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Biotecnología chilena busca transformar desechos del vino en productos de alto valor Innovación Créditos: El Mostrador.

Biotecnología chilena busca transformar desechos del vino en productos de alto valor

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El proyecto liderado por Fabián Otálora, estudiante de doctorado de la PUCV, desarrolla un bioproceso que revaloriza residuos vitivinícolas como el orujo y las lías, convirtiéndolos en materia prima para biocombustibles, plásticos y cosméticos, en el marco de una economía circular.


Una innovadora solución biotecnológica que busca revalorizar los desechos de la industria vitivinícola es el foco del proyecto liderado por Fabián Otálora, estudiante del doctorado en Ciencias de la Ingeniería con mención en Ingeniería Bioquímica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).

La iniciativa, desarrollada en el marco del Concurso de Valorización a la Investigación Universitaria (VIU) financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), propone transformar residuos como el orujo y las lías en materia prima para diversas industrias, mediante un bioproceso sustentable.

El trabajo utiliza un microorganismo específico, Clostridium kluyveri, una bacteria no patógena capaz de unir moléculas pequeñas y formar estructuras más complejas, dando valor a productos que hoy se desechan casi por completo. De esta forma, la investigación contribuye directamente a fortalecer la economía circular.

“Desde moléculas de bajo valor agregado como acetato o etanol se puede llegar a obtener moléculas de alto valor agregado con una estructura de carbono más grande, que son butirato, caproato, caprilato, cuya característica es que tienen una densidad energética más alta. Pueden utilizarse como precursores de biocombustibles, pero también tienen cualidades de interés para la industria de los plásticos, cosméticos, alimentación animal, entre otros”, explicó Otálora.

El investigador añadió que “este producto final es una mezcla líquida de ácidos grasos de cadena media que puede ser de utilidad para diversas industrias, constituyendo una plataforma a partir de la cual extraer compuestos como C4, C6 ó C8. Dependiendo del requerimiento de la industria, la idea es ofrecerle la solución diseñada para esa industria”.

Revalorizar los desechos del vino

La Región de Valparaíso —cuarta en producción de vino a nivel nacional— genera más de 27 mil toneladas anuales de residuos vitivinícolas. Entre ellos se encuentran el orujo, un subproducto sólido del prensado de la uva compuesto por pieles, pulpa, semillas y tallos; y las lías, formadas principalmente por levaduras muertas tras la fermentación.

Aunque estos desechos contienen etanol, ácidos orgánicos y micronutrientes, sólo entre el 20% y 25% se aprovecha, mientras el resto se subutiliza o se elimina, generando un impacto ambiental que este proyecto busca transformar en oportunidad.

A esto se suma la dependencia de Chile de las importaciones de ácidos grasos de cadena media, de los cuales más del 95% proviene del aceite de palma traído desde el sudeste asiático. Este proceso implica no solo altos costos y dependencia del mercado internacional, sino también un impacto ambiental significativo, asociado a la deforestación en países como Malasia e Indonesia.

“El tercer problema que hemos identificado es que estos ácidos grasos son traídos a Chile y son usados tal como llegan. Entonces, ofrecemos a la industria chilena acceso a esta plataforma para utilizar estos ácidos grasos y así ponerlos en valor. En lugar de importar, proponemos aprovechar los residuos orgánicos para elaborar un producto de alto valor que incluso podría exportarse. Menos costo, menos impacto ambiental, se reutilizan residuos de las industrias, ganamos y exportamos. Todo, en el marco de una economía circular”, puntualizó Fabián Otálora.

Si bien la investigación se centra en los desechos vitivinícolas, su potencial es mucho más amplio. Según el estudiante de la PUCV, la misma tecnología podría aplicarse a residuos orgánicos provenientes de otras fuentes, como casinos escolares, cervecerías o industrias pisqueras, ampliando así las posibilidades de esta biotecnología para impulsar un modelo productivo más sustentable y eficiente.

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