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Edad y trabajo: los desafíos del aumento de edad de la fuerza laboral Inclusión laboral

Edad y trabajo: los desafíos del aumento de edad de la fuerza laboral

El envejecimiento de la población general en el mundo es algo que preocupa actualmente por sus implicaciones a nivel económico, de salud pública e individual. La necesidad de que cada vez más personas lleguen al final de su vida laboral en buenas condiciones de bienestar y productividad es inquietante, dicen expertos.


Vivimos una ola de cambio demográfico, que se la califica como el “tsunami plateado”. Las causas del aumento de personas de mayor edad en la fuerza laboral son varias, desde coyunturales, como la dificultad de acceso a empleo de poblaciones jóvenes sin experiencia, a otras más estructurales como el envejecimiento de la pirámide poblacional.

El proceso de aumento de edad obviamente, implica cambios físicos, mentales y en especial en las capacidades motoras del trabajador, que pueden afectar el rendimiento y constituir un riesgo acrecentado para la salud de estas personas, si no se adaptan las características del trabajo a la edad. El reto es, por tanto, el de la sostenibilidad de una población laboral que envejece.

Al respecto de los cambios en el organismo, la mayor parte se evidencian entre los 40 y 50 años, pero los cambios pueden ocurrir (o empezar a manifestarse) desde los 20 o 25 años. Estos cambios incluyen:

–Fuerza muscular y rango de movimientos articulares: El sistema músculo esquelético se debilita con el tiempo, lo que podría resultan en una disminución de la capacidad para el trabajo de carga. Esto se debe tener en cuenta para trabajos que requieren alta repetitividad de movimientos, que podrían generar problemas físicos con el tiempo.

–Sistema cardiovascular y respiratorio: La capacidad del corazón, pulmones y sistema circulatorio para transportar de manera efectiva el oxígeno disminuye; esto es conocido como disminución de la resistencia aeróbica. Entre los 30 y 65 años esta capacidad puede disminuir hasta en un 40%, aunque este comportamiento depende en gran medida del estilo de vida.

-Regulación del sueño: A medida que pasan los años, nuestro cuerpo no puede regular de la misma manera el sueño. El tiempo que una persona duerme y qué tan bien lo hace también puede verse afectado por el cambio de horarios de trabajo o por la luz y el ruido ambiental. El impacto en los empleados es especialmente una preocupación para los que tienen turnos o que tienen cambios rápidos de zonas horarias por viajes.

– Visión: A medida que pasa el tiempo existe una reducción en la capacidad de ver o ajustar el enfoque en ciertos rangos de distancia, que normalmente se corrige con anteojos recetados. También ocurren cambios en el campo visual, la agudeza visual, profundidad y resistencia al deslumbramiento y la transmisión de la luz. Una iluminación más brillante (adecuada para la tarea) y documentos bien diseñados que eviten la letra pequeña pueden ser parte de una solución.

– Audición: La disminución se percibe en las frecuencias más altas (sonidos de tono alto). Muy a menudo, este cambio se nota en la incapacidad de escuchar una voz o sonido en particular en un entorno ruidoso. Además, las personas que trabajan con mucho ruido de fondo pueden tener dificultades para escuchar las instrucciones verbales.

– Funciones cognitivas: En general, la inteligencia fluida disminuye con la edad, mientras que las tareas verbales y el vocabulario (hablar y expresarse) permanecen constantes o mejoran. Las tareas que dependen de la memoria a corto plazo por lo general tardan más en ejecutarse. Los trabajadores mayores tienden a usar su experiencia cuando trabajan y pueden encontrar difícil trabajar con estímulos complejos o confusos. Todos, a cualquier edad, piensan y aprenden de manera diferente. Estas funciones cognitivas son dependientes del individuo y de las experiencias que han tenido durante su vida.

Todo lo anterior debe dar lugar a considerar que los adultos mayores son una fuerza laboral interesante que se debe entender, evaluar y exigir de acuerdo a sus condiciones físicas y cognitivas.

Para los expertos de Willis Towers Watson, los números son muy alentadores ya que la extensión de la vida laboral de las personas podría liberar un valor masivo para las economías de los países, estimular la tasa de empleo para los ciudadanos mayores de 55 años aumentaría, a largo plazo, en 3.500 millones de dólares el PIB de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Así las cosas, la vejez puede ser una etapa activa y vital. Como raza, los humanos asistimos a una situación singular, en la que más y más personas sobrepasan las barreras cronológicas y que convierte el envejecimiento poblacional en quizás, uno de los retos más importantes para las sociedades modernas.

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