Sostenibilidad
Créditos: El Mostrador.
COP30 pone a los sistemas alimentarios sostenibles en el centro de la agenda climática global
Belém reunió a miles de delegados para abordar la sostenibilidad alimentaria, destacando la necesidad de trazabilidad, responsabilidad y nuevas regulaciones para la producción agrícola y acuícola ante los retos climáticos globales.
La versión 30 de la Cumbre Climática, celebrada este año en Belém, Brasil, reunió a más de 50.000 participantes provenientes de cerca de 200 países. Delegaciones oficiales, científicos, empresas y representantes de la sociedad civil se congregaron para debatir los principales desafíos ambientales del planeta.
Uno de los temas centrales fue la producción y el abastecimiento sostenible de alimentos, una cuestión que cobra cada vez más relevancia ante la necesidad global de garantizar trazabilidad, respaldo científico y eficiencia en los sistemas productivos.
En este contexto, la agricultura y la acuicultura tuvieron un papel destacado en los espacios paralelos de discusión. Su participación permitió analizar hacia dónde avanzan las regulaciones y qué implicancias traerán las transformaciones exigidas por los nuevos estándares de sostenibilidad.
“La COP permite observar la producción desde una mirada territorial y ambiental más amplia. Participar en estos espacios ayuda a entender tendencias regulatorias, contrastar prácticas y avanzar en modelos productivos que combinen evidencia científica, transparencia y reducción de impactos. La acuicultura puede contribuir a los desafíos climáticos y de seguridad alimentaria si opera con criterios claros de responsabilidad y mejora continua”, comentó Santiago Villarino, oficial de Asuntos Públicos de AquaChile.
La compañía se integró al Foro de Sistemas y Seguridad Alimentaria, uno de los más de 30 foros temáticos de la cumbre, con el propósito de comparar experiencias, identificar tendencias emergentes y anticipar los cambios que definirán la gestión responsable en los próximos años.

Equipo de AquaChile en la COP 30.
Las alianzas para sistemas alimentarios bajos en carbono
En esa línea, Gonzalo Muñoz, Cofundador de Manuia y Ambition Loop, además de Champion de la COP25, sostuvo: “Los sistemas alimentarios son parte integral de la discusión climática global. La economía real está mostrando que las empresas que avanzan en descarbonización y prácticas responsables son las que lideran la transición.”
Las sesiones sobre mecanismos de producción fueron de las más concurridas en Belém. El interés no se limitó a su impacto ambiental, sino a la forma en que se generan las proteínas destinadas al consumo humano está directamente vinculada con la conservación de bosques, la salud de las cuencas y las transiciones económicas que atraviesan distintos países. Esta mirada integrada fue reafirmada por referentes internacionales que subrayaron la urgencia de actuar con coherencia y coordinación.
Desde WWF, el llamado se orientó hacia un cambio profundo en los sistemas alimentarios. “Si no cambiamos la forma en que producimos, consumimos y gestionamos la comida, no hay solución para la naturaleza, para el clima ni para las personas”, advirtió João Campari, Global Leader de Food & Agriculture de WWF International, enfatizando la necesidad de trabajo conjunto entre gobiernos, sociedad civil, sector financiero y empresas.
Una salmonicultura chilena más sostenible
Hacia el cierre del encuentro, Villarino destacó el punto de inflexión que marcó la cita en Brasil. “El ambiente en Belém dejó una impresión común entre expertos, organizaciones y empresas: la conversación está transitando hacia exigencias más sólidas de trazabilidad, coherencia ambiental y transparencia. Esa convergencia muestra que la producción de proteínas sostenibles será un tema cada vez más relevante en la agenda climática y regulatoria de los próximos años, y que desde AquaChile trabajamos día a día por una industria sostenible e innovadora.”
El desafío que deja Belém para la salmonicultura chilena es claro: los próximos años estarán marcados por estándares más estrictos, mayor escrutinio internacional y una demanda creciente de procesos que reduzcan el impacto ambiental y demuestren un compromiso real con la sostenibilidad.