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Rob Stewart, el joven ecologista que “amaba” los tiburones Medio ambiente

Rob Stewart, el joven ecologista que “amaba” los tiburones

El director de cine se encontraba rodando la segunda parte de su exitosa “Sharkwater” cuando ocurrió el fatal accidente.


Para la mayoría de las personas los tiburones son criaturas marinas que causan terror, sobre todo cuando se aproximan a las costas llenas de bañistas. Pero para el ecologista y cineasta Rob Stewart, los tiburones eran algo así como sus amigos y dedicó su vida a defenderlos a ellos y los océanos.

Pero lamentablemente, el 31 de enero pasado el sueño del también cineasta se apagó para siempre. Stewart falleció en un accidente de buceo en las costas de Florida, mientras filmaba la segunda parte de su premiado documental Sharkwater, estrenado en 2006. Su cuerpo fue encontrado tras cuatro días de estar desaparecido y luego de que su padre ofreciera una recompensa al que lo encontrara vivo.

Sin embargo, la Guardia Costera estadounidense informó que se encontró su cuerpo dos horas después de detener la labor de búsqueda de su cuerpo.

El cineasta estuvo vinculado a los océanos desde que era apenas un adolescente. A los 13 años pidió para su cumpleaños entrar a la Asociación de Instructores Certificados de Buceo, y obtuvo su certificación a los 18 años. También estudió biología en la Universidad Western de Ontario y se dedicó por cuatro años a viajar por el mundo como fotógrafo de las revistas de la Federación Canadiense de Vida Silvestre.

Mientras sacaba fotos en las Islas Galápagos a los 22 años, descubrió la matanza de tiburones en una reserva marina, hecho que cambiaría el rumbo de su vida. Desde ahí Stewart dedicó su vida a la protección de esa especie, y enseñaba al mundo a aprender a querer y respetar a los tiburones. Como él mismo decía: “Los tiburones nos temen, los estamos exterminando sin piedad y la salud de los océanos depende de que sigan regulando la cadena trófica. Con su supervivencia va la nuestra”, decía.

De su pasión por el buceo y su convicción por defender a los tiburones surgió la idea de grabar “Sharkwater”, el documental que grabó durante cuatro años en doce países. La cinta mostraba no solo impresionantes escenas de la vida marítima, sino que también era una fuerte denuncia a la industria del corte de aletas de tiburón.

Presentada en festivales internacionales de cine de medio ambiente, la cinta recibió miles de premios y elogios. Después vino “Revolution” y se encontraba rodando “Sharkwater Extinction”, cuando ocurrió el fatal accidente que le quitó la vida mientras hacía lo que lo apasionaba.

El mundo pierde a un voraz ecologista… los tiburones, a su amigo.

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