
Javiera Martínez: de militante estrella de segunda línea a cuestionada jefa de la billetera fiscal
La directora de la Dipres, Javiera Martínez, ha sido cuestionada por errores en las cifras entregadas al Congreso y otras inconsistencias previas. Pese a los cuestionamientos, es reconocida por su influencia técnica y política en el Frente Amplio, y su rol en campañas, el Parlamento y el Gobierno.
“Tenemos un problema, la presentación que usted mandó a la comisión no es igual a la que estamos proyectando”, advirtió la senadora Ximena Rincón (Demócratas) a la directora de Presupuestos, Javiera Martínez Fariña, durante la presentación del Informe de Finanzas Públicas (IFP) del primer trimestre, realizado en el Congreso la semana pasada.
La jefa de la Dipres no solo entregó cifras distintas a los parlamentarios de las comisiones de Hacienda del Senado y de la Cámara, sino que habría llegado atrasada a la reunión y con su computador sin batería, excusándose en que habían entregado una versión anterior a la proyectada en ese momento.
El traspié de Martínez, evidentemente, hizo recordar otros episodios de su trayectoria, como el error en su Declaración de Patrimonio e Intereses, inconsistencias en las proyecciones fiscales del año 2023, la entrega de recursos a los gobiernos regionales en el año 2024 y críticas por la aprobación de traspasos a fundaciones en el caso Convenios. “Lamentablemente se ha mantenido como una constante”, asegura la senadora Ximena Rincón a El Mostrador.
“El Parlamento tiene que decidir sobre informes financieros y, si estos se hacen sobre estimaciones que no corresponden, se toman decisiones que afectan finalmente al país. No es un tema ideológico, sino de cuadratura. Nadie puede decir que Javiera es una persona no preparada. Yo la conozco hace muchos años. Pero ante este tipo de inconsistencias uno dice ‘bueno, es un error o se sostiene así para hacer cuadrar la caja’”, dice la presidenta de la Comisión de Hacienda del Senado.
Para otros, en cambio, los cuestionamientos a Martínez tendrían otros ribetes. “Yo creo que hay una cierta prensa que le encontró el talón de Aquiles a Mario Marcel y por eso no dan tregua”, dice un exparlamentario que prefiere omitir su nombre y que asegura que el error cometido no es un hecho aislado. “Pasa recurrentemente y te puedo asegurar que, en cualquier empresa privada o pública donde sucede esto, el documento se vuelve a mandar y no hay problema. Pero aquí se armó una polémica de que, poco menos, ella no sabía sumar”, agrega.
Pese a no ser economista como sus antecesores en el cargo –José Pablo Arellano, Rossana Costa o el mismo Mario Marcel–, Javiera Martínez tampoco es una advenediza. Quienes la conocen aseguran que, a pesar de sus bullados desaciertos, la ingeniera industrial en minas es una persona con ascendiente al interior del Frente Amplio, con un estrecho vínculo con los líderes del sector, Boric y Jackson, y que hasta antes de llegar al Gobierno había forjado un rol más técnico de segunda línea. Ese perfil, menos protagónico, es el que más le acomoda, coinciden varias fuentes que la conocen.
“El cargo que hoy ocupa no está exento de dificultades, pero el nivel de exposición que ha tenido en este periodo ha sido inusualmente alto y muchas veces responde más a intentos de desafiar la gestión del Gobierno –como lo que se intentó instalar sobre los traspasos de recursos de la Corfo– que a una evaluación objetiva del desempeño de Javiera en particular”, dice una exmilitante de RD.
Reservada pero influyente
Javiera Martínez llegó a estudiar a la Universidad Católica, proveniente de Valdivia, destacando desde un comienzo como activista fundadora de Nueva Acción Universitaria (NAU), un colectivo político estudiantil de centroizquierda que buscaba reformas educativas progresistas en un contexto universitario conservador.
Su rol en esta incipiente etapa de despegue político –aseguran algunos militantes de la época– fue importante en la articulación de las bases ideológicas del NAU, que permitió alcanzar la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) en el año 2010, asumiendo como primera secretaria ejecutiva en una lista liderada por Miguel Crispi.
A la luz de los años transcurridos, no son pocos los que aseguran que siempre estuvo presente en los desafíos colectivos de la época, como la fundación de Revolución Democrática en el año 2012, junto a otros militantes que históricamente han tenido más resonancia que ella, como Giorgio Jackson, Noam Titelman, Diego Vela y Rodrigo Echecopar. “Es de esas personas a las que naturalmente se le confían los desafíos más grandes”, apunta una exmilitante de RD.
Fue ese pragmatismo el que la llevó a transformarse en la jefa de campaña de Giorgio Jackson en su candidatura a diputado del año 2013 y asumir un rol clave al interior del partido como encargada de la inteligencia electoral, desarrollando minutas de análisis sobre las posibilidades de los candidatos y definiendo a cuál de ellos apoyar económicamente. “Es una bala para el Excel”, recuerda otro excorreligionario.
“Siempre ha tenido alta ascendencia en las cúpulas del partido, como Giorgio, Sebastián Depolo, Pablo Paredes. Es una persona de confianza a la que escuchan y atienden porque la consideran capaz e inteligente”, cuenta otro exmilitante que trabaja en el Gobierno.
Esa confianza, en definitiva, selló su arribo junto a Miguel Crispi y Gonzalo Muñoz al Ministerio de Educación, entre 2014 y 2016, donde trabajó en el gabinete de la ministra Adriana Delpiano, en el segundo Gobierno de Bachelet, en un proceso de acercamiento del partido con la Concertación conocido como “colaboración crítica”, que generó suspicacias entre los otros socios de la nueva izquierda universitaria, incluyendo al entonces diputado Gabriel Boric.
“Esa gente que llegó a oxigenar el Ministerio de Educación terminó bien relacionada con el bacheletismo del segundo periodo y, en el caso de Javiera, le sirvió para generar redes importantes antes de llegar al Congreso como asesora legislativa”, señala un exjefe de comunicaciones del Parlamento.
Tras su paso por el Mineduc, Martínez realizó un máster en Ciencia Política en la Universidad de Nueva York, retornando el año 2017 para trabajar en la incipiente bancada de parlamentarios de Revolución Democrática como asesora en temas tributarios y fiscales.
De esos tiempos se recuerda su habilidad para descifrar las cuentas públicas de Piñera, generando minutas en tiempo récord. “Ella tenía su computador abierto, se ponía a trabajar, y al final del discurso tenía lista una minuta de análisis fiscal de lo que se estaba anunciando, un insumo muy práctico para salir a repartir cornetes de inmediato”, cuenta otra fuente.
Tras el estallido social, su rol al interior de la bancada y el Frente Amplio se intensificó. Un excolaborador de esos años en el Congreso, recuerda que desarrolló propuestas relevantes pospandemia, como elevar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), y participó activamente en las discusiones de presupuesto de esos años. “Tuvo una relación bien estrecha con Carlos Montes y Ricardo Lagos Weber, que eran bien cercanos a nosotros en ese momento”, añade.
Su rol articulador en el Congreso la llevó a presidir el think tank Rumbo Colectivo, ligado a Revolución Democrática, entre los años 2020 y 2022, alimentando de iniciativas el proceso constituyente y trabajando en paralelo en el equipo programático de Apruebo Dignidad, que triunfó en la primaria del sector que eligió a Gabriel Boric como candidato a la Presidencia.
Otra colaboradora en el proceso eleccionario recuerda a Javiera Martínez como una mujer de personalidad reservada, ajena a la primera línea de visibilidad, pero muy influyente en la estructuración de contenidos y la elaboración técnica de propuestas de estructura presupuestaria.
“No era de las que hablaba demasiado, ni se la percibía con intenciones de transformarse en un rostro político, pero sí era bien matea y llegaba siempre con los PPT armados sobre la primaria y los temas programáticos, destacando como una de las asesoras más importantes”, comenta.
A pesar de sus labores en el comando de Boric, Martínez fue invitada nuevamente a encabezar otro proyecto fundacional: el arribo de Tomás Vodanovic a la Municipalidad de Maipú. La ingeniera habría sido una figura clave en diseñar el aterrizaje del nuevo alcalde en la comuna, intentando ordenar la partida presupuestaria del año 2022, en un contexto de déficit fiscal heredado de la administración anterior.
Pero tras el triunfo de Boric en la presidencial, Javiera Martínez se transformó en una seria candidata para administrar la billetera fiscal. Su trayectoria en el Congreso y la construcción de puentes con múltiples sectores del oficialismo, le allanaron el camino para llegar a la Dirección de Presupuestos (Dipres), dependiente del Ministerio de Hacienda. “Llegó a la Dipres sabiendo qué se requería y con la redes suficientes para trabajar con todos los ministerios fueran del partido que fueran”, cuenta otra fuente consultada.
El mayor desafío en su carrera, sin embargo, no ha estado exento de polémicas. Además del listado de errores y controversias, se ha sumado el incumplimiento de la meta fiscal que ya ha comenzado a abrir algunos flancos, como el recorte de gasto adicional por casi US$1.500 millones y la preocupante cercanía al umbral crítico de endeudamiento del 45%.
“No hay una bala de plata para rebajar el gasto público”, ha comentado reiteradamente la directora de la Dipres en los últimos días, apelando a un “acto de prudencia macroeconómica”.
Las medidas anunciadas, sin embargo, han generado reacciones. La presidenta de la Comisión de Hacienda del Senado, Ximena Rincón, acaba de oficiar a la Dipres, solicitando información detallada sobre “circunstancias extraordinarias” que autoricen el “relajamiento de las metas inicialmente impuestas por el propio Gobierno”.
“Ellos comprometieron un nivel máximo de endeudamiento y establecieron que frente a situaciones excepcionales eso se podía cambiar. Pero no sabemos cuál es la situación excepcional que justifique el cambio del límite que hacen infringir una norma legal”, comentó la senadora a El Mostrador.