Opinión
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Una hora más de deporte en colegios: el desafío detrás de la nueva ley
Hace algunas semanas el Congreso aprobó una ley que exige 60 minutos diarios de actividad física en todos los colegios y liceos del país. Una medida tan necesaria como ambiciosa, considerando que Chile es uno de los países más sedentarios de América Latina: más del 80% de los niños y adolescentes no realiza la cantidad mínima de ejercicio recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero una ley, por sí sola, no basta. La experiencia internacional demuestra que moverse no ocurre por decreto. En 2014, Dinamarca implementó una política similar, que obligaba a todos los estudiantes a realizar 45 minutos diarios de actividad física durante la jornada escolar. Sin embargo, un estudio publicado en The Lancet Regional Health Europe en el año 2022 reveló que, tras varios años, los niños solo aumentaron 6,5 minutos diarios de actividad física realmente de moderada a vigorosa intensidad. La norma se cumplió, sí, pero sin impacto real y significativo en la salud o los hábitos.
Y ahí está la lección: no se trata solo de tener la hora, sino de saber qué hacer con ella. Para que esta ley funcione, las escuelas necesitan espacios adecuados, profesionales formados y una mirada pedagógica que convierta el movimiento en aprendizaje. No basta con dar una vuelta a la cancha: hay que enseñar a disfrutar del ejercicio, a entenderlo como bienestar, juego y convivencia.
Los profesores de educación física, entrenadores deportivos y licenciados en ciencias del deporte tienen un rol clave en este cambio. Son ellos quienes pueden transformar los 60 minutos de obligación en 60 minutos de motivación.
El Congreso cumplió su parte. Ahora le toca al sistema educativo y a las familias convertir esta hora en una oportunidad para cambiar la cultura del sedentarismo. Porque lo importante no será contar los minutos, sino lograr que cada niño y niña descubra que moverse no es una tarea, es una forma de vivir.
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