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Por un despliegue territorial del Frente Amplio


Un nuevo Chile necesita también de nuevas formas de hacer política, que sea abierta, honesta y participativa. En el Frente Amplio el poder reside en las personas, en las comunidades, en los barrios y, por lo tanto, la unidad mínima, básica y más relevante para levantar el Frente Amplio es la comuna, es ahí donde la mayor parte de esas tareas se realizan.

Debemos movilizar y abrir espacios de participación cotidiana y cercana en todos los territorios, porque sólo estas acciones contribuirán a producir cambios de largo plazo para la transformación social y política de nuestro país. Algunos han dicho que el Frente Amplio rendirá su examen en las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales, no obstante, creemos que esto solo será una prueba de admisión –que seguro pasará-, para el ingreso de un nuevo fenómeno político social de largo aliento. Para que esto ocurra, es urgente que las propias bases del Frente Amplio se empoderen del proceso.

Aunque sabemos que aún hay mucha incertidumbre, propias de un proceso histórico nuevo, tenemos grandes certezas, y una de ellas es el carácter territorial del Frente Amplio. Es su anclaje en las bases sociales, en la ciudadanía, pueblos o como se defina desde la heterogeneidad propia de la sociedad actual, lo que finalmente dará cuenta de esta construcción. Puesto que si hay algo de lo que están seguras todas las fuerzas que forman parte de este nuevo bloque político-social, es de la relevancia que tiene la permeabilidad que alcance este proceso a los distintos territorios y organizaciones sociales y ciudadanos/as independientes. Pues esto dará el soporte de largo plazo que nos proponemos, más allá de la batalla electoral.

La lógica de la representatividad es precisamente esperar y confiar, demandar hacia un bloque político que desarrolle cambios a partir de las necesidades de las mayorías sociales, no obstante, cualquier transformación social solo será posible si además de apostar por la lógica representacional, que por cierto importa, tenemos la capacidad de ejercer una nueva política y de provocar estos cambios desde nuestras bases sociales, desde los lugares donde vivimos, descansamos y nos organizamos.

Esta capacidad de impulsar los cambios también está dada por la definición programática que hoy se está implementando en los encuentros territoriales en todo Chile, donde son las propias personas y organizaciones sociales quienes definirán los programas de gobierno para las candidaturas del Frente Amplio.

La invitación está hecha, a impulsar el Frente Amplio en sus territorios, este proceso debe continuar creciendo en cada rincón del país, es deber nuestro difundir el proyecto y las propuestas del Frente Amplio en cada barrio, calle, plaza y casa de nuestra comuna o localidad. Necesitamos que en todo Chile conozcan esta nueva opción que abre futuro. Y que no solo la conozcan, sino que seamos protagonistas, puesto que el carácter que adquirirá este proceso con el tiempo, depende precisamente del rol que asuman los territorios en orientar el programa del Chile que queremos (y desalojar el que no queremos), en articularse y crecer, en definitiva en cómo nos hacemos cargo directamente de esta oportunidad histórica y dejamos de ser izquierda testimonial.

Superemos la comodidad de analizar y criticar desde el margen de los procesos, unámonos, protagonicemos este momento histórico, pues solo así podremos al final del día y con los pies en la calle, evaluar cuánto hemos perdido y cuánto hemos ganado, ya es tiempo de que la disputa sea en serio y en bloque.

*Tamara Ortega – Nueva Democracia
Danilo Monteverde – Partido Humanista

Comisión Territorial Nacional – Frente Amplio

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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