
Ephedra celebró su primer año impulsando la identidad gastronómica del desierto de Atacama
El restaurante Ephedra impulsa una nueva narrativa para el turismo en San Pedro de Atacama, donde la gastronomía ya no es un complemento, sino un pilar central, donde detrás de cada ingrediente hay una historia, una familia, una tradición y una geografía que merece ser compartida.
Hace un año, en medio del paisaje desértico y montañoso de San Pedro de Atacama, nació Ephedra, un restaurante que desde el inicio apostó por una cocina comprometida con su territorio. Hoy, al cumplir su primer aniversario, no solo celebra un sueño cumplido, sino también el impacto que ha tenido en la oferta turística, gastronómica y cultural del norte de Chile.
Detrás de Ephedra hay una joven pareja de soñadores, visionaros y profesionales. Sergio Armella, chef formado en cocinas de renombre como Boragó (Chile), Geranium (Dinamarca) y El Chato (Colombia), y Carolina Colque, administradora en Ecoturismo con profundo conocimiento del entorno atacameño pues ese desierto y altura es donde se crió y aprendió a conocer por saberes ancestrales y familiares.

En Ephedra se recolectan hierbas que se han usado durante siglos por los habitantes del desierto para ser parte de sus preparaciones. Crédito: Loreto Santibáñez
Ephedra surgió así como una necesidad compartida de dar voz a la identidad del desierto a través del sabor. “Nuestra misión es rescatar el patrimonio gastronómico atacameño y mostrar la biodiversidad de la región. Acudimos a nuestros ancestros para documentar procesos y darles expresión contemporánea”, explican sus fundadores.
Por eso, la cocina de Ephedra reconoce y potencia los productos del territorio. Rica rica, chañar, chivo, llama, papa y maíz son parte de sus platos, como una forma de activar y visibilizar cadenas productivas locales, mientras se ofrece una experiencia gastronómica de alto nivel.

En el ayllu de Loche, cerca de San Pedro de Atacama, la familia de Sergio Armella cosecha sus propios vegetales, como el choclo. Crédito: Loreto Santibàñez
Un aniversario con sentido
Para conmemorar este hito, Ephedra organizó un evento especial para conocer su propuesta de forma vivencial. La experiencia incluyó recorridos por rutas de recolección, visitas a proveedores locales, almuerzos, una cena degustación con chefs invitados —como Walter Leal (Argentina) y Manuel Balmaceda (Santiago).
La iniciativa no solo ve a la gastronomía como el momento de compartir en torno a una mesa, sino que además conecta, rescata y transforma. Porque Ephedra es también una declaración de principios que ve a San Pedro de Atacama también como un destino gastronómico, lo que implica repensar los ingredientes locales, documentar saberes ancestrales y generar nuevas narrativas sobre lo que significa comer en el desierto.

Guiso de trigo mote con caldo de chivo, con hojas crocantes de zapallo. Crédito: Loreto Santibáñez
“Queremos que el legado culinario de la zona sea reconocido como parte de la gastronomía chilena”, dicen sus fundadores. A un año de su apertura, Ephedra ha logrado posicionarse como uno de los proyectos más innovadores del norte de Chile, demostrando que el desierto no es solo árido, sino fértil en cultura, identidad y sabores por redescubrir.

Carolina Colque durante el servicio. Crédito: Loreto Santibáñez
Con el objetivo de mostrar el potencial del territorio no solo como atractivo visual, sino como una experiencia sensorial completa, donde la cultura y la biodiversidad se saborean, se ha contribuido a elevar el estándar del turismo local, atrayendo a visitantes que buscan conocer más del entorno.
Por eso desde sus inicios, Ephedra ha contado con el respaldo del Hotel Cumbres San Pedro de Atacama, una alianza que ha sido clave para construir una propuesta turística integral. Gracias a esta colaboración, la gastronomía ha pasado a ser un pilar dentro de la experiencia turística en San Pedro de Atacama, permitiendo que el destino se proyecte hacia un turismo más sostenible, consciente y culturalmente conectado.

Sergio Armella junto a su madre Ema durante una celebración familiar del primer aniversario de Ephedra. Crédito: Loreto Santibáñez.
Porque Ephedra invita a redescubrir Atacama no solo con los ojos, sino también con el paladar, que reconoce saberes y sabores ancestrales ligados al desierto. Con esta propuesta, San Pedro suma un nuevo motivo para ser visitado, explorado y también degustado, ya que la identidad del desierto también se construye desde la cocina.