
La Vía Licia en Turquía: el tesoro escondido entre montañas, ruinas y mar turquesa
Entre Fethiye y Antalya se extiende la Vía Licia, un sendero que une naturaleza e historia. Ideal para caminantes y aventureros, atraviesa pueblos, ruinas y playas de aguas turquesa.
Ubicada en el suroeste de Turquía, la Vía Licia es una de las rutas de senderismo más impresionantes del mundo. Con más de 500 kilómetros de extensión entre las ciudades costeras de Fethiye y Antalya, este sendero ofrece una experiencia que combina naturaleza, historia y cultura local.
A diferencia del turismo masivo que se concentra en los resorts de la “costa turquesa”, la Vía Licia permite explorar Turquía a un ritmo pausado y con una conexión profunda con su patrimonio arqueológico y cultural.
Qué es la Vía Licia y por qué recorrerla
Es una ruta de trekking señalizada que recorre antiguos caminos utilizados por los licios, una civilización que habitó esta región hace más de 3.000 años. El sendero fue desarrollado en los años 90 por la historiadora británica Kate Clow. Desde entonces ha sido reconocido como uno de los mejores del mundo por publicaciones especializadas.
A lo largo del camino, se atraviesan ruinas arqueológicas, ciudades antiguas, tumbas excavadas en la roca, playas escondidas y montañas que caen directamente al mar. Cada paso es una conexión con el pasado y una oportunidad de descubrir la riqueza geográfica y cultural de Anatolia.
Puntos destacados en la ruta
Entre los hitos más memorables de la Vía Licia se encuentran:
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Xanthos y Patara: antiguas ciudades licias que fueron parte de la Liga Licia, una federación considerada precursora de sistemas democráticos.
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Olimpo y Chimaera: restos arqueológicos rodeados de selva y el famoso fenómeno natural de llamas eternas saliendo de la tierra.
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Kaputas y la bahía de Butterfly Valley: playas vírgenes con aguas color turquesa y acceso exclusivo a pie o en barco.
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Kekova y Kaleköy: una ciudad parcialmente sumergida visible desde la superficie del mar, ideal para kayak o excursiones en bote.
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Saklikent Canyon: un impresionante cañón para caminatas acuáticas y rafting en temporada.

Crédito: Getty Images
Opciones de alojamiento y servicios
La ruta puede recorrerse en su totalidad o por secciones. Existen opciones para todos los gustos, desde acampada libre y albergues económicos hasta pequeños hoteles familiares y pensiones rústicas. Muchos pueblos a lo largo del camino ofrecen comida casera, traslados locales y apoyo logístico a los senderistas.
Además, la ruta está bien señalizada con marcas rojas y blancas, lo que facilita la orientación incluso a quienes no tienen experiencia previa en trekking. También hay variantes para hacer el recorrido en bicicleta o en excursiones organizadas.
Cuándo visitarla
El clima mediterráneo permite recorrer la ruta durante gran parte del año, aunque los mejores meses son abril, mayo, septiembre y octubre, cuando las temperaturas son suaves y hay menos lluvias. En verano, el calor puede ser intenso en algunos tramos, aunque sigue siendo posible caminar si se toman precauciones.
En temporada alta, los cielos de la región también se llenan de parapentes y alas delta, sobre todo en zonas como Oludeniz, uno de los lugares más famosos del mundo para volar en parapente.
Un corredor cultural que narra la historia de Anatolia y su papel como puente entre Oriente y Occidente. Caminar por estos antiguos caminos es, al mismo tiempo, un desafío físico y una experiencia espiritual.