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Pobreza en la vejez, el lado B de la economía alemana Sociedad

Pobreza en la vejez, el lado B de la economía alemana

La razón principal que explica el alto nivel de pobreza entre los mayores alemanes son las bajas jubilaciones públicas. En la actualidad, al retirarse, los pensionistas pasan a cobrar un 48,3 por ciento del salario medio de su vida laboral. A partir del año 2030, se estima que el porcentaje que reciban se reduzca hasta el 43,5.


El verano comenzó con buenas noticias para los jubilados alemanes. El 1 de julio entró en vigor en el país centroeuropeo la mayor revalorización de las pensiones registrada en 23 años, que se ha traducido en un aumento del 4,25 por ciento en las retribuciones de los «abuelos» originarios del oeste del país y de un 5,95 por ciento en las de los mayores que habitan en el este.

Pero más allá de los titulares, la subida aprobada esconde una realidad amarga: las elevadas cifras de pobreza en la vejez que se registran en Alemania.

En la principal economía europea, 3,4 millones de personas mayores de 65 años son pobres, según datos del «Informe de Pobreza de 2016» publicado en el mes febrero por la Asociación para el Bienestar Paritario.

Un estudio que también indica que, en Alemania, ningún otro grupo de población se ha visto tan afectado en los últimos años por las penurias económicas como los pensionistas.

Las cifras confirman la tendencia. La pobreza en la vejez aumentó de forma dramática en los últimos años en el país, concretamente un 46 por ciento desde 2005, y es diez veces superior a la que se registra en otros grupos de población.

En Alemania se considera que una persona es pobre cuando ingresa menos del 60 por ciento del sueldo medio del país. Para una persona soltera, este límite se sitúa alrededor de los 890 euros netos, mientras que para una pareja con dos hijos serían 1.870 euros.

Así, el número de pensionistas que pide la ayuda básica del Estado para llegar a fin de mes se ha más que duplicado en los últimos 13 años, pasando de 258.000 solicitantes en el año 2003 a unos 536.000 en 2016.

Las perspectivas son además, según la Asociación para el Bienestar Paritario, poco halagüeñas. De hecho, la organización alerta de una «avalancha de la pobreza en la vejez», asegurando que entre los próximos 10 ó 20 años cada vez más personas serán víctimas de estrecheces económicas.

«En los últimos años hemos registrado una disminución de la tasa de desempleo pero al mismo tiempo ha aumentado la pobreza», asegura Ulrich Schneider, director de la Asociación para el Bienestar Paritario.

La razón principal que explica el alto nivel de pobreza entre los mayores alemanes son las bajas jubilaciones públicas. En la actualidad, al retirarse, los pensionistas pasan a cobrar un 48,3 por ciento del salario medio de su vida laboral. A partir del año 2030, se estima que el porcentaje que reciban se reduzca hasta el 43,5.

El líder del sindicato Verdi, Frank Bsirske, alertaba recientemente del futuro que aguarda a los trabajadores alemanes. «Una persona nacida en el año 1964 que en el año 2012 ganaba unos 2.500 euros brutos cobrará en 2030, tras 40 años de trabajo, una pensión de 786 euros», precisó.

Este es un escenario que muchos expertos consideran realista. Otros, más escépticos, señalan que se está dibujando un panorama un tanto pesimista dominado por el pánico.

Se confirmen o no los peores presagios, lo cierto es que la pobreza en la vejez es un tema extremadamente sensible en Alemania que «amenaza» con jugar un papel destacado en las elecciones federales que se celebrarán el próximo año en el país.

Por ahora, la ministra de Trabajo, la socialdemócrata Andrea Nahles, ha anunciado para el otoño (boreal) un encuentro con patronal, sindicatos y representantes de organizaciones sociales. En él, los agentes implicados deberán ocuparse de la evolución de las pensiones públicas.

La presión sobre el Gobierno es alta a las puertas de una cita electoral. No en vano, no hay que olvidar que un incremento de las jubilaciones que persiga acabar con la pobreza obligaría también a las autoridades a subir las cuotas que pagan los trabajadores y penalizaría asimismo a los contribuyentes.

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