Salud
Las olas de calor han afectado a gran parte del país durante este verano, alcanzando cifras históricas y, con ello, aumenta la aparición de insectos que atacan los alimentos, y la necesidad de extremar los cuidados en su almacenaje.
Una de las plagas más comunes en los hogares en épocas de calor es la “Plodia Interpunctella”, más conocida como la polilla de la harina o de los alimentos, una especie pequeña que cuando se encuentra en estado de larva puede habitar en diversos lugares, principalmente en grietas y rincones que existen en los pisos, armarios y paredes. La contaminación se puede producir en distintos puntos de la cadena de distribución y almacenaje, incluso es frecuente que se produzca en el propio hogar.
“La hembra de esta polilla puede poner hasta 400 huevos, los cuales, al transformarse en larvas, pueden perforar perfectamente paquetes de papel, cartón e incluso plástico, como el paquete de arroz, haciendo pequeños orificios para ingresar al producto y alimentarse”, explicó el entomólogo Alfredo Ugarte.
El “Bichólogo” añadió que “si bien es una plaga desagradable y nadie la quiere tener en su hogar, hay que aclarar que estas larvas no son tóxicas ni representan ningún peligro para la salud”.
Consultada al respecto, la gerente de la Dirección de Asistencia Técnica del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), Carmen Gloria Yáñez, sostuvo que para evitar la presencia de esta polilla “es importante mantener los alimentos en envases herméticamente sellados y no dejarlos en los envases abiertos en la despensa”.
Además, Ugarte comenta que es recomendable consumir primero los productos más antiguos. En el caso de percatarse de la presencia de estas larvas al interior del hogar, se recomienda limpiar y aspirar meticulosamente los armarios y despensas. Si no se quiere perder el producto, se sugiere lavar los alimentos o congelarlos por 30 minutos para eliminar los posibles huevos.
Sobre esta y otras plagas pretende alertar la campaña informativa www.cuidomidespensa.cl, con la que se busca generar un mayor conocimiento sobre el cuidado de los alimentos.
Yáñez además recuerda que “los alimentos, ya sean materias primas como verduras o carnes que requieran de refrigeración o congelación para su almacenamiento, deben permanecer con temperaturas entre 0–5ºC o a -18ºC, para el caso de los congelados.
Estos criterios de temperatura son importantísimos de manejar y controlar para evitar que los microrganismo propios de los alimentos, aumenten de manera considerable y llegue a provocar problemas de salud para quienes los consuman”.
Adicionalmente, es importante mantener la higiene de los lugares destinados para almacenar alimentos, para evitar el acceso o proliferación de insectos. Esto se puede llevar a cabo con agua potable y algún agente sanitizante o desinfectante, procurando enjuagar bien. Esta solución o producto se pueden aplicar con ayuda de un paño limpio y destinado exclusivamente para este uso.
Los alimentos como abarrotes, conservas y envases tipo tetrapack se deben guardar en un lugar fresco con temperaturas menores a 20ºC y evitar estar en contacto con el suelo.
Además, los alimentos no deben estar en contacto con productos de limpieza u otros artículos que no sean de origen alimentario.
El cuidado de los utensilios
La representante del INTA recuerda que los utensilios de cocina se deben mantener en un lugar protegido para evitar el contacto con insectos, polvos u otras sustancias. La correcta forma de limpiarlos es con detergente apto para esta tarea, esponja y fijarse especialmente en las ranuras o espacio difíciles de limpiar. Adicionalmente, se recomienda periódicamente realizar una desinfección profunda en una solución a base de cloro (en 1 litro de agua 5 gotitas de cloro) por 5 minutos para luego enjuagar.
La contaminación de alimentos se puede producir en diferentes etapas o proceso de preparación y algunos ejemplos importantes para tener en consideración son:
