La ciencia de los milagros
¡Buenas tardes, queridos habitantes de este Universo Paralelo! El azar está presente en cada instante de nuestras vidas. A veces para bien, a veces para mal. En ocasiones, eventos inesperados y extremadamente improbables nos sorprenden, nos desconciertan. Algunos hablarán de un milagro.
Los milagros existen, pero no en el sentido místico o sobrenatural. En este número hablaremos de milagros estadísticos, esas inesperadas coincidencias que, cuando se les da suficiente tiempo y suficientes oportunidades, terminan ocurriendo.
Pero el azar, lejos de ser un ruido de fondo, es una fuerza fundamental en la historia del universo y de la vida y en la ciencia. Desde el encuentro casual con un viejo amigo hasta el origen de las especies, discutiremos sobre cómo lo improbable no solo es posible: es inevitable.
En este recorrido invitamos a los siguientes científicos:
- Pierre Paul Romagnoli: doctor en Matemáticas y en Ciencias de la Ingeniería, mención Modelación Matemática, y actual decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Andrés Bello.
- Daniela BarríaDíaz: doctora en Ciencias Físicas, directora del Centro de Investigación en Ciencias del Espacio y Física Teórica (CICEF) de la Universidad Central de Chile y exseremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Norte del país.
También contamos con la participación de nuestra periodista Francisca Munita.
Prepárense para una edición que sacude certezas, desarma coincidencias sospechosas y revela cómo el azar –ese actor incómodo– moldea más de lo que creemos. Hay quienes ven señales en todo. Nosotros preferimos ver datos, azar y un poco de caos bien documentado. Y, por favor, ayúdennos con la difusión de la ciencia en los medios, compartiendo este Universo Paralelo. Y si les llegó de alguien, ¡inscríbanse ya!
LAS MATEMÁTICAS DE UN MILAGRO

Crédito: Imagen generada por IA
Mientras caminas por la calle, camino al banco, se te viene a la cabeza la imagen de un amigo que no ves hace mucho tiempo. No sabes por qué se materializó en tu mente, quizás porque pasaste por ese café en donde tuviste apasionadas discusiones políticas con él. ¿Qué será de su vida?, te preguntas. Llegas al banco y te lo encuentras al final de la fila. ¿Cómo es posible? ¿Acaso un milagro? No. Solo un vistoso evento de baja probabilidad.
- Este tipo de milagro es algo tan improbable que parece imposible. Pero son tantos los eventos que ocurren en cada fracción de segundo en el universo que lo improbable no solo es posible, es también inevitable.
Por ejemplo, supongamos que lanzas una moneda 20 veces. Si salen 20 caras, sin duda pensaremos que la moneda está cargada o que ocurrió un milagro. Pero si pedimos a todos los habitantes de Santiago de Chile que hagan el experimento, es casi seguro que más de alguien obtiene ese resultado. De hecho, la probabilidad de que a nadie le salgan 20 caras seguidas es menor al 0,05%. Es similar a lo que ocurre con las loterías, ganarlas es extremadamente improbable. Pero alguien las gana.
En 1953, el matemático John Littlewood lo explicó con ácido humor británico. Definió un milagro como un evento con una probabilidad de uno en un millón, similar a aquella de obtener 20 caras seguidas con una moneda. Asumió que la vida diaria se puede separar en eventos de un segundo de duración. Con eso estableció la “Ley de Littlewood”: cada persona debería experimentar un milagro cada 35 días. Esto, porque basta con estar despiertos unas ocho horas por día para acumular más de un millón de eventos al mes.
- Con esto no queremos quitarle magia a la vida. Al contrario. El punto es que lo extraordinario no necesita romper las leyes de la naturaleza para ocurrir. Solo necesita tiempo y muchísimas oportunidades.
No hay milagro más extraordinario que la vida en el planeta. Y no se trata de un milagro sobrenatural. Es un milagro de Littlewood, un evento extremadamente improbable que ha tenido muchísimas oportunidades de suceder.
- El surgimiento de la primera molécula autorreplicante, antecesora de las células vivas, fue un evento de probabilidad bajísima. No había intención ni diseño. Solo física, química y tiempo. Muchísimo tiempo en el que el destino exploró un número formidable de posibilidades.
Luego de esto, los milagros estadísticos fueron esenciales en la siguiente etapa del desarrollo de la vida: la evolución darwiniana. Esto, ya que las mutaciones genéticas son aleatorias. La inmensa mayoría son dañinas o irrelevantes, pero muy de vez en cuando hay una que provoca una mejora, una mayor capacidad para adaptarse al medio, reproducirse con mayor eficiencia y dominar su entorno.
Los milagros son maravillosos y ocurren a diario. No son divinos ni mágicos. Son un producto inevitable del tiempo, el movimiento y la paciencia.
DEL AZAR A LA ILUSIÓN: CÓMO LOS DATOS PUEDEN MENTIR

Crédito: Imagen generada por IA

Hace varios años, los avances en criptografía transformaron la teoría de números –una disciplina teórica para apasionados sin interés en fama o riqueza– en una de las más demandadas por su rol en ciberseguridad. De forma similar, los progresos en métodos estadísticos predictivos, que correlacionan múltiples variables con grandes volúmenes de datos, han revitalizado áreas de las probabilidades. Estos métodos, al no requerir un conocimiento profundo, han generado numerosos estudios con conclusiones erróneas.
El principio clave es: “Correlación no implica causalidad”. Un sitio que lo ilustra es este que encuentras AQUÍ, que muestra correlaciones absurdas pero significativas.
- Por ejemplo, con una correlación de 0.91 (donde 1 es el máximo y sobre 0.8 es fuerte), se relacionan las búsquedas en Google de “por qué estoy cagando verde” con la energía solar generada en Bulgaria entre 2009 y 2021. Estas correlaciones espurias, detectadas por el azar, no persisten sin una causa real.
Un caso clásico es la anécdota del “auto al que no le gustaba el helado de vainilla”. Un cliente de General Motors afirmaba que su Pontiac no arrancaba después de comprar helado de vainilla, pero sí funcionaba cuando elegía otros sabores. Un técnico descubrió que las compras de vainilla eran más rápidas, mientras que con otros sabores el cliente se demoraba más. Esa diferencia de tiempo impedía que el motor se enfriara lo suficiente, provocando un bloqueo por vapor de combustible. La correlación era clara, pero la causalidad dependía de una variable oculta: el tiempo.
- Asignar causalidad sin evidencia lleva a decisiones absurdas, a menudo explotadas en marketing. Un estudio antiguo asociaba usar calcetines verdes con menor riesgo de infarto al miocardio. Aunque los datos mostraban esta correlación, esto no implica que usarlos reduzca el riesgo de infarto: no había ninguna causa comprobada.
Estas correlaciones espurias, definidas por Karl Pearson en 1897, engañan al interpretarse como significativas. La inteligencia artificial agrava este problema, ya que “alucina” al detectar correlaciones espurias sin contexto.
La lección es clara: sin un análisis riguroso, las correlaciones espurias, identificadas hace más de un siglo, pueden engañar. Esto afecta desde la ciencia hasta decisiones cotidianas, haciendo esencial la prudencia al interpretar datos.
EL CUESTIONARIO: DANIELA BARRÍA DÍAZ

Cada semana hacemos las mismas cuatro preguntas a una persona dedicada a la ciencia. En esta edición, entrevistamos a Daniela Barría Díaz, doctora en Ciencias Físicas y directora del Centro de Investigación en Ciencias del Espacio y Física Teórica (CICEF) de la Universidad Central de Chile. También fue seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Norte durante el segundo Gobierno de Sebastián Piñera.
-¿Qué te motivó a dedicarte a la ciencia?
-Mi madre era profesora de Historia y Geografía y tuve la suerte de que siendo niña varios de sus libros acabaran en mis manos. En uno de ellos, encontré una ilustración del sistema solar y una breve explicación de las características principales de cada componente del sistema. Quedé realmente impresionada con un planeta que era “de gas” (Júpiter), con enormes tormentas omnipresentes, más grandes que nuestro propio planeta, y con vientos cuya velocidad superaba fácilmente los tornados más violentos en la Tierra. No podía creer que existiera un mundo así y me preguntaba cómo vivía “la gente” en ese lugar. Creo que mi pasión por la astronomía despertó con este asombro. Necesitaba saber más de esos mundos.
-¿Cuál es la obra científica que más influyó en tu actividad?
-En una conferencia a la que asistí en los primeros años de universidad se presentó un trabajo sobre los sistemas de dos estrellas que compartían material. Me pareció fascinante y decidí que, si iba a dedicarme a la ciencia, lo haría estudiando estas estrellas raras. Finalmente, resultaron no ser tan raras, ya que más de la mitad de ellas habita en sistemas de dos o más estrellas en el universo. El Sol, como estrella aislada, resultaba más extraña que el anterior. Sin embargo, pocos sistemas son suficientemente cercanos para que una de las estrellas pueda transferir parte de su atmósfera a otra, afectando la evolución de ambas. Una de mis áreas de investigación es el estudio de estos sistemas, llamados “binarias interactuantes”.
-¿Cuál es el problema científico más importante por resolver?
-Creo que la respuesta depende del científico o científica a quien se pregunte. En mi campo, a pesar de haber avanzado significativamente en las últimas décadas, aún tenemos problemas científicos serios que resolver y muchas preguntas abiertas. Seguimos encontrando sistemas de estrellas, con comportamientos variables que a veces resultan complejos de explicar y encajar en alguna teoría evolutiva usando la física disponible. Observamos y estudiamos nebulosas que creemos que son el resultado de la interacción de un sistema cercano, pero no podemos observar directamente las estrellas y solo inferimos su impacto. Tampoco podemos “ver” los procesos de intercambio de materia que podrían estar ocurriendo dentro del sistema.
-¿Cuál es la pregunta que te desvela como científica y cómo la enfrentas?
-Si bien es del área de la biología, me pregunto por qué la naturaleza favorece la vida. Si solo observamos la diversidad de especies (micro y macro) que habitan en nuestro planeta, esta es enorme. Me sorprende el esfuerzo de la naturaleza no solo por crear vida, sino por preservarla. Aquellos que nos hemos adaptado a las condiciones del medio sobrevivimos, pero, si no lo hacemos nosotros, será otra especie y el proceso continúa. La naturaleza no se agota de crear vida.
Un árbol entrega miles de semillas para que, en el mejor escenario, solo algunas de ellas sobrevivan. Se usa mucha energía y recursos para “asegurar” la supervivencia de una especie y yo me pregunto a qué principio físico responde esto. ¿La vida en sí misma contribuye a alguna ley natural de equilibrio? ¿O bien somos solo entes eficientes para transformar energía? ¿O, simplemente, la vida es una anomalía?
Creo que mi respuesta va de la mano con el descubrimiento de vida más allá de nuestro pequeño punto azul.
LA IMAGEN DE LA SEMANA

Crédito: NASA, ESA, CSA, STScI
UNA COINCIDENCIA CÓSMICA QUE PARECE DISEÑADA
Lo que vemos aquí no es una sola estructura, sino una coincidencia visual extraordinaria. En primer plano, un chorro de gas expulsado por una estrella joven en formación, dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Al fondo, una galaxia espiral completa, ubicada a millones de años luz.
- Ambos cuerpos no tienen relación física entre sí. Sin embargo, desde nuestro punto de vista en la Tierra, la galaxia parece “coronar” el chorro de gas, como si ambos formaran una estructura coherente, casi escultórica. Pero no lo son. Es solo una alineación temporal y espacial: una superposición accidental provocada por los ángulos y las distancias.
Esta imagen, captada por el telescopio espacial James Webb, es el resultado de apuntar al azar nuestros ojos hacia una porción del cielo, donde nos topamos con una geometría que parece tener intención. Una ilusión perfecta. Pura perspectiva, pura coincidencia.
- Y, sin embargo, nos emociona. Vemos sentido donde no lo hay, simetrías donde solo hay trayectorias, formas donde solo hay átomos y mensajes, o intenciones donde solo hay luz viajando millones de años.
Esta imagen no tiene un propósito, pero parece tenerlo. Y eso la vuelve profundamente humana: un espejo del modo en que interpretamos el azar en nuestras vidas. Buscamos causas. Buscamos señales. Aunque vengan, literalmente, de galaxias sin nombre.
Publicada por la NASA y la colaboración Webb el 24 de marzo de 2025.
BREVES PARALELAS

Crédito: Imagen generada por IA

En esta edición, el azar se toma en serio y con humor. Porque entre mutaciones, meteoritos y mariposas, lo impredecible manda. La vida no tiene plan, pero yo la miro y le digo: ¡sorpréndeme!
El caos no es desorden, es sensibilidad extrema
Una mariposa en Brasil agita las alas y alguien en Texas pierde la señal de wifi. O eso dice la ciencia. ¡Ciencia de cristal!
Darwin, el hereje accidental
No era ateo. No buscaba destruir la religión. Pero terminó diciendo que la vida no necesita diseño, solo azar y selección. Revolucionó la ciencia y escandalizó a medio mundo. Y todo por observar pinzones. Muere de viejo, pero no de (biólogo).
La vida no tiene GPS
Según Darwin, no vamos hacia ninguna parte. No hay meta, ni cúspide, ni plan maestro. Solo especies cambiando para aguantar mejor el mundo que les toca. Como adaptarse a reuniones que pudieron ser un mail, escuchar la explicación del PDF que tú mismo hiciste o arrancar de un furioso conductor con bate. Evolución en estado puro.
Mutar o morir
Las mutaciones genéticas son puro azar. Algunas fallan, otras resultan útiles. Las que ayudan, sobreviven. Así funciona la evolución. La suerte también manda. Y después alegan porque uno va al casino.
El azar sí importa
Si un meteorito no hubiera caído sobre los dinosaurios, tú y yo no estaríamos aquí. A veces una catástrofe al azar cambia todo. Literalmente, todo. Aunque todavía quedan algunos velociraptors a la hora de subir al metro.
Darwin se demoró 20 años en publicar su teoría
¿Miedo? ¿Dudas? No es para menos: propuso que la vida es producto de la adaptación y del caos. Pero lo bueno toma tiempo. A veces 20 años. Así que sigue con tu rutina de ejercicios satánica y nos avisas cuando te salgan calugas.
No ganan los más fuertes
La evolución no premia la fuerza. Premia la adaptación. Sobrevive quien mejor se ajusta al cambio. Y ese cambio, muchas veces, llega sin avisar. Aunque algunos hombres ya encontraron su estrategia evolutiva: cerrar con fuerza todos los frascos de la cocina, para que tengamos que volver a hablarles cuando estamos enojadas.
Dios no juega a los dados
Pero el universo sí. Y, además, lo hace con dados “cargados” y sin decirte las reglas.
Coincidencias: el horóscopo de los escépticos
No crees en signos zodiacales, pero si te escribe tu ex justo después de soñar con él o ella, ya estás pensando en que el destino los juntará.
Apofenia: ver patrones donde no hay
Pensaste en una canción y sonó en la radio. Claramente una señal… de que escuchas lo mismo todos los días.
RECOMENDACIONES: CUANDO EL AZAR TOMA EL MANDO

Crédito: Derek Muller / Veritasium

En esta edición de Universo Paralelo, donde exploramos el papel del azar en la vida, quiero recomendarte dos obras que, desde registros muy distintos, se sumergen en una misma pregunta: ¿cuánto control tenemos realmente sobre lo que ocurre?
El Eternauta (Serie | Netflix | Argentina, 2025)
Esta serie argentina, recientemente estrenada en Netflix, adapta la icónica historieta de ciencia ficción creada por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López en 1957.
- Protagonizada por Ricardo Daríny dirigida por Bruno Stagnaro, El Eternauta nos sumerge en un Buenos Aires alterado por un fenómeno que desordena por completo la vida cotidiana. Lo que parece un evento meteorológico trivial, como una nevada, se convierte en el disparador de un colapso profundo.
La nevada es azarosa: cae sin anuncio ni lógica aparente. Su llegada coincide con una ciudad desprevenida, un grupo reunido al azar, un hombre cualquiera al que le toca actuar. Y el caos que se desata no sigue un plan maestro; simplemente se impone como un nuevo orden. En este sentido, El Eternauta propone algo inquietante: cómo eventos fortuitos pueden alterar radicalmente la vida humana.
- En lo visual, la serie está a la altura de las grandes producciones: dirección precisa, ambientación envolvente y una sólida actuación de Ricardo Darín. Pero lo que la vuelve realmente notable es su trasfondo: una lectura política, social y humana sobre cómo respondemos ante lo impensado.
- También logra ese raro equilibrio entre entretenimiento y profundidad. Tiene ritmo, tiene tensión, pero también tiene ideas.
Lejos del héroe individual, esta historia pone el foco en la comunidad y en cómo el azar, la coincidencia y la resistencia colectiva definen nuestro destino. Como decía Darwin: no sobrevive el más fuerte, sino quien mejor se adapta con otros.
Chaos: The Science of the Butterfly Effect (Documental | YouTube)
¿Puede una mariposa causar una tormenta al otro lado del mundo?
- Este documental explica, de forma clara y visualmente fascinante, cómo la teoría del caos cambió para siempre nuestra forma de entender el mundo.
A través de ejemplos tanto científicos como cotidianos, muestra que sistemas sensibles, desde el clima hasta el cuerpo humano, pueden verse alterados por variaciones mínimas.
- Es una pieza extraordinaria para introducirse en conceptos como el efecto mariposa, el azar en la física y la imprevisibilidad estructural del universo. Ideal para quienes buscan comprender cómo el caos y la belleza pueden convivir en la naturaleza. Disponible en YouTube, con subtítulos en español.
Ambas recomendaciones (una pieza científica y otra narrativa) dialogan entre sí, porque nos recuerdan que el futuro no siempre es predecible, pero sí profundamente compartido. Aunque si justo te toca con el que manda cadenas de WhatsApp a las 7 a.m. o escucha reggaeton, recuerda: fue el azar.
Y esto es todo en esta edición de Universo Paralelo. Ya sabes, si tienes comentarios, recomendaciones, fotos, temas que aportar, puedes escribirme a universoparalelo@elmostrador.cl. Gracias por ser parte de este Universo Paralelo.
- Mis agradecimientos al equipo editorial que me apoya en este proyecto: Fabiola Arévalo, Francisco Crespo, Francisca Munita, Ignacio Retamal, Camilo Sánchez y Sofía Vargas, y a todo el equipo de El Mostrador.
Inscríbete en el Newsletter Universo Paralelo de El Mostrador, súmate a nuestra comunidad donde el físico Andrés Gomberoff te llevará por un viaje fascinante a través del mundo de la ciencia.