
Ley “Chao Bolsas Plásticas” cumple 7 años
El 3 de agosto se cumplen siete años desde la promulgación de la Ley 21.100, que prohibió la entrega de bolsas plásticas en el comercio. Siete años después, la normativa pionera sigue generando impactos —y debates— en torno a su alcance real y los pasos necesarios hacia una economía más sostenible.
En 20218, Chile fue el primer país de Latinoamérica en prohibir la venta y distribución de bolsas fabricadas en un 50% o más, de materiales derivados del petróleo. Así, se promulgó la Ley 21.100, conocida como “Chao Bolsas Plásticas”.
Este domingo 3 de agosto se cumplen siete años del lanzamiento de la normativa, que sigue siendo uno de los avances más visibles en la lucha contra la contaminación por plásticos de un solo uso.
La medida no solo eliminó millones de bolsas plásticas de circulación, sino que también impulsó un cambio cultural en los hábitos de consumo.
Desde la entrada en vigencia de la ley, empresas, comercios y consumidores han debido adaptarse al uso de bolsas reutilizables y alternativas sostenibles. Unibag, principal fabricante nacional de bolsas reutilizables, ha estado al frente de este proceso, promoviendo la innovación en materiales compostables como el almidón de maíz y fomentando campañas de educación ambiental para sensibilizar a la ciudadanía.
“El gran mérito de esta ley es haber impulsado un cambio cultural en torno al consumo de plásticos de un solo uso, pero al no ser precisa en sus definiciones, ha dado lugar a múltiples interpretaciones”, afirma Eliana Moreno, cofundadora de Unibag.
Vacíos legales y confusión entre los consumidores
Uno de los principales desafíos actuales radica en la falta de precisión legal sobre qué se considera una bolsa plástica. Aunque la ley prohíbe las bolsas derivadas del petróleo —incluidas las que se presentan como biodegradables o compostables—, no regula su “fin de vida”, es decir, qué ocurre con ellas después de su uso.
Esto ha dado pie a la circulación de bolsas supuestamente compostables que no cumplen estándares ni certificaciones claras, generando confusión entre consumidores y comercios. Muchos usuarios creen que al usar una bolsa con etiqueta “eco” están tomando una decisión sostenible, sin considerar si realmente es reutilizable o compostable de forma efectiva.
Con el objetivo de corregir estos vacíos, actualmente se encuentra en discusión el boletín 16980-12 en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados. Este proyecto de ley busca precisar el concepto de bolsa plástica, prohibir su venta, además de su entrega, exigir etiquetado y certificaciones verificables y asegurar que las bolsas compostables no contengan polímeros derivados del petróleo.
Además, el Ministerio del Medio Ambiente emitió el Oficio N°242592/2024, señalando que las bolsas reguladas por la Ley 21.100 no deberían contener ningún porcentaje de plásticos derivados del petróleo, reafirmando así el espíritu original de la normativa.
La educación ambiental como pilar del cambio
Tanto desde Unibag como desde gremios como la Cámara de Comercio de Santiago, se ha insistido en que la educación del consumidor es fundamental para lograr un cambio duradero.
Verónica Torres, Gerente de Sostenibilidad de la Cámara de Comercio de Santiago, comenta que “para proteger el medio ambiente, se debería considerar tanto el origen de las materias primas como el fin de vida de las bolsas creadas con ellas. Es primordial que ambos aspectos se gestionen y comuniquen de manera transparente y legítima, lo que debería implicar pasar por mecanismos de autoregulación basados en normativas, ensayos y certificaciones atingentes y reconocidas.”
A siete años de la promulgación de la Ley “Chao Bolsas Plásticas”, el balance es positivo, pero incompleto. Si bien se ha logrado reducir significativamente el uso de bolsas de un solo uso, la normativa requiere una actualización que permita cerrar brechas legales, mejorar los mecanismos de fiscalización y promover la transparencia de las soluciones ofrecidas al consumidor.