Gastronomía
Cuando el tiempo escasea y la posibilidad de incorporar ingredientes naturales a nuestra alimentación puede parecer un verdadero desafío, probamos qué tan funcional puede ser usar una máquina que se encargue de hacer sopas, cremas o licuados.
Entre los diversos electrodomésticos que existen hoy en día y a el poco espacio que a veces hay en la cocina, vale la pena preguntarse cuáles son más prioritarios o funcionales que otros.
Por eso, con mediano entusiasmo probé una máquina para hacer sopa, ideal para estos días cambiantes en temperaturas y donde ha hecho más frio que en otros años.
Eso sí, hay que aclarar que también tiene funciones más veraniegas como la preparación de smoothies y batidos. Y qué mejor que preparar todo en casa con verduras y frutas naturales, para aprovechar mejor los nutrientes y fortalecer el sistema inmune.
En esta ocasión usé la SoupMaker de Philips que se maneja de una manera bastante intuitiva. Esta tiene una forma de termo de acero inoxidable, algo mas grande que un hervidor, y en su interior cuenta con un dispositivo central de cuchillas que sirve para moler o mezclar los distinto ingredientes que se coloquen en el interior del recipiente.
El aparato cuanto con una capacidad de 1,2 litros y una potencia de 1.000 W, lo que permite hacer sopas con o sin trozos, batidos y compotas, según los programas que se encuentran predefinidos en la parte superior. También tiene una opción manual para que cada quien defina cuánto mezclar.
Si bien hay un recetario con diversas opciones, empecé con una crema de zapallo según lo que encontré en mi cocina. Luego de cortar los ingredientes en trozos, incorporé zapallo, además de papa, cebolla, zanahoria, jengibre y sal. En un principio puede costar algo cerrar bien con el centro de cuchillas, pero después es fácil acostumbrarse.
El programa de sopas se demora aproximadamente 20 minutos y depende de la cantidad de agua si queda más o menos cremoso.De todas maneras en el interior del recipiente hay una medida de mínimo y máximo para un adecuado funcionamiento.
De sabor quedó bien y se notaba que era de ingredientes naturales. Para que quede más sabrosa se puede dorar o saltear los ingredientes antes. Si se incorporan sin agua, la SoupMaker calienta pero se frena rápidamente para evitar accidentes.
Con los días fui practicando más y probé además con cebolla/diente de dragón, variedad de champiñones y brócoli/zapallo italiano. Todas quedaron cremosas, perfectamente molidas y con buena cocción.
Al ser un programa que dura 20 minutos, no se recomienda agregar leche o crema antes, sino incorporarla al final.
Después de los distintos tipos de crema, probé con sopa con trozos. Partí con una carbonada que quedó bastante buena. Pero lo mejor fue una preparación de porotos blancos (remojados la noche anterior) con tomate y cebolla. No quedé conforme con la cocción de los primeros 20 minutos así que volví a usar el programa de sopa con trozos y quedaron blandos y sabrosos.
En cuanto a los batidos, la opción es más rápida, al igual que las compotas. y el programa solo dura algunos minutos.
Usarla es realmente muy fácil y se puede tener preparaciones con ingredientes naturales de una manera sencilla. No ocupa mucho espacio, se lava con facilidad y el programa se corta y da una señal de alerta que avisa cuando está listo. Eso sí, hay que tener cuidado con la pared metálica que se calienta harto.
¿Es indispensable? Para quienes tienen bebés en casa pueden ahorrar tiempo con esta máquina que tendrá preparaciones frescas con ingredientes naturales. También puede servir para adultos mayores que buscan alimentos con más liquido. Y por supuesto, es muy práctica para las y los amantes de las sopas y cremas.
