaró la parlamentaria.
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Crisis de presupuesto militar opaca sucesión de Iturriaga en el Ejército

En el Ejecutivo, algunos dicen que ya se definió. Y otros, que la ministra de Defensa, Adriana Delpiano, hace las últimas consultas. No obstante, en el alto mando castrense y en el Ejecutivo coinciden en que el sucesor del comandante en Jefe del Ejército está casi listo y que será uno de estos dos generales: Pedro Varela o Cristián Guedelhoefer.
Sin embargo, el debate y expectación clásica por las cartas de sucesión, y el nombramiento del militar que acompañará al Gobierno que lidere José Antonio Kast, Jeannette Jara o Evelyn Matthei, que por tradición se anuncia en la última semana de octubre, se han visto ensombrecidos por tres situaciones que, esta semana, causaron estupor en los círculos de Defensa.
- Primero, el comandante en Jefe del Ejército, general Javier Iturriaga, en la Comisión Mixta de Presupuesto, reveló que el dinero del erario público para el despliegue de efectivos que por mandato constitucional resguardan el desarrollo de los comicios presidenciales de noviembre aún no llega.
En la misma semana, el Presidente Boric anunció el envío al Congreso de una reforma constitucional que permita desplegar Fuerzas Armadas para el control fronterizo mediante un decreto, cuya renovación no pase por el Legislativo. La norma constitucional actual establece que cada 90 días se requiere la autorización del Congreso Nacional para renovar este despliegue. Boric explicó que la iniciativa permitirá a las tropas hacer controles de identidad y registro, efectuar detenciones en flagrancia y colaborar con la PDI en la frontera sin necesidad de renovar la autorización.
La idea presidencial no cayó bien entre los altos mandos castrenses. Aunque la guinda de la torta –aseguran fuentes militares a +Política– fue el malestar que causa la próxima cumbre de ministros de Defensa del Pacífico Sur en Santiago, que, en medio de la crisis presupuestaria del sector, reunirá a secretarios de Defensa de Samoa, el Reino de Tonga, Fiyi, Australia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea y Chile.
La reacción a la creatividad de Boric y a la falta de presupuesto de las Fuerzas Armadas llegó rápidamente. Parlamentarios de diferentes sectores, incluso del Partido Comunista, y candidatos presidenciales de la oposición expresaron preocupación, interpretando el anuncio presidencial como una mala estrategia electoral de Boric a pocos meses de culminar su mandato.
De hecho, desde el PC advierten que en democracia cualquier cambio que afecte a la seguridad pública y los derechos civiles debe ser objeto de debate.
Según diversos analistas, la posibilidad de aprobación del proyecto se ve poco probable, ya que Chile Vamos, Republicanos y el Partido Comunista han criticado la propuesta. Analistas indican que este anuncio representa una señal para enfatizar la seguridad fronteriza en medio de la contienda electoral.
- Hay que recordar que las Fuerzas Armadas reciben financiamiento a través de dos mecanismos. El primero: la partida 11. Un fondo que corresponde a los fondos tradicionales asignados, que incluye salarios y gastos de operación, que aumentan en un porcentaje similar al costo de la vida, y se financia con el erario nacional.
- El segundo mecanismo surge a partir de la Ley de Financiamiento de las Capacidades Estratégicas, que reemplaza a la Ley del Cobre. Especialistas castrenses señalan que esta legislación permite una planificación a cuatro años para adquisiciones, dividiendo el monto total en cuotas anuales, pero que el nuevo enfoque presenta problemas.
La Ley del Cobre, que garantizaba un financiamiento más estable para las Fuerzas Armadas, dejó remanentes que ahora se han integrado a un fondo para cubrir las primeras cuotas del nuevo plan cuatrianual. Algunos comités parlamentarios han abordado suspender el pago de las cuotas anuales, lo que ha generado incertidumbre.
La planificación presupuestaria no ha logrado sincronizarse con la urgencia de las operaciones, y los atrasos en la entrega de fondos han afectado la logística y el funcionamiento de las tropas.
Economistas proponen suspender el Fondo de las Capacidades Estratégicas, lo que podría comprometer incluso más el financiamiento. Asimismo, explican en círculos militares, la falta de recursos ha generado tensiones entre los efectivos y el alto mando del Ejército, abrió la discusión –entre asesores de Defensa– sobre la opción de vender tanques Leopard a Alemania y ha dejado roces entre Defensa y Hacienda.
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Matthei en jaque: ¿cuál es el origen de los honorarios de los abogados que defienden narcos?

En el círculo de influencia de Chile Vamos y de Evelyn Matthei nadie quiere saber nada más sobre el apoyo explícito que le dio la candidata presidencial al abogado Aldo Duque, quien ha defendido a narcotraficantes. No quieren hacer olitas en torno al tema.
El apoyo a la candidatura a diputado independiente de Duque, con cupo de Renovación Nacional (RN), desencadenó fuerte críticas, por el personaje en sí mismo, pero más por el argumento que dio Matthei para justificar su postulación: “Hasta los narcotraficantes tienen derecho a la defensa”.
Diferentes fuentes advirtieron a +Política que el derecho no está en discusión, ese es un argumento básico, pero exponerlo cuando se trata de definir estrategias para enfrentar el crimen organizado –enfatizan las fuentes–, es al menos irresponsable. Primero, porque siembra dudas, por cierto, no por nada existe un registro de los profesionales que se dedican a estas defensas, y segundo –y que es lo más relevante–, porque oculta la respuesta a una pregunta ineludible: ¿cuál es el origen de los fondos con los cuales un narcotraficante paga los honorarios de una defensa penal privada?
Ignorar esta pregunta y además respaldar el ingreso a la política de abogados que recibieron fondos de un origen presumiblemente ilícito, reviste un serio peligro. Es por este riesgo que los dichos de Matthei hicieron renacer un debate pospuesto en el Congreso: la aprobación del proyecto de ley que busca determinar la trazabilidad del dinero que ganan los abogados de narcotraficantes.
Esta iniciativa, impulsada por el parlamentario independiente Jaime Araya, hoy duerme en la Comisión de Seguridad del Senado, tras ser aprobada en la Cámara de Diputadas y Diputados.
“El crimen organizado en Latinoamérica ha convertido a las cárceles en centros de operaciones y reclutamiento, aprovechando las debilidades institucionales para dirigir delitos desde su interior”, se puede leer en el programa de Matthei. Según el diputado Araya, no es errático pensar que hay algunos de estos abogados que son parte de las estructuras criminales.
Por lo mismo, la propuesta de ley busca que los abogados demuestren el origen lícito del dinero que cobran. Lo cuestionado, entre otras cosas, es que los narcos no tienen patrimonio y pagan montos exorbitantes por su defensa y generalmente en efectivo. Nadie sabe de dónde proviene ese dinero, por ende, se podría presumir que se genera de sicariatos, de explotación sexual de mujeres, de venta de drogas, entre otros delitos.
Algo que destaca Araya es que la Fiscalía estuvo de acuerdo con la Defensoría Penal Pública sobre regular esta situación bajo los parámetros que busca la propuesta de ley. Esta pretende que las defensas sean servicios profesionales y que no se presten para lavar dinero u ocultar el patrimonio narco.
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“Al borde de un escenario de precipicio”: las críticas del comando indígena de Jara con el programa de Jara

En el programa de Jeannette Jara, la palabra “mapuche” no aparece en ningún lado, y sus propuestas para los “Pueblos Indígenas” dejan de lado referencias directas a la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento y a la –suspendida– consulta indígena que esa misma comisión impulsó. Aunque la candidata asegura públicamente que planea implementar algunas de sus “conclusiones”, la contradicción no ha pasado inadvertida ni entre sus aliados más cercanos.
El primero en levantar la voz fue el senador Francisco Huenchumilla, timonel de la DC y presidente de la mencionada Comisión para la Paz.
Huenchumilla alerta sobre lo que él considera un déficit estratégico: mientras la ultraderecha amenaza con retrocesos, el programa de Jara apenas retoma medidas como el reconocimiento constitucional –proyecto que ya fue presentado por el Gobierno– o la creación de un Consejo Nacional de Pueblos Indígenas, sin ofrecer soluciones reales para la restitución de tierras.
- “Ese es un tema que, en este minuto, está sin horizonte (…). (En el programa de Jara) son cuatro o cinco medidas que se han repetido a lo largo de todos los programas presidenciales, no hay nada distinto, y entonces queda pendiente el problema de fondo, que es la restitución (…). Estamos al borde de un escenario de precipicio (…), no veo la luz al final del túnel”, dijo esta semana el senador.
A ese escepticismo se suma la visión de quienes trabajan directamente con la candidata. Desde el Comando Indígena por Jeannette Jara en Santiago valoran ciertos puntos del programa –reconocimiento constitucional, revitalización lingüística–, pero dicen que “son solo puntos de partida”. Reconocen que todavía faltan medidas concretas, también para la población indígena urbana, y recuerdan que la consulta indígena “le va a rebotar a cualquier Gobierno que venga”.
- “Siempre se puede hacer algo más”, comenta José Llancapan, vocero del Comando indígena por Jeannette Jara en Santiago y de la Plataforma Política Mapuche (PPM).
- Y esa es la idea en caso de que la candidata oficialista llegue a La Moneda, aunque sobre el Gobierno de Boric se señala que “no fue lo que esperábamos”.
Desde el comando general defienden que la agenda indígena fue elaborada por una comisión encabezada por Juan Carlos Cayo –abogado aymara, consejero del INDH y exasesor de la convencional Isabel Godoy (cercana al PC)–, con participación de todos los sectores del bloque oficialista, incluido el comando indígena, y que el reconocimiento constitucional se toma directamente de las recomendaciones de la Comisión para la Paz y el Entendimiento. Sin embargo, aseguran que la consulta indígena es un tema del Gobierno y no de la campaña, dejando implícita la separación entre medidas de programa y procesos pendientes.
La paradoja se acentúa cuando se analiza la postura de la candidata sobre seguridad: Jara afirma que mantendría el Estado de Excepción en la llamada macrozona sur si llega a La Moneda, pese a que esta misma medida fue uno de los motivos por los cuales varias comunidades mapuche rechazaron la consulta y cuestionaron a la comisión. La candidata asegura que, ante “delitos de connotación terrorista” o situaciones de riesgo, recurriría a esta herramienta:
- “El Estado de Excepción lo voy a mantener, hay que tener sentido de realidad… si se requiere, lo voy a usar”, dijo en el programa “El Candidato” de Mega.
Así, entre omisiones programáticas, reparos internos y promesas de continuidad, la agenda indígena de Jara emerge como un territorio en disputa dentro de su propia coalición. El desafío de traducir promesas y palabras en medidas concretas, mientras se navega la complejidad del conflicto territorial, podría convertirse en uno de los flancos más delicados de su campaña presidencial.
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Qué les queda por mostrar a Jara, Kast y Matthei en 35 días: la mirada de Cristóbal Bellolio

A cinco semanas de las elecciones presidenciales, el doctor en Filosofía Política y académico de la UAI, analiza para +Política las cartas que todavía pueden jugar los tres candidatos que encabezan las encuestas.
Con cuatro debates en el horizonte (Enade, 14 de octubre; Canal 13, 26 de octubre; ARCHI, 4 de noviembre; y Anatel, 10 de noviembre), los aspirantes a La Moneda tendrán que tirar toda la carne a la parrilla en su despliegue territorial y digital. La pregunta es: ¿qué les queda por hacer para asegurar su paso a la segunda vuelta?
- Jeannette Jara: “Es la candidata del Gobierno, quiéralo o no, entonces mejor que lo haga con orgullo a que con culpa”.
–El desafío de Jara es defender la obra del Gobierno, decir que lo han hecho bien, mostrar logros. En el debate pasado me dio la impresión de que Matthei era más optimista respecto a la situación de Chile que ella misma. Es Jara la que tiene que decir que lo que se ha hecho estos últimos años es bueno.
Los gobiernos tienden a terminar mejor que como estaban en el medio, hacia el final ya empiezan como a agrandar la lista de cosas que hicieron, a tener una cierta coherencia, uno empieza a mirar y decir no fue tiempo perdido, no fue tan desastroso. Entonces, a estas alturas la candidata oficialista tiene que tratar de mostrar por qué este Gobierno, que va de salida, fue bueno y no fue tan malo como mucha gente lo cree.
Porque la verdad es que hoy no veo de dónde más pueda sacar votos en primera vuelta para quedar bien posicionada. Así que debería tratar de picanear el amor propio de todo ese mundo, el mundo de la izquierda y centroizquierda, diciéndoles que no lo hicieron nada de mal. Ella no se puede sacar ese mote de encima, ella es la candidata del Gobierno, quiéralo o no, entonces mejor que lo haga con orgullo a que con culpa.
- José Antonio Kast: “Debe mostrarse más presidencial y no tan líder de una tribu”
-En el caso de Kast, creo que su desafío es mostrarse un poco más presidencial, no tan pendenciero, no tan líder de una tribu. Kast se visualiza en segunda vuelta, de hecho, durante gran parte de este año él ha moderado su discurso –al menos desde el punto de vista programático– y ha demostrado que no es una figura de derecha radical tan estridente como parecía serlo el 2021 o el 2017. Ahora parece que aprendió la lección en teoría. Pero cuando le preguntan por los bots, por ejemplo, tira la pelota al córner, dice que no tienen nada que ver con eso. Entonces, siento que pierde la oportunidad de reparar la fractura y la polarización afectiva que vive Chile.
Kast va a gobernar en un país donde la mitad de la gente –aunque gane en segunda vuelta– lo detesta. Entonces, creo que él ya debe empezar a abonar el terreno para recomponer un poco el tejido social. Chile se polarizó especialmente a partir del estallido, y desde entonces los de un lado odian a los del otro.
Creo que Boric ha tratado de recomponer esas heridas en la medida de lo posible e, insisto, a Kast todavía lo veo más líder de una tribu contra la izquierda progre, es decir, como que los otros no fueran “los verdaderos chilenos”, como diría Beatriz Hevia. Creo que él tiene ya que empezar a hablarles a todos los chilenos. Todos son verdaderos y debe empezar a actuar como un Presidente para todos, no solamente de algunos.
- Evelyn Matthei: “Si va a perder, que pierda con un proyecto claro”
–En el caso de Matthei, creo que ella ya encontró un registro. No sé si le va a ir bien o mal, pero este registro de tratar de hacer, no voy a decir un Gobierno de unidad –porque eso suena un poco cliché y la verdad es que no es cierto–, pero lo más parecido a un Gobierno donde personas que están eventualmente en posiciones distintas, con miradas distintas sobre el pasado, se entienden. Pienso en la ex Concertación incluso.
No creo que haya un caudal de votos que la haga necesariamente pasar a Kast, pero por lo menos que la gente, cuando vaya a votar, tenga claridad sobre cuál es el proyecto que están apoyando. Si va a perder, que pierda con un proyecto claro, que se sepa por qué está votando la gente
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