Explotación sexual infantil en Chile: crimen digital y fallas del Estado que ponen en riesgo a miles
La explotación infantil en Chile avanza como crimen digital. El académico Edgardo Toro alerta sobre redes que operan junto al crimen organizado e invaden la vida cotidiana de las víctimas, muchas de ellas bajo protección estatal y captadas a través de plataformas online.
El avance de la tecnología, la hiperconectividad en redes sociales y la creciente desconexión emocional de nuestros tiempos han provocado que muchas personas y familias se distancien afectivamente entre sus propios miembros. Bajo este contexto es que surgen riesgos como la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes (NNA) en el mundo y, por supuesto, en nuestro país.
Proteger a la infancia contra la explotación sexual es una prioridad fundamental en la defensa de los derechos humanos y su desarrollo saludable. Esta forma de violencia no solo vulnera su integridad física y emocional, sino que también deja secuelas profundas y duraderas que afectan su bienestar, autoestima, desarrollo social y oportunidades de futuro.
Según datos del Ministerio Público, recopilados por la Defensoría de la Niñez, entre 2022 y 2023 un total de 2.184 niñas, niños y adolescentes fueron identificados como víctimas de explotación sexual infantil en nuestro país. Esta cifra representa un aumento del 29% en la tasa de victimización respecto al periodo anterior.
Además, un informe entregado por el Ministerio Público revela una alarmante realidad: el 86% de las víctimas de explotación sexual son niñas y adolescentes mujeres, y el 64% de los casos corresponde a menores entre 14 y 17 años. Aún más preocupante es que una parte significativa de estas víctimas se encontraba bajo el cuidado del Estado al momento de los hechos, lo que deja en evidencia serias deficiencias en los sistemas de protección institucional.
Por esta razón, diversas organizaciones e instituciones trabajan día a día para identificar los lugares y las personas que forman parte de redes de explotación sexual infantil. Una de ellas es el podcast Un llamado a actuar, proyecto que narra historias reales basadas en condenas de explotación sexual infantil.
Esta iniciativa, creada por la plataforma Actuar es Urgente, está integrada por nueve organizaciones que velan por el bienestar de la niñez y tiene por objetivo prevenir, informar, empoderar e incidir en las políticas públicas para erradicar la Explotación Sexual de Niñas, Niños y Adolescentes (ESNNA).
En conversación con El Mostrador, Edgardo Toro, profesor de la Escuela de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y Coordinador de Foro de Investigación en explotación sexual de niños, niñas, adolescentes e infancias, explicó que en estos casos lo que se debe tratar de identificar son las redes de relaciones que establecen los explotadores sexuales con otro tipo de delitos como lo es el crimen organizado.
“Los explotadores no funcionan como individuos con sus propias características, sino que construyen redes de relaciones para generar la situación de explotación, para mantenerla y luego para invisibilizarla, es decir, que el resto no vea que es explotación sino que otra cosa”, agregó.
Cómo operan los explotadores sexuales
En el segundo episodio de este podcast, titulado Amigo de la familia: El relato de Anastasia, escuchamos la historia de Anastasia, una adolescente que es engañada por el amigo de su padre, quien le hace creer que es su pareja y se aprovecha para explotarla sexualmente e iniciarla en el mundo de las drogas. Algo que ya había hecho con otras jóvenes.
Se estima que en nuestro país, alrededor de 6 mil niños, niñas y adolescentes estarían involucrados en redes de explotación sexual, cifra que evidencia la magnitud del problema y la necesidad de acciones urgentes.
Bajo este contexto, Toro explicó que, en Chile, una de la modalidades en las que operan los explotadores sexuales es bajo el término de “padrino”, específicamente “alguien que es cercano, que ayuda, que favorece y esa es su estrategia para no mostrar que es un explotador o que genera situación de trata o de consumo”.
Asimismo, el especialista explicó que los explotadores sexuales tienen formas particulares de operar e involucrarse con las familias y círculos cercanos de las víctimas. “Lo que hacen los explotadores, la red de explotación, es que se meten en todos los espacios de la vida cotidiana, los espacios familiares, los pares, la escuela, la residencia, entonces van como invadiendo los espacios de la vida cotidiana y de alguna manera los aíslan de ese espacio”, agregó.
Los problemas familiares, los entornos sociales y la desigualdad económica juegan un rol fundamental en el operar que aplican los explotadores sexuales y sus organizaciones. Y es que analizan y estudian en profundidad los espacios significativos de las posibles víctimas antes de comer a operar.
“Lo que no hacen a veces los sistemas sociales, que de alguna forma es apoyar y sostener cuando hay familias que tienen precariedad económica, por ejemplo, aparecen estas ‘ayudas’, la escuela, los grupos de amigos o los lugares de diversión. No es que sean solo las familias, las redes de explotación o los explotadores identifican los espacios que son significativos donde están los niños y jóvenes”, destacó Toro.
Insuficiente respuesta institucional
Un aspecto especialmente preocupante es que muchas de las víctimas se encontraban bajo el cuidado del Estado al momento de los hechos. En 2023, los centros residenciales del Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia ingresaron 441 circulares por presuntos delitos de explotación sexual que implicaban a 296 NNA. Esto evidencia graves fallas en los sistemas de protección institucional.
Por eso el experto aseguró que se necesitan políticas públicas y leyes que puedan dar un marco de protección. En la actualidad, los explotadores sexuales funcionan y operan en conjunto con el crimen organizado lo que genera un espacio y entorno propicio para la vulneración de los derechos de NNA.
Redes sociales: el nuevo escenario del abuso infantil
Por otro lado, las redes sociales juegan un rol significativo en la nueva forma en la que los explotadores sexuales y las redes de explotación sexual infantil operan. Es a través de redes sociales, juegos o plataformas de mensajería que los explotadores sexuales toman contacto con los niños, niñas y adolescentes.
Utilizar identidades falsas para generar confianza es parte de la forma de operar de estos individuos, además de compartir contenido inapropiado y, eventualmente, solicitar encuentros presenciales con las víctimas.
“Las redes como son plataformas comerciales y modelos de negocio funcionan con los muros algorítmicos, no hay modo que yo me entere cuáles son las plataformas que están usando niños y jóvenes. Todo lo que pasa en el mundo digital es real y tiene efectos reales, eso significa que la violencia en contexto digital tiene un efecto real de la misma forma que fuera una de contacto cara a cara”, explicó Toro.
Se han detectado casos en los que los encuentros son gestionados por terceros, ya sea explotadores sexuales o miembros de redes criminales, que administran los contactos de los NNA a través de perfiles en línea.
Para lograr involucrarse con lo que pasa en el mundo digital de los más jóvenes es fundamental entender cómo funcionan y operan las redes sociales y el mundo digital. “Desde el mundo adulto tenemos que generar una real curiosidad por eso que ocurre en la vida cotidiana digital, no desde un punto de vista ni culpabilizador ni controlador, sino involucrarse con ellos porque eso genera formas de protección en los contactos digitales”, concluye el experto.
El podcast Un llamado a actuar está disponible en Spotify y puedes encontrar más información aquí. La entrevista completa con Edgardo Toro forma parte de la serie de conversaciones con expertos del programa Agenda País, que busca seguir visibilizando esta problemática.