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Aquaplaning en Chile: el riesgo oculto que amenaza la conducción en días de lluvia Movilidad Créditos: El Mostrador.

Aquaplaning en Chile: el riesgo oculto que amenaza la conducción en días de lluvia

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Presente en temporales y lluvias intensas, el aquaplaning puede hacer que un vehículo “flote” sobre el asfalto, perdiendo adherencia y control. En Chile, este fenómeno está detrás de miles de accidentes y exige precaución, neumáticos en buen estado y técnica al volante.


Cuando comienza a llover, conducir deja de ser una acción mecánica para convertirse en un ejercicio de atención constante. No se trata solo de frenar con cuidado o reducir la velocidad en curvas: hay un peligro que puede sorprender incluso a los conductores más expertos. Se llama aquaplaning y ocurre cuando los neumáticos pierden contacto con el pavimento, deslizándose sobre una capa de agua y haciendo que el vehículo quede momentáneamente fuera de control.

Presente en cada temporal, el aquaplaning representa una amenaza latente para la seguridad vial. Este fenómeno, frecuente durante las temporadas de lluvias intensas, compromete la estabilidad de los vehículos y pone en riesgo a conductores y pasajeros, tanto en entornos urbanos como en rutas y autopistas de alta velocidad.

También conocido como acuaplaneo o hidroplaneo, este fenómeno ocurre cuando los neumáticos no logran evacuar el agua acumulada y el vehículo pierde contacto con el suelo, reduciendo drásticamente el control sobre la dirección y el frenado.

Cuando el agua vence al asfalto

Según Carabineros, en 2020 se registraron más de 30.000 accidentes ocurridos con lluvia en Chile, situación donde el aquaplaning juega un rol relevante en la pérdida de control vehicular. El fenómeno se produce cuando el agua acumulada en la calzada forma una capa que los neumáticos no alcanzan a evacuar, lo que interrumpe el contacto directo entre la banda de rodadura y el pavimento. El resultado: el vehículo literalmente flota sobre el asfalto, perdiendo adherencia y capacidad de maniobra.

El primer indicio suele ser una leve sensación de flotación en el eje delantero, similar a conducir sobre una placa de hielo. El volante se vuelve inusualmente liviano, responde con facilidad extrema y, en segundos, se manifiesta una peligrosa pérdida de control sobre la dirección.

Entre los principales factores que aumentan el riesgo de aquaplaning destacan la velocidad excesiva, el mal estado de los neumáticos y la baja visibilidad. Con el pavimento mojado, circular a alta velocidad dificulta la evacuación del agua, elevando considerablemente las probabilidades de que el vehículo pierda adherencia. Si a eso se suman neumáticos desgastados, especialmente con surcos por debajo de los 3 milímetros o con presión inadecuada, la capacidad de tracción se reduce aún más. A esto se agregan condiciones frecuentes en el sur de Chile, como la lluvia intensa o la niebla matinal, que limitan la visibilidad y dificultan anticiparse a maniobras de emergencia.

Precaución y técnica

Frente al aquaplaning, la mejor defensa es una conducción preventiva y prudente. Reducir la velocidad en jornadas de lluvia, incluso por debajo de los límites permitidos, permite que los neumáticos evacúen el agua con mayor eficacia y mantengan la tracción.

La suavidad al volante es clave: evitar frenadas y giros bruscos reduce el riesgo de perder el control del vehículo. Cualquier movimiento repentino puede convertir una situación controlable en una emergencia irreversible.

También es fundamental ampliar la distancia de seguridad y mantener una atención constante al tránsito y al estado de la calzada, para poder reaccionar a tiempo ante cualquier imprevisto.

A ello se suma un factor a menudo subestimado: la infraestructura vial. Calles y carreteras con drenaje deficiente, pendientes mal diseñadas o pavimento deteriorado favorecen la acumulación de agua y, con ello, multiplican las posibilidades de que se produzca aquaplaning.

Claves para reducir el riesgo de aquaplaning

  • Mantén tus neumáticos en óptimas condiciones: verifica que la profundidad de los surcos sea de al menos 3 mm —idealmente más— y respeta siempre la presión recomendada por el fabricante.
  • Modera la velocidad: en días de lluvia, circular entre 10 y 20 km/h por debajo del límite permitido aumenta las posibilidades de que los neumáticos evacúen el agua y mantengan el contacto con el asfalto.
  • Aumenta la distancia de seguridad: mantener entre 4 y 5 segundos de separación respecto al vehículo que va adelante otorga un margen de reacción más seguro.
  • Evita maniobras bruscas: si entras en aquaplaning, suelta el acelerador, mantén el volante recto y espera a recuperar tracción antes de frenar de forma suave y progresiva.
  • Prioriza la visibilidad: utiliza correctamente los limpiaparabrisas y las luces, desempaña los vidrios y evita conducir en los primeros minutos de lluvia, cuando el pavimento está más resbaladizo.
  • Esquiva zonas peligrosas: procura circular sobre las huellas de otros vehículos y evita atravesar charcos o ránuras cuya profundidad supere la mitad de la altura del neumático.
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