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¿Te duele la espalda? Cuidado si el lumbago es prolongado Salud

¿Te duele la espalda? Cuidado si el lumbago es prolongado

La espondiloartritis una enfermedad reumatológica crónica y de carácter inflamatorio autoinmune. Es decir, ataca tejidos propios, generando inflamación y daño.


El lumbago (dolor lumbar) es un síntoma muy común entre las personas y, la mayoría de las veces, se asocia a problemas mecánicos o degenerativos. Sin embargo, hay lumbagos que pueden deberse a una enfermedad de origen inflamatorio como la espondiloartritis.

Los dolores de espalda que deben generar consulta al reumatólogo son los que se inician a edad temprana (antes de los 40-45 años), con dolor crónico, persisten por más de tres meses, hay dolor nocturno y no se relacionan a actividades como levantar peso, malas posiciones o movimientos bruscos, más bien se relaciona con el reposo, llegando a interrumpir actividades de descanso como la jornada de sueño nocturna. Se debe consultar también si el lumbago se asocia a pérdida de peso inexplicada (sin dieta), fiebre o a que el paciente se sienta muy enfermo, fatigado o con rigidez prolongada.

La espondiloartritis una enfermedad reumatológica crónica y de carácter inflamatorio autoinmune. Es decir, ataca tejidos propios, generando inflamación y daño. El principal blanco de la inflamación en la espondiloartritis axial es la columna, lo que se manifiesta por lumbago y rigidez, y las articulaciones sacroiliacas (en la pelvis) manifestado como dolor glúteo.

La doctora Annelise Goecke, presidenta de la Sociedad Chilena de Reumatología (Sochire) y jefa de la Sección de Reumatología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, explica que la espondiloartritis es más frecuente en hombres jóvenes, aunque también puede presentarse en mujeres.

En cuanto a los síntomas, cuenta que el dolor de espalda por cansancio “es común en todos los individuos cuando se ha estado frente a un exceso de trabajo físico o presión psicológica o estrés. También cuando no se ha dormido las horas adecuadas o el sueño no es reparador. Si el cansancio se da sin que haya una explicación evidente, puede estar relacionado a una enfermedad y se debe consultar”.

La especialista advierte que “por el dolor y la inflamación, la espondiloartritis puede producir discapacidad significativa con dificultad de los pacientes para realizar las actividades de la vida diaria. Además, si la enfermedad es más severa y no se controla con el tratamiento puede llevar a que las articulaciones restrinjan o pierdan sus rangos de movimiento debido a que existe calcificación de ligamentos y formación de hueso que une las articulaciones, resultando en rigidez especialmente en la movilidad de la columna y las caderas. Cuando esto ya ha ocurrido (rigidez por formación de hueso y calcificación), el tratamiento no lo puede corregir. De ahí la importancia de un diagnóstico oportuno”.

La prevalencia en la población chilena es aún desconocida. Actualmente, la Sochire está iniciando un estudio que permitirá tener cifras más específicas. En la literatura internacional la prevalencia de la espondilitis anquilosante se ha reportado entre 0.5 a 1 o 2% en diferentes poblaciones.

El tratamiento médico para la espondiloartritis no tiene ningún tipo de cobertura estatal. En caso de no responder al tratamiento con antiinflamatorios, se deben usar terapias de última generación como los biológicos, fármacos que si bien son efectivos en el control de la enfermedad, son de alto costo. “Los pacientes con compromiso axial y aquellos con compromiso periférico que no responden a los fármacos habituales tienen indicación del uso de algunos fármacos biológicos. Estos han mostrado ser eficaces en el control del dolor, la inflamación y en mejorar la funcionalidad y la calidad de vida” recalca la doctora.

La especialista agregó que las espondiloartritis, en general, no están incorporadas ni como una enfermedad del GES ni como una patología con cobertura de fármacos de alto costo en la Ley Ricarte Soto. Por lo tanto, “los pacientes que acceden a terapias biológicas son aquellos que pueden pagarlos, ya sea de su bolsillo o por tener coberturas de salud muy buenas. En resumen, pacientes con mayores recursos económicos. Esto ya es difícil para aquellos que requieren los fármacos más tradicionales que, si bien no son considerados de alto costo de todas formas pueden tener un acceso restrictivo, pues los costos de algunos no son bajos. En el caso de los biológicos que implican varios cientos de miles de pesos mensuales en forma crónica, más los costos de administración, esto se hace imposible para la inmensa mayoría de la población salvo para un pequeño porcentaje de la población con altos ingresos y/o buenos seguros de salud”.

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