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Pulgares arriba para los emojis FT Weekend

Pulgares arriba para los emojis

¿Quién tiene tiempo de hablar hoy en día? Una carita cansada, una caca sonriente y una copa de vino son todo lo que necesito para expresar mis verdaderos sentimientos, aunque la reciente introducción del emoji enfermo de cara verde y la mujer encogida de hombros realmente han añadido aún más matices a mi vocabulario.


Por Jo Ellison

Uno de los puntos más interesantes que surgió en la edición anual “Best Performances Hollywood” de la revista W fue el punto de vista de Annette Bening (quien figura por su brillante actuación en la película “20th Century Women”). La actriz de 58 años de edad aprovechó su entrevista para declarar su entusiasmo, no por sus directores ni por las ventajas de la técnica de interpretación conocida como el Método, sino por los emojis.

“Yo adoro los emojis”, dice. “Me encanta el pulgar arriba. Y también me gusta el corazón, la mujer en el vestido rojo, el espiral azul y el namaste. Creo que casi prefiero usar emojis en vez de palabras”.

Como alguien que cree que pocos intercambios en la vida requieren más que un emoji — un corazón rojo, “el grito” o una carita sonriente — para comunicar el mensaje apropiado, creo que estoy de acuerdo con ella. Algunos tal vez prefieran dejar que se acumulen 12 mil correos electrónicos sin abrir mientras intentan contestarlos cuidadosamente. Yo, por otra parte, prefiero enviar miles de misivas con un mensaje corto y el ícono apropiado: “Disculpa mi brevedad, pero aquí te añado una carita guiñando para expresar el profundo compromiso emocional que se merece esta correspondencia si yo tuviera más de tres segundos para escribirla antes de que los siguientes 25 correos aparezcan en mi buzón”.

Lo mismo sucede con los mensajes de texto. ¿Quién tiene tiempo de hablar hoy en día? Una carita cansada, una caca sonriente y una copa de vino son todo lo que necesito para expresar mis verdaderos sentimientos, aunque la reciente introducción del emoji enfermo de cara verde y la mujer encogida de hombros realmente han añadido aún más matices a mi vocabulario.

Mi punto es el siguiente. Los emojis tal vez sean el atajo perfecto para los flojos, pero realmente no son un accesorio elegante, aun con el reciente lanzamiento del nuevo corazón color negro. Sin embargo, la bendición de la Sra. Bening ha sido un hito para aquellos que necesitan apoyo con respecto a su uso de emojis: si una sublime actriz premiada de cierta edad dice que “casi” prefiere usarlos en vez de palabras, ¿seguramente estará bien incluirlos en todas nuestras correspondencias?

 

“De ninguna manera. Ningún adulto debe usar emojis. Es vergonzoso”. Esto opina mi hija de 11 años de edad, quien considera que cualquier comunicación con sus amigos que no contenga emojis es una falta de respeto social y quien frecuentemente participa en mensajes de grupo que consisten solamente en corazones color rojo. Después admitió que tal vez podría ser aceptable que yo usara algunos emojis fuera de los medios sociales y compiló una lista de emojis apropiados que incluye banderas, personas y animales “excepto el perro y el mono”, y todos los símbolos relacionados con los viajes, “excepto los que tienen dinero”. Sin embargo, bajo ninguna circunstancia debo usar las caritas, los gestos, corazones o la berenjena. “Nunca”, me dice con gravedad, “jamás debes usar la berenjena”.

Sabiendo que las niñas de 11 años de edad son tan tolerantes de la libertad de expresión de los adultos como lo es Kim Jong Un, decidí buscar apoyo en otras partes. “Me temo que tu hija tiene razón”, dice Martin Wolf, el principal comentarista sobre cuestiones económicas del Financial Times y el sabio del siglo XXI, quien le da pulgares abajo a los emojis. “Los humanos desarrollaron el lenguaje y después la escritura para expresar sus pensamientos y sentimientos apropiada y poderosamente. Yo entiendo que el arte y la música también tienen esta capacidad. Pero los emojis son cosa de niños”.

Wolf no ha sido seducido aún por la bailarina en el vestido rojo ni, tristemente, por los dólares volando hacia el cielo (los cuales serían irresistibles para mí si yo fuera él, lo que probablemente ilustra perfectamente por qué no lo soy).

Tampoco capitula sobre el uso de los emojis en la correspondencia personal. “Estoy seguro que nunca he recibido un emoji”, asevera. “No me puedo imaginar la reacción de mi esposa si yo comenzara a enviárselos”.

Robert Armstrong, otro redactor del FT, comparte su opinión, aunque me ha confesado que ha intercambiado el emoji de la caca sonriente con su hija. “Si no conoces bien a tu interlocutor, siempre debes evitar utilizar el falso humor/ familiaridad/ligereza de los emojis; corres el riesgo de parecer un bufón”.

Esta es una actitud totalmente madura y aburrida. Mientras tanto mis correos electrónicos se están acumulando y mi hermano me acaba de enviar un mensaje de texto que se merece un 100 subrayado. ¿Son realmente tan poco “cool” los emojis?

Me dirijo a Alexandra Shulman para obtener una opinión final. La editora de 58 años de edad de British Vogue es guardiana de todo lo que se considera elegante y es increíblemente capaz cuando se trata de establecer directrices generales. Pero como una mujer que trabaja en el mundo de la moda, yo espero que sea más tolerante del atractivo fantasioso y frívolo de los emojis.

“A mí no me molesta el uso de los emojis, pero yo nunca los uso; me parecen demasiado infantiles”, dice Shulman, ofreciéndonos un poco de tolerancia a todos los adictos a estos íconos. Sin embargo, ella sí indica un área en la que los emojis deberían ser prohibidos. “Un emoji nunca debe ser utilizado en mensajes de Instagram cuando alguien ha muerto”, concluye. “Estoy segura de que un corazón roto no es la manera correcta de demostrar duelo y tristeza”. Creo que todos podemos darle pulgares arriba a ese sentimiento.

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