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Permisos de circulación: la estafa legal

Gaspar Rivas
Por : Gaspar Rivas Diputado Independiente
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El próximo jueves 31 de marzo vence el plazo para pagar el permiso de circulación. Sobre este impuesto, del que no se salva nadie que sea dueño de un vehículo motorizado en Chile, denuncié a mediados de agosto del año pasado que el Estado nos está estafando al cobrarnos un sobreprecio en el monto que fija año tras año el Servicio de Impuestos Internos.

Con peritas y manzanas. Todos los vehículos motorizados que se venden en Chile son importados y antes de salir de la aduana, por el sólo hecho de ingresar al país, pagan impuestos. Realizado este trámite, sale de la aduana el auto, moto, camión, etcétera y la automotora (importador) antes de poner  a la venta el vehículo, suma al precio público final el impuesto pagado en la aduana. Es decir, si el auto pagó $100 al entrar y el importador quiere cobrar por éste $5.000, el precio será de $5.100. Hasta aquí todo normal, ¿cierto?

 El problema surge cuando entra el Estado de Chile a través del Servicio de Impuestos Internos, quienes determinan el valor del permiso de circulación, precisamente, a partir de dicho precio, sin descontar el impuesto, en este ejemplo los $100, que ya se pagaron al momento de entrar al país en la aduana. Es decir, para el Estado de Chile el valor del auto no son $5.000, sino que $5.100. Entonces, no importa si compramos el auto nuevo o usado, el Estado nos obliga a pagar todos los años un sobreprecio por un impuesto ya cobrado al momento de entrar al país.  ¿Cómo califica usted esta situación? Para mí es una estafa legal.

 Que el Servicio de Impuestos Internos determine el valor de una patente sin descontar el impuesto ya pagado en la aduana es, a mi juicio, un delito de cuello y corbata perpetrado por el mismo Estado de Chile. Estado que, por cierto, debería protegernos de un sistema probadamente abusivo, en vez de sumarse a él como un abusador más.

[cita tipo=»destaque»] Que el Servicio de Impuestos Internos determine el valor de una patente sin descontar el impuesto ya pagado en la aduana es, a mi juicio, un delito de cuello y corbata perpetrado por el mismo Estado de Chile.[/cita]

 Como diputado no tengo atribuciones para ingresar ni siquiera una servilleta con la frase “descontará el impuesto a” lo que sea, ya que en Chile la facultad para meterse con las platas del fisco la tiene exclusivamente el Presidente de la República. Por ello, como mencioné, en agosto de 2015 le pedí a la Presidenta Michelle Bachelet que enviara un proyecto de ley que termine con este robo.

 Al día de hoy que escribo este comentario, aún no pasa nada al respecto. Ni siquiera un “lo tendremos en cuenta”, por lo que asumo que los millones de chilenas y chilenos que tenemos un taxi, un furgón escolar, un camioncito  de reparto, el citycar anti tacos, una moto o la enorme 4×4, seguiremos pagando de más por el derecho a usarlos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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