
Chile lidera certificación forestal global ante nueva norma europea de Deforestación Cero
Chile es el primer país del mundo en actualizar su certificación forestal para cumplir con la exigente norma europea de Deforestación Cero. Se trata de un avance clave frente al nuevo reglamento de la Unión Europea (EUDR), que entrará en vigor a fines de este año.
En un contexto de creciente presión global por frenar la deforestación y asegurar el origen responsable de los productos forestales, Chile se posiciona como líder mundial en sostenibilidad, siendo el primer país en actualizar su sistema de certificación forestal para cumplir con los exigentes estándares del nuevo reglamento de la Unión Europea (EUDR), que entrará en vigor el 30 de diciembre de 2025.
Este avance, liderado por PEFC Chile, una organización que forma parte del sistema internacional de certificación forestal PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification), marca un hito en la industria forestal global y ofrece una ventaja competitiva significativa a las empresas chilenas del sector.
Un nuevo estándar forestal
La normativa EUDR, impulsada por la Unión Europea, establece que todo producto derivado de madera y celulosa que ingrese a su mercado deberá demostrar que proviene de fuentes legales y que está libre de deforestación. Esto implica que los productores deberán contar con evidencia concreta, geolocalizada y trazable que certifique que no ha habido conversión de bosques naturales ni reemplazo de bosque nativo por plantaciones.
Chile actualizó de forma anticipada su sistema nacional de certificación forestal, siendo el primero del mundo en incorporar los requisitos específicos de Deforestación Cero exigidos por el reglamento europeo. En total, más de 1,1 millones de hectáreas de bosques plantados certificados por PEFC en el país ya operan bajo este nuevo estándar.
André Laroze, CEO y secretario ejecutivo de PEFC Chile, señala que “la normativa EUDR marcará un antes y un después en el comercio forestal global. Gracias a esta actualización, las empresas chilenas certificadas están mejor preparadas para cumplir con sus requisitos y mantener el acceso a mercados de alto valor como la Unión Europea”.
¿Qué implica la actualización del estándar?
La nueva versión del estándar nacional no solo se adapta a las exigencias europeas, sino que también refuerza principios clave de sostenibilidad que ya estaban presentes en la gestión forestal responsable. Entre los elementos incorporados se destacan:
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Trazabilidad de origen, desde el bosque hasta el producto final
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Prohibición de conversión de bosques naturales a plantaciones
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Protección del bosque nativo y de la biodiversidad
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Respeto a las comunidades locales y derechos de los trabajadores
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Auditorías independientes periódicas
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Sistemas de geolocalización para verificar el cumplimiento en terreno.
Aunque la certificación PEFC sigue siendo voluntaria, su valor como herramienta comercial se ha vuelto cada vez más estratégico. La demanda internacional —especialmente desde Europa— privilegia cada vez más a proveedores con estándares ambientales robustos y verificables.
Este escenario beneficia especialmente a las empresas chilenas que ya cuentan con la certificación, que ahora podrán demostrar fácilmente su cumplimiento con la nueva legislación europea. También representa una oportunidad concreta para pequeños y medianos propietarios forestales, quienes mediante esta certificación pueden validar su compromiso con la sostenibilidad, profesionalizar su operación y abrirse a nuevos mercados.
Producir sin destruir
La deforestación sigue siendo una de las principales causas del cambio climático y la pérdida de biodiversidad a nivel mundial. Según datos de la FAO, entre 2015 y 2020 se perdieron 10 millones de hectáreas de bosque cada año. Frente a esta realidad, políticas como el EUDR buscan cortar el vínculo entre el comercio internacional y la destrucción de ecosistemas.
Chile, al convertirse en el primer país del mundo en adaptar su certificación forestal al reglamento europeo, marca un camino que probablemente otros seguirán en los próximos años. La combinación de visión de largo plazo, adopción tecnológica (como los sistemas de geolocalización) y compromiso con la conservación posiciona al país como referente global en producción forestal sostenible.