
El rediseño de imagen de marca y lo que dice sobre el presente corporativo
Cambiar el diseño de una imagen corporativa es una decisión estratégica importante y no se toma a la ligera. Generalmente se decide cuando hay señales internas o externas de que la marca busca evolucionar.
En un mundo corporativo que se transforma a ritmo acelerado por la tecnología, los cambios sociales y las nuevas expectativas del mercado, no solo los productos y servicios necesitan adaptarse. También lo hacen las marcas, sus símbolos y la manera en que se presentan ante el mundo. El reciente rediseño de la identidad visual de PwC, una de las firmas globales más influyentes en consultoría y servicios profesionales, es un ejemplo más de cómo las empresas están replanteando su imagen para mantenerse en sintonía con los tiempos que corren.
La renovación, anunciada este 29 de abril, es la primera en 14 años y se enmarca en la campaña “So You Can”, con una propuesta que busca reflejar una organización más conectada, innovadora y preparada para enfrentar las demandas de un entorno en constante evolución. El nuevo posicionamiento de marca incluye un logo actualizado con una nueva “marca de impulso”, un color naranja característico y una nueva imagen.
Pero aunque incluye un nuevo logotipo, una marca de impulso y un tono visual revitalizado, el cambio va más allá de lo estético: representa un esfuerzo estratégico por alinearse con las nuevas dinámicas del mercado y con los valores que hoy exigen clientes, empleados y la sociedad en general.
Este tipo de transformación no es nueva, pero ha cobrado más fuerza en los últimos años. Grandes marcas como Mastercard, Volvo, o incluso instituciones como el MIT, han actualizado su imagen para reflejar una mayor cercanía con lo digital, una postura más amigable y transparente, o una sensibilidad frente a desafíos como el cambio climático o la diversidad. En ese sentido, el rediseño de PwC responde a una lógica más profunda: el branding como herramienta de adaptación estratégica.
Antonia Wade, Chief Marketing Officer global de la firma, explicó que esta evolución busca “proporcionar la plataforma adecuada para el futuro”, en un contexto donde la tecnología y otras megatendencias están transformando la economía. Por su parte, desde Chile, Joaquín Pérez, socio de Asuntos Corporativos de PwC, señaló que la nueva identidad posiciona de forma más clara las capacidades que la firma ofrece tanto a clientes como a nuevos talentos.
Más que una operación de maquillaje, la actualización visual funciona como una declaración de principios. En un ecosistema saturado de mensajes, una identidad clara, coherente y actualizada puede marcar la diferencia entre conectar o perder relevancia. Además, en industrias basadas en la confianza —como la consultoría—, el lenguaje visual también transmite seriedad, modernidad y visión de futuro.
PwC no está sola en este camino. El rediseño de imagen se ha convertido en una herramienta clave para comunicar transformación interna, crecimiento sostenible o cambio cultural. Las empresas, cada vez más, entienden que la marca no es solo un logotipo, sino la manifestación tangible de lo que son y aspiran a ser.
Al renovar su imagen, PwC no solo busca verse distinta, sino también actuar en coherencia con un mundo donde, como ellos mismos señalan, “la reinvención es la única constante”. Y en ese espejo, muchas otras organizaciones también se miran.