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Descubre el Malbec: sabor, origen y una mirada sustentable Gastronomía Crédito: El Mostrador

Descubre el Malbec: sabor, origen y una mirada sustentable

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El Malbec es reconocido por su intensidad, pero ahora también destaca por su producción ética. Viñas chilenas y mexicanas apuestan por versiones veganas y sostenibles, respondiendo a una demanda creciente por vinos que cuidan tanto del medio ambiente como del consumidor.


Color profundo, cuerpo medio a robusto, taninos redondos y aromas que evocan ciruelas, cerezas y especias. Así se describe un buen Malbec. Ya sea solo, en copa grande a temperatura ambiente o acompañado de carnes rojas, pastas con salsas intensas o incluso platos veganos, el Malbec es versátil y generoso.

Hablar de esta cepa es hablar de una historia que se remonta al suroeste de Francia, donde esta variedad era utilizada principalmente para mezclas, aportando color y cuerpo. Sin embargo, sería en América Latina, especialmente en Argentina y cada vez más en Chile y México, donde encontraría su lugar protagónico, transformándose en sinónimo de identidad y excelencia.

En su origen europeo, el Malbec se enfrentó a múltiples desafíos, incluyendo plagas como la filoxera que en el siglo XIX devastaron viñedos en Francia. Fue ese mismo siglo cuando las primeras plantas cruzaron el Atlántico, llevadas por colonos franceses que buscaban establecer nuevas raíces en territorios con potencial vitivinícola.

El secreto centenario del Malbec chileno

En Chile, la historia del Malbec da un giro fascinante gracias al hallazgo de cepas centenarias en San Rosendo, una localidad en la Región del Biobío. En esta zona del sur del país se redescubrió un Malbec genéticamente puro, casi intacto desde su llegada en el siglo XIX.

Estas vides, que resistieron no solo el paso del tiempo sino también las enfermedades que diezmaron a sus pares europeos, han despertado el interés de viticultores, enólogos y amantes del vino. Viñas como Viu Manent, Concha y Toro, Neyen, Montgras y Casa Silva han apostado por rescatar y valorizar esta herencia natural, elaborando vinos que no solo conservan la pureza de la cepa, sino que además incorporan prácticas sostenibles en su producción.

Más allá del sabor

Hoy, el Malbec no solo se bebe, se elige con intención. El consumidor actual ya no se conforma con un vino de buena calidad, también busca que ese vino sea coherente con sus valores y formas de vida. En ese marco, ha crecido exponencialmente el interés por vinos veganos, es decir, aquellos en cuya producción no se utilizan insumos de origen animal.

Durante años, muchos vinos fueron clarificados con productos como caseína (derivada de la leche), albúmina de huevo o gelatina. Sin embargo, bodegas de Chile y México han optado por clarificantes vegetales o métodos alternativos, permitiendo obtener un producto final éticamente transparente.

Ignacia Uribe, CEO de V-Label Latinoamérica, una de las entidades que promueve el etiquetado vegano en la región, menciona que “hoy, más de 40 viñas en América Latina ya cuentan con certificación V-Label, muchas de ellas productoras de Malbec. Lejos de ser una moda, estas prácticas reflejan un cambio cultural más amplio en la manera de producir y consumir”.

Malbec y sostenibilidad

La transición hacia una viticultura más sustentable no se queda solo en lo vegano. Muchas viñas han comenzado a integrar criterios de sostenibilidad ambiental y social en toda la cadena de producción. Desde el uso responsable del agua hasta la protección de la biodiversidad local, pasando por relaciones justas con los trabajadores del campo, el Malbec del siglo XXI se produce con una mirada integral.

Viñas chilenas como Viu Manent han sido reconocidas no solo por la calidad de sus vinos, sino también por sus iniciativas enoturísticas y ecológicas. Este giro responde tanto a una necesidad urgente como a una oportunidad. En un contexto de cambio climático y escasez hídrica, los productores saben que el futuro del vino depende de cómo se cultiva hoy.

A lo largo de América Latina, el Malbec ha demostrado ser una variedad versátil, capaz de adaptarse a suelos diversos, condiciones climáticas extremas y exigencias cambiantes del mercado. Se lo encuentra en versiones jóvenes, frescas y frutales, así como en vinos de guarda, complejos y estructurados.

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