
Chile y la industria de bodas: esperan ser protagonistas
Con una geografía única en el mundo, que va desde el desierto más árido hasta imponentes glaciares, pasando por viñedos, montañas, lagos y playas, el territorio nacional reúne condiciones excepcionales para convertirse en un destino de referencia en el turismo romance. A esto se suma una infraestructura hotelera de alto nivel, servicios gastronómicos de excelencia y una red de proveedores especializados que destacan por su creatividad y profesionalismo.
Durante la última década, la industria de bodas ha experimentado un crecimiento sostenido, impulsada principalmente por el empuje del sector privado. Diseñadores, banqueteros y productores de eventos han elevado los estándares, creando experiencias que pueden competir con los mejores destinos del mundo. Sin embargo, la proyección internacional de este sector continúa siendo limitada.
La falta de visibilidad fuera de las fronteras responde, en gran parte, a la escasa articulación entre entidades públicas y actores privados. Mientras otros países latinoamericanos han implementado estrategias de promoción y políticas de incentivo claras para posicionar sus territorios como escenarios ideales para matrimonios de destino, aquí aún no se ha consolidado una hoja de ruta que impulse este objetivo.
El turismo romance no solo representa una oportunidad económica relevante; también promueve la imagen local, dinamiza comunidades y permite exportar servicios creativos de alto valor. Ignorar su desarrollo implica dejar de lado un motor de crecimiento con enorme proyección internacional.
Con talento de sobra, paisajes inigualables y una oferta cada vez más sofisticada, el desafío está en coordinar esfuerzos, generar instancias de promoción y asumir con decisión el potencial de este rubro. El momento de actuar es ahora: el mundo busca experiencias auténticas y memorables, y este rincón del sur del mundo tiene todo para ofrecerlas.
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