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¿Sirven los mariscos para pasar la resaca? Mitos y verdades tras una alta ingesta de alcohol Salud

¿Sirven los mariscos para pasar la resaca? Mitos y verdades tras una alta ingesta de alcohol

En estas fechas de celebración, más de uno puede andar con resaca, popularmente conocida como “caña”, debido al consumo de alcohol. Probablemente, has escuchado consejos o remedios caseros de amigos o conocidos para curar este malestar.


El Año Nuevo es una fecha propicia para disfrutar y compartir con los amigos y la familia. Por esta razón, es común
que la ingesta de alcohol sea mayor a la recomendada.

Si bien, el efecto de beber alcohol en cantidades elevadas o en ocasiones en exceso, trae consigo un estado de relajación, de alegría, lo cierto es que también puede provocar una deshidratación que, en la gran mayoría de los casos, produce dolor de cabeza o también llamada “resaca”.

Es una vieja costumbre consumir mariscos el 1 de enero justo después de las fiestas para “componer la resaca”. Pero ¿qué tan cierto es?

Según explica Juan Cristóbal Reyes, chef instructor y académico de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, “tiene un fundamento nutricional, ya que los mariscos son altos en zinc, hierro y vitaminas como la B6 y A, cuya concentración disminuye en el organismo después de una noche de exceso de alcohol”.

Por lo tanto, los pescados y mariscos aportan calorías para atenuar la fatiga y el hambre, además de su aporte de proteínas, sodio, potasio y otros elementos que favorecen la absorción de agua.

Sin embargo, existe el riesgo de pasar de una “resaca” a una intoxicación alimentaria. “Nunca es una buena alternativa comer maricos crudos, ya que puede generar trastornos alimenticios e incluso cuadros de intoxicación, por lo tanto, el llamado es a consumir pescados y mariscos cocidos, y muy importante evitar la contaminación cruzada de los alimentos”, sostiene el académico.

“Si la opción es ir a un local establecido o un restaurant la recomendación es fijarse en la limpieza general del establecimiento, en la mantención de la cadena de frío y una manipulación ordenada para evitar la contaminación cruzada”, advierte.

Mitos y verdades para curar la resaca

La nutricionista de Clínica Indisa Dana Bortnick, explica cuáles son solo mitos y qué funciona de verdad cuando se trata de alimentos y resaca.

Ingerir bebidas isotónicas. Verdad. Dado que después de consumir alcohol, lo que más afecta es la deshidratación, estas bebidas sí nos ayudan a pasar la resaca, ya que contienen agua, electrolitos y azúcares, que favorecer la absorción del agua.

Beber leche. Verdad. Esta contiene una excelente proporción de proteínas, hidratos de carbono, minerales y agua, que favorecen la rehidratación

Alimentarse con comida rápida o frita. Depende. Durante la ingesta de alcohol, que haya o no alimentos en el estómago pudiera retardar la absorción del alcohol.

En general, las personas tienden a buscar estos alimentos altamente calóricos, porque parte de los efectos que tiene el alcohol sobre nuestro organismo es la disminución de la glucosa en la sangre, además de la activación de los centros del hambre. Si bien la hipoglicemia y el hambre son parte de los efectos del alcohol, para pasar la resaca se debe comer para revertir estos efectos y obtener la energía que nos hace falta.

Eso no implica necesariamente obtener esta energía a través de comida chatarra,  pues con una alimentación balanceada logramos el mismo objetivo.

Tomar limonada o bebida de limón. Verdad a medias. La ingesta de líquido ayuda a la resaca, no particularmente el limón.

Tomar cerveza o michelada. Falso. Al ingerir más alcohol, se alarga su efecto, por lo tanto a mayor deshidratación, mayor hipoglicemia y mayor malestar general.

Beber café. Depende. La cafeína tiene varios efectos en nuestro organismo. Uno de ellos es la liberación de hormonas como la dopamina, la que produce sensación de bienestar y reduce temporalmente la fatiga, por lo que creemos sentirnos mejor y “despertar”.

Por otro lado, la cafeína tiene un efecto diurético, que nos hace ir más al baño y, por lo mismo, perder aún más líquido, manteniendo el estado de deshidratación.

Tomar consomé. Verdad. El consomé, por lo general, se prepara del caldo de carne o pollo, verduras, a veces arroz o fideos, asegurando así el aporte de cierta cantidad de proteínas, electrolitos y azúcares que favorecen el transporte de agua, aliviando la deshidratación y disminuyendo la fatiga.

Ingerir bebidas energéticas. Falso. Algunos de sus principales componentes son la cafeína o teína y el azúcar. Ya hablamos sobre los efectos de la cafeína, que al igual que la teína provocan sensación de “despertar”, pero a su vez generan más deshidratación.

Con respecto al azúcar, por si sola y en grandes cantidades no es una forma eficiente de favorecer la absorción de agua. Solo ingerimos grandes cantidades de calorías, poco saludables y sin ningún efecto con respecto a la resaca.

Beber bebidas con azúcar. Falso. El azúcar por si solo no es eficiente para combatir los efectos de la deshidratación provocada por la ingesta de alcohol.

Como ya se explicó, existe una demanda de energía, la cual podríamos mitigar con este tipo de bebidas. El problema es el efecto del azúcar en la sangre en grandes cantidades, como ocurre con las bebidas azucaradas. En este caso, los niveles de azúcar se elevan rápidamente, disminuyendo la fatiga; pero así como suben, vuelven a bajar abruptamente, generando sensación de hambre por hipoglicemia.

Comer plátano. Verdad. Contiene casi 90 kcal por porción, lo que aporta calorías para combatir la fatiga, además de proteínas, hidratos de carbono y algunos minerales y oligoelementos. El potasio favorece la rehidratación.

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