
Cabernet Franc en Chile: características, origen y maridajes del tinto en ascenso
Originario de Francia, el Cabernet Franc es una cepa clave en la evolución del vino chileno. Su perfil fresco y elegante, con notas herbales y taninos finos, lo convierte en una opción atractiva para los consumidores.
Chile es reconocido por su extensa producción de vinos de alta calidad, con valles como el Maipo, Colchagua, Casablanca o el Limarí que dan vida a botellas premiadas en el mundo entero. Sin embargo, entre los cepajes tradicionales que han definido la identidad vinícola nacional, el Cabernet Franc emerge como una cepa histórica y esencial, tanto por su origen como por su contribución a otros vinos emblemáticos.
El “padre” de los tintos
Originario del sudoeste de Francia y cultivado desde el siglo XVII en la zona de Burdeos, el Cabernet Franc es considerado el “padre de los tintos” debido a su papel genético en la creación de otras cepas mundialmente famosas. El cruce natural entre una flor de Cabernet Franc y polen de Sauvignon Blanc, por ejemplo, dio origen al Cabernet Sauvignon. También es ancestro del Carmenere, otra cepa con fuerte arraigo en Chile.
Pese a su larga tradición en Europa, el Cabernet Franc ha sido históricamente menos difundido que su “hijo” Cabernet Sauvignon. Pero esa realidad está cambiando en Chile, donde viñas como Maquis, en el valle de Colchagua, están liderando su valorización como vino de autor.
Carácter, frescor y elegancia
Viña Maquis, ubicada entre el río Tinguiririca y el estero Chimbarongo en Palmilla, ha desarrollado un terroir ideal para el cultivo del Cabernet Franc, gracias a sus suelos con buena proporción de arcilla y drenaje equilibrado. “El Cabernet Franc es exigente, pero cuando encuentra las condiciones adecuadas, se transforma en un vino de gran elegancia, con notas a frutas rojas frescas, tabaco, hierbas y flores”, señala Ricardo Rivadeneira Hurtado, enólogo de la viña.
Entre los exponentes más destacados está Maquis Franco, un vino ícono de guarda que evoluciona durante décadas con mayor complejidad y fineza. También destaca Maquis Revela, un vino más accesible pensado para quienes buscan explorar esta cepa sin alejarse del estilo del Cabernet Sauvignon.
En el paladar, el Cabernet Franc chileno se define por su acidez vibrante, taninos suaves y un cuerpo medio que lo hace más ligero y fresco que otros tintos. Sus aromas evocan frambuesas, cassis, pimientos asados, hierbas mentoladas y, en ocasiones, toques minerales como grafito.
¿Con qué maridar un Cabernet Franc?
Es un vino especialmente versátil al momento de combinar con comida. Gracias a su cuerpo medio y buena acidez, marida con platos que son difíciles para otros tintos más robustos. Carnes rojas, cordero, magret de pato, quesos curados o preparaciones con base de tomates o vegetales asados como pimientos y berenjenas, son excelentes acompañamientos.
Según los expertos, su capacidad de adaptación a climas más fríos, junto a su carácter distintivo y aromas complejos, lo proyectan como una de las variedades con mayor potencial para seguir desarrollándose en los viñedos chilenos.
Con un creciente número de etiquetas nacionales, el Cabernet Franc se consolida como un vino ideal para quienes buscan tintos equilibrados, con historia y un perfil que une elegancia, complejidad y frescor.