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Custodio de las armas y la droga de “Larry Changa” fue condenado a más de 23 años Investigación Uno de los fusiles incautados.

Custodio de las armas y la droga de “Larry Changa” fue condenado a más de 23 años

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Carlos Basso Prieto
Por : Carlos Basso Prieto Unidad de Investigación de El Mostrador.
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En la bodega del departamento de Kilbert Chourio, Carabineros encontró dos fusiles de guerra, una pistola Glock con mira láser, cuatro granadas, 32 kilos de marihuana y un kilo de cocaína, además de un chaleco antibalas, pertenecientes a la célula que encabezaba el líder del Tren de Aragua.


Una dura sentencia impuso el Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal en contra del venezolano Kilbert José Chourio, de 32 años, quien estaba a cargo de un departamento de Estación Central en cuya bodega la célula del Tren de Aragua, dirigida por uno de los máximos líderes y fundador del grupo, Larry Alvarez Núñez, más conocido como “Larry Changa”, almacenaba armas de guerra, granadas y grandes cantidades de marihuana y cocaína.

Como ha informado El Mostrador, el 20 de octubre de 2022 Carabineros ingresó hasta la bodega número 6 del edificio, ubicado en la avenida Bernardo O’Higgins 4103 (la Alameda), en “La Pequeña Caracas”, luego de recibir un llamado anónimo en el que se indicaba que había un fuerte olor a marihuana en la bodega, perceptible desde el exterior, cuestión que pudieron comprobar los policías. 

La bodega pertenecía al departamento 1705, que estaban subarrendado por varias personas, pero que al momento de los hechos era ocupado por Chourio, en cuyo automóvil (un KIA Río) los carabineros encontraron cinco bolsas de nylon de marihuana envasada, que resultaron ser idénticas a otros 119 bolsas del mismo tipo que había en la bodega, debido a que todas ellas tenían una línea roja en la zona del cierre.

En el lugar, además, hallaron varias bolsas de mayor tamaño, que contenían casi 32 kilos de marihuana, además de otra bolsa con casi un kilo de clorhidrato de cocaína. Sin embargo, eso no era todo: los policías encontraron dos fusiles de guerra AM-15, una pistola Glock calibre 38, con mira láser, cuatro granadas militares, más de 400 cartuchos de distintos calibres y un chaleco antibalas negro.

En el juicio, Chourio alegó desconocimiento total respecto del contenido de la bodega, así como del Tren de Aragua, aseverando que su jefe era quien pagaba el departamento y que solo supo que este tenía una bodega 20 días antes del procedimiento policial. Del mismo modo, dijo que había arrendado el auto para trabajar en Uber y que la droga hallada en el interior de este la había comprado por medio de Grindr, para su consumo personal.

Asimismo, dijo no conocer a “Larry Changa”, quien actualmente está detenido en Colombia, a la espera de ser extraditado a Chile, donde vivió al menos cuatro años, dirigiendo el asentamiento del TDA en el país. Cabe recordar que Álvarez es uno de los tres fundadores originales del grupo y, por ende, es el miembro de mayor nivel de dicha organización criminal que ha habido nunca en Chile. En dicho sentido, fuentes vinculadas a la investigaciones al respecto sostienen que si el departamento era pagado por él, las aras y la droga pertenecían inequívocamente a la célula que él dirigía en Santiago.

Las evidencias en contra

Sin embargo, el tribunal -conformado por las juezas Natacha Ruz, María Alejandra Cuadra y Patricia Bründl- no le creyó mucho a Chourio, luego de revisar las evidencias de la Fiscalía, que estuvo representada por los fiscales Alfredo Cerri y Pablo Sabaj.  Una de ellas fue la declaración de los carabineros, quienes explicaron que la bodega del departamento no tenía polvo, como habría sucedido si hubiera estado abandonada por mucho tiempo, y que la droga del auto era la misma de la de la bodega.

Otro detalle importante fueron las cartolas de pago del departamento de Chourio, en las cuales figura que este no era cancelado por el empleador del ahora condenado, como dijo este en el juicio, sino por una serie de personas, entre ellas “Larry Changa” y otros miembros conocidos del Tren de Aragua, entre ellos Yexon Solano Sánchez y Walter Rodríguez Pérez, uno de los secuestradores del teniente Ojeda, cuyo nombre también figura en las cartolas.

Otro detalle que hizo llegar a las magistradas a la convicción de que detrás de todo esto había una importante organización criminal fue el hecho de que tres días después de las detenciones, uno de los conserjes del edificio recibió una violenta amenaza de parte de uno de los arrendatarios del mismo departamento donde vivía Chourio. Sucede que ese día (el 24 de octubre), el encargado del departamento llegó hasta allá a efectuar un cambio de la chapa de la puerta, ante lo cual subió acompañado del conserje, a quien uno de los sujetos que estaba en el lugar le dijo que hiciera bien su trabajo, “porque si no lo hacía le efectuaría un tiro en la cabeza”.

Larry Changa

En el juicio expusieron funcionarios de la Brigada Investigadora del Crimen Organizado (Brico) de la PDI, uno de los cuales explicó acerca del alto cargo de jefatura que tiene “Larry Changa” en el TDA, así como el hecho de que Solano “era un brazo operativo del Tren de Aragua”, implicado en otra investigación.

Del mismo modo, los detectives establecieron que el KIA Río había sido arrendado por un tercero y que “el automóvil lo fueron subarrendando a distintas personas, hasta llegar a Horacio Medina Fernández, venezolano, que era el último que lo usó antes del imputado”. Al respecto, el oficial indicó que Medina fue detenido a inicios de 2023 en un operativo en el que se decomisó un moderno bus de dos pisos que el TDA había comprado con el fin de transportar droga y migrantes desde el norte del país hacia Santiago.

Otro detalle no menor es que entre los papeles tirados que hallaron en la bodega había varios autoadhesivos con la famosa máscara antigás y la frase “G4Life” (Gangster For Life), que es la imagen con la que el TDA suele identificar su droga. De hecho, explicó que ese dibujo lo asociaban con Edward Navas, el sujeto que quedó al mando del Tren de Aragua en Chile una vez que Larry Changa se fue del país, a mediados de 2002. Navas, por cierto, fue detenido en Los Vilos cuando llevaba droga. 

Ante ello, “Horacio Medina, posterior a la detención de Edward, queda a cargo de realizar las importaciones de la droga del norte a Santiago y ahí se le detiene con la droga y los inmigrantes ilegales”, precisó el testigo, detallando entonces cómo Chourio no solo vivía en un departamento que era pagado por el máximo líder del Tren de Aragua, sino que tuvo relaciones con el sucesor de este como jefe en Chile (Navas) y con el sucesor de este también (Medina).

Asimismo, el detective dijo que “dentro del modo de operar del Tren de Aragua, mantenían diversos inmuebles con acopio de armas y drogas con distintas personas que, a veces, no tenían vinculación con los delitos más violentos, pero la hipótesis es que el imputado mantenía el resguardo de este domicilio para entregar la droga y las armas a los que llevaban a cabo los delitos más graves”.

Entre los papeles hallados también se encontraron anotaciones que aluden a “Edward” y también a “Boby”, en lo que se piensa que son alusiones a “Bobby de Cagua”, como le decían a Carlos Gómez, que también fue detenido en Colombia y que también era un alto mando de la organización.

Las armas 

Uno de los puntos más llamativos del caso fue el relativo a las armas. Un capitán que perteneció al GOPE de Carabineros explicó en el juicio que de las cuatro granadas halladas, una es chilena, fabricada por Famae, y las otras tres son de fabricación china, añadiendo que todas estaban en condiciones de ser usadas, “con gran poder de daño y solo de uso militar”. 

Los fusiles, en tanto, que fueron exhibidos en el tribunal, eran también armas de exclusivo origen bélico, según detalló un perito armero de Carabineros, quien relató que se trata de armas capaces de disparar balas a 940 metros por segundo, con un alcance efectivo de 500 metros. 

Quizá el aspecto más llamativo de ambas armas es que se hicieron las consultas respectivas con el ATF (Alcohol, Tobacco and Firearms Bureau) de Estados Unidos, que confirmó que las dos fueron fabricadas en ese país, y exportadas a Perú, donde el TDA posee extensas bases y donde llegó antes que a Chile.

Asimismo,se comprobó que las balas 5.56 encontradas (proyectiles de uso militar) tenían en su culote la inscripción “MGP”, que corresponde a “Marina de Guerra del Perú”. El chaleco antibalas, en tanto, como indica el fallo, también era de origen peruano.

El origen de la pistola Glock, en tanto, no pudo ser determinado, aunque en el caso de “Los Gallegos”, en Arica, varias de las armas del mismo tipo que fueron incautadas por la PDI eran también traficadas desde Perú. 

Todas las armas estaban operativas y habían sido disparadas, pero no hubo “match” entre ellas y evidencia balística recopilada en algún otro caso ocurrido en Chile.

Frente a todo ello, las juezas determinaron que Chourio era “el ocupante” de la bodega y que, por ende, le correspondía responsabilidad por diversos delitos. De ese modo, lo condenaron a 10 años y un día como autor del delito de tenencia ilegal de armas de fuego de uso bélico, a otros siete años como autor de tráfico de estupefacientes, a cinco y uno más por tenencia ilegal de arma de fuego prohibida (por la pistola) y a 541 días por tenencia ilegal de municiones; es decir, 23 años y medio de cárcel. 

Cabe indicar que una de las magistradas, Patricia Bründl, dejó estampada su disidencia en orden a otorgarle la atenuante de irreprochable conducta a Chourio, indicando que sin perjuicio de que en el extracto de filiación chileno de este (creado a partir del RUT que le asignó el Registro Civil una vez que fue detenido) no aparecieran antecedentes, no hay “prueba alguna que permita concluir que Kilbert Chourio, en el tiempo que ha estado en este país, lo haya estado de manera legal y mantuvo una conducta intachable, ni tampoco se ha presentado por la defensa algún informe social que confirme que realice alguna actividad económica”.

 

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