
Aleia en Barcelona: El ascenso del joven chef andaluz Rafa de Bedoya
Aleia se ha consolidado como uno de los referentes gastronómicos más destacados Barcelona Bajo la dirección del chef Rafael Bedoya y la tutela de Paulo Airaudo, este restaurante con estrella Michelin fusiona técnica, raíces andaluzas y elegancia mediterránea en un menú degustación cautivador.
¿Quieres huir del frío en estas latitudes volando a Europa? Te cuento dónde ir… y a quién visitar. En el corazón del Passeig de Gràcia, donde la Barcelona modernista de Gaudí y Domènech i Montaner respira historia, Aleia emerge como un referente de alta cocina en la primera planta del Hotel Casa Fuster.
Este restaurante, inaugurado en diciembre de 2021, está escribiendo un nuevo capítulo de la mano de un talento prodigioso: Rafael Bedoya, joven chef de Jerez de la Frontera que, con apenas 30 años, ha convertido este elegante comedor en uno de los destinos culinarios más destacados de la ciudad en solo tres años.

Créditos: Cedida
Bajo la tutela del italo-argentino Paulo Airaudo —conocido por sus restaurantes con estrella Michelin como Amelia—, Bedoya ha construido un menú que combina precisión técnica, raíces andaluzas y un sofisticado guiño a la alta cocina francesa. Así, se consolida como una de las voces culinarias más prometedoras de España, parte de una nueva generación de cocineros formados en templos gastronómicos como Azurmendi, Cenador de Amós o El Celler de Can Roca.
Aleia, bajo la dirección de Airaudo y con Bedoya como chef ejecutivo, no solo obtuvo una estrella Michelin en 2022 —que ha renovado cada año hasta la fecha—, sino que ha consolidado un espacio donde la técnica culinaria dialoga con la tradición y la vanguardia.
Su propuesta, un único menú degustación, es un viaje sensorial que fusiona la esencia mediterránea con influencias andaluzas, italianas y asiáticas, en un entorno elegante con toques modernistas y un techo ondulante que evoca las formas de Frank Gehry.

Créditos: Jo García.
El comedor de Aleia es de un refinamiento atemporal: manteles blancos impecables, un servicio meticuloso y atento dirigido por Paula Miguel, y una carta de vinos que impresiona por su profundidad. La selección —centrada en vinos naturales y biodinámicos de pequeños productores— incluye verdaderas joyas enológicas, como un espumoso método tradicional elaborado por la bodega Gallina de Piel, proyecto de los ex sommelieres de El Bulli, David Seijas y Ferran Centelles. Y no es necesario pedir una botella entera: todas las opciones están disponibles por copa. Más de 300 referencias, junto a una propuesta sin alcohol que va mucho más allá del jugo o el kéfir, como un sparkling tea elaborado en Copenhague.

Créditos: Jo García
Pero son los platos de Bedoya los que capturan toda la atención. Su menú degustación (187 euros) es una muestra de elegancia, donde los mariscos mediterráneos brillan junto a sutiles homenajes a su herencia andaluza.
Una gamba roja acompañada de piriñaca —una fresca picada de verduras típicas del sur de España— explota en sabor, mientras que una delicada merluza de Burela, servida con un gazpachuelo infusionado con la esencia salada de navajas y mejillones, refleja su habilidad para elevar la tradición con toques modernos.

Créditos: Jo García
Un plato de venado de La Janda, perfectamente cocinado y realzado con una demi-glace de naranjas sevillanas y zanahorias “encominás”, revela su talento para equilibrar audacia y refinamiento; visualmente, parece un cuadro de Kandinsky.
Un entrante de tartar de atún rojo, cubierto con una mignonnette infusionada con flor de sakura, y una cigala a la brasa de Isla Cristina con beurre blanc de amontillado y un aire espumoso de sus propios jugos, demuestran una madurez que supera con creces su edad.

Créditos: Jo García
Incluso el servicio de pan es un espectáculo: hogazas caseras llegan acompañadas de tuétano asado, aceite de acebuche y tres mantequillas: de tomate, de jamón ibérico y madurada. Es casi imposible no desear que las salsas de los próximos pasos permanezcan en el plato solo para poder pasarlas con pan.
Otro plato destacado: un flan ibérico acompañado de guisantes del Maresme y anguila ahumada.
La velada puede terminar con una cuidada selección de quesos catalanes y andaluces, y un mel i mató con miel de boniato, que muestra el respeto de Bedoya por los ingredientes regionales. Aunque los postres no son el punto más fuerte del menú, se agradece la sutileza de un final dulce que no empalaga. Luego, una selección de bombones rellenos y un café de autor, tostado y curado exclusivamente para Aleia, cierran la experiencia con elegancia.

Créditos: Jo García
Lo que distingue a Bedoya es su trayectoria. Desde el debut de Aleia, ha perfeccionado su cocina con una rapidez asombrosa, transformando una promesa en ejecución pulida. Su capacidad para tejer el alma andaluza en una experiencia gastronómica cosmopolita habla de un chef que no solo domina su oficio, sino que lo redefine. A medida que la escena culinaria de Barcelona sigue evolucionando, Aleia y Rafa Bedoya están preparados para liderar el camino como un faro de lo que la próxima generación de chefs españoles puede lograr.
Aleia, Casa Fuster, Passeig de Gràcia, 132, Barcelona
- Menú degustación: 187 euros.
- Aleia pairing : 108 euros
- Aleia sin alcohol : 78euros
- Se recomienda reservar www.aleiarestaurant.com